El ajuste fiscal que impulsa la Nación para 2019 provoca drásticas transformaciones en el sistema de transporte urbano de la capital cordobesa, que movilizó 174 millones de pasajeros en promedio durante los últimos seis años.
Ante la decisión del Gobierno nacional de eliminar el subsidio monetario directo que llega a las empresas prestatarias por el orden de los $2.600 millones anuales, se generará un hueco de $16,73 en el costo total por pasajero transportado.
En la ecuación vigente, el retiro de este aporte nacional lleva el costo por pasajero neto de subsidio de $15,96 a $33, sin subsidio. Si a este último valor se le agregan ítems adicionales que conforman la tarifa (como el costo del sistema de prepago o el fondo para infraestructura), el boleto debería costar hoy $34 (un 97% más de lo que ya se paga: $17,22).
En los 12 meses computados entre octubre del 2016 y septiembre del 2017, el sistema de transporte urbano de pasajeros de la ciudad de Córdoba absorbió el 38% de los $2.600 millones que mandó la Nación para toda la provincia a efectos de financiar los fondos llamados Sistema Integrado de Transporte Automotor (Sistau) y Compensaciones Complementarias Provinciales (CCP).
Esto implica que quedaron en la capital unos $1.000 millones anuales, de los cuales $698,24 millones fueron a manos del Grupo Ersa, para sus marcas Ersa y Aucor, que operan el 75% de los corredores habilitados en la capital y cortan el 64% del total de los boletos vendidos.
La correntina Empresa Romero Sociedad Anónima (Ersa), propiedad del empresario Juan Carlos Romero, se convirtió en un jugador dominante en Córdoba para un segmento de servicio que es esencial para la población.
A una tarifa de $17,22, su facturación anual en la capital provincial proyecta unos $1.920 millones y recibe subsidios (entre nacionales y municipales) del orden de los $842 millones. Este esquema, probablemente haya llegado a su fin.
El Panal dijo “no”. La Administración Schiaretti respondió con gran rapidez en las últimas horas (sin esperar el acuerdo general de gobernadores y Casa Rosada sobre el Presupuesto 2019) para anticipar dos novedades relevantes dirigidas al sistema de transporte: la primera es que, el año próximo, no absorberá la totalidad del subsidio que envía la Nación; la segunda –no menos importante– es que atenderá a la población usuaria del servicio más vulnerable y a la comunidad educativa con boletos promocionados, pero no entregará subsidios a las empresas.
Este es un cambio sustancial que se acerca a las recomendaciones internacionales en la materia que aconsejan “subsidiar la demanda” en lugar de “subsidiar la oferta”, más aún cuando la oferta está en manos de una empresa dominante en el mercado y en un diseño de servicio que no ofrece alternativas.
Según admitió en declaraciones periodísticas el secretario de Transporte de la Provincia, Gabriel Bermúdez, el erario provincial prevé invertir unos $1.300 millones para subsidiar boletos sociales. Eso implica cobertura para unos 38 millones de boletos, a una tarifa aproximada de $34. En 2017, pusieron a disposición unos 42 millones de pasajes, pero solo se usaron 28 millones.
Es de esperar que como consecuencia de la crisis económica, el año próximo, crezca la población necesitada de recurrir al beneficio. Según expertos consultados, tomando como referencia el número que la Provincia admitió que podría invertir en este rubro “van a quedar aproximadamente unos 130 millones anuales de pasajeros que tendrán que enfrentarse a una tarifa plena, sin subsidios y con las actualizaciones derivadas por inflación y aumento del dólar”.
En este punto es donde emerge un segundo tema que amenaza con encarecer seriamente el servicio. De acuerdo a las empresas, nucleadas en la Federación de Empresarios del Transporte Automotor de Pasajeros (Fetap), el boleto de $17,22 no trasladó aún los incrementos del dólar.
“Si el dólar estuviera a $25, el boleto debería costar $24,15”, señaló el vicepresidente de la entidad, Gustavo Mira. Ese valor, además, es considerando una tarifa subsidiada; si se le quita el subsidio, ascendería a $35,98.
“Ahora estamos esperando ver a qué valor se estabiliza el dólar para hacer la nueva actualización”, anticipó Mira, quien advirtió que se presentará el tema en la órbita de la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap), donde el propietario del Grupo Ersa, Juan Carlos Romero, es el presidente.
EL DATO
Tomando datos al mes de octubre del 2017, en la ciudad de Rosario el costo total por kilómetro que daba su sistema de transporte era de $ 55,4903; mientras, en Córdoba registraba un valor algo inferior $52,3140.
Sin embargo, en la ciudad santafecina la tarifa conformada final era algo más baja $15,1 frente a $15,4 en Córdoba. Con la última actualización, Córdoba está en el top tres de los boletos más caros del país.
¿Es eficiente seguir subsidiando a la oferta? “En Argentina, se transfieren recursos a las empresas privadas, a título de resarcimiento tarifario, como forma indirecta de compensar a los usuarios. Pero, el subsidio se otorga sin garantías de que la oferta sea eficiente y con el riesgo de que se estén generando rentas extraordinarias a los operadores. Es decir, sin corroborar que los subsidios lleguen efectivamente a quienes se quiere ayudar”, advierte el Cippec.