No es noticia la cantidad de expedientes que año tras año se acumulan en los diferentes despachos de tribunales federales. Un cuello de botella importante se produce en los tribunales orales donde las causas deben llegar a juicios y sentencias; y en la Cámara Federal que interviene como segunda instancia para dirimir planteos de las partes en las causas que se encuentran en trámite.
Según las estadísticas de la Cámara y de los dos tribunales orales de Córdoba, durante 2019 el dato saliente es que se resolvieron más casos de los que ingresaron. Resulta un hecho promisorio aunque no anule el atraso que se registra desde hace años.
Qué pasó en la Cámara. En materia Civil, Comercial, Tributaria y Contencioso Administrativo ingresaron 1.514 expedientes (400 más que en 2018) y se resolvieron 1.823.
En Penal subieron 559 causas y se produjeron 593 sentencias.
En cuanto a las intervenciones de la Cámara Federal hay varias aristas interesantes. De los 360 amparos que resolvieron, el 63% (227) estuvieron referidos a cuestiones de salud. En ese sentido, prevalecen pedidos a la Justicia por falta de cobertura de medicamentos o tratamientos onerosos por parte de obras sociales o empresas de medicina prepaga. No resulta extraño porque a lo largo del año se publicaron y difundieron casos de pacientes que requirieron, por enfermedades consideradas extrañas, la realización de cirugías o tratamientos fuera del país.
El ranking de causas penales está encabezado por Penal Tributario (en su mayoría delitos de evasión y contrabando) con 140 expedientes analizados. El año pasado por primera vez en el país desde Córdoba se condenó por el delito de intermediación financiera no autorizada a directivos de la financiera ilegal CBI Cordubensis. A partir de ahí se reactivaron varias con la misma figura referida a actividades de asociaciones mutuales del interior provincial.
Le sigue el grupo de hechos por tenencia o comercialización de estupefacientes que sumaron 105 causas.
Cuello de botella. Desde hace años los Tribunales Orales Federales (TOF) 1 y 2 acumulan centenares de causas en las que no se realizan los juicios. Según un estudio que hizo años atrás la actual vocal, Carolina Prado, anualmente se visibilizaba un fondo acumulado de unas 1.500 causas entre ambos. Eso ocurría en 2016.
Si se observan los datos de 2019 la cifra disminuyó considerablemente porque ronda actualmente unos mil expedientes de “vieja data”. Se puede decir que las nuevas soluciones a las controversias implementadas en los últimos años permiten avizorar una mejora sustancial en la productividad.
Desde 2017 están habilitados los juicios unipersonales, lo que agiliza la evacuación de casos con mayor celeridad. Y se suman también las diferentes formas de resoluciones a las controversias, como los juicios abreviados, la suspensión de juicio a prueba, la reparación integral del perjuicio o los sobreseimientos por prescripción.
Consultados Prado y José Fabián Asís -este último del TOF2- reconocieron que hay muchos casos prescriptos (por el paso de los años) que quedaban sin movimiento a lo largo del tiempo. “No es un indicador de mora judicial -aclaró Asís- porque se trata de delitos de escasa pena que en poco tiempo prescriben”.
Ambos tribunales orales también mostraron más sentencias que expedientes ingresados. Y el remanente en los dos casos también es menor. Para 2020, el TOF 1 tiene unas 330 causas para resolver y el TOF2 unas 600. Entre los dos llegan a casi mil casos, que si bien es un número alto, bajó considerablemente en relación a cuatro años atrás en que se contabilizaban 1.500.