A partir del martes último cuando el colectivo Actrices Argentinas acompañó la presentación pública de Thelma Fardin en su valiente decisión de denunciar al cantante y actor Juan Darthés por abuso sexual, se generó un tsunami de adhesiones, debates y colocó en la agenda pública la necesidad de torcer la tendencia machista que justifica acosos y abusos.
Una víctima fue escuchada en el marco de un coro de mujeres que potenció y resignificó denuncias previas contra el mismo Darthés. #MiraComoNosPonemos se multiplicó como una marea irrefrenable que comenzó a atravesar otros ámbitos, como el político, deportivo, escolar, laboral.
Denunciar abusos sexuales es parte de la deconstrucción de la cultura machista. No se trata de frenar impulsos sexuales de hombres, sino poner límites al poder que ejercen sobre mujeres, niñas y niños, a quienes colocan en situación vulnerable en una relación asimétrica de la que se aprovechan. Así lo entienden dos asesoras letradas de la Justicia de Córdoba a quienes entrevistó PERFIL CORDOBA
María Raquel Martínez trabaja con víctimas en el fuero de Violencia Familiar. Ana Inés Pagliano es una de las dos asesoras letradas que representan a quienes sufrieron abusos sexuales y denunciaron a sus victimarios en el fuero Penal.
Las estadísticas arrojan dos datos contundentes. La mayoría de abusos sexuales son intrafamiliares y el porcentaje más alto de las víctimas tiene menos de 17 años.
—¿Cómo trabajan cuando el abuso es intrafamiliar?
—María Raquel Martínez (MRM): Son casos en que interviene la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf). Si es necesario, saca al niño o la niña del medio donde lo están agrediendo, física, psicológica o sexualmente. Lo pone al resguardo y comunica al juez de Violencia que controla esa medida. Hay ámbitos en que se naturaliza la violencia sexual cuando es intrafamiliar. Incluye una etapa de secreto que el agresor constituye y en la cual carga la culpa a la víctima. Es lo que ahora está saliendo a la luz con “Mirá cómo me ponés”, culpando a la víctima de la respuesta del agresor.
—¿Qué responsabilidad cabe a las madres de niñas y niños abusados cuando no denuncian?
—MRM: En mi experiencia, son niñas y niños cuyas madres también son víctimas de violencia bajo alguna modalidad, económica, física del mismo agresor. Por eso, las mujeres no son perseguidas como los victimarios.
—¿Qué cambió desde que el abuso es un delito de acción pública y no de instancia privada, como lo fue hasta hace poco?
—MRM: Se entendió necesario esta modificación para allanar los obstáculos a la investigación, para llegar desde el Estado a la protección de las niñas. Justamente porque estaban solitas en un entorno familiar que las agredía. Entonces, ante la noticia de un abuso sexual se puede actuar de oficio. Ahora, en Argentina, no necesitamos que ningún representante legal de la víctima manifieste su voluntad. Cualquier persona puede denunciar.
EN EL MUNDO NO HAY REMEDIO PARA LOS ABUSADORES
—¿Por qué es importante escuchar y creerle a la víctima?
—MRM: Es el único modo de trabajar para restaurar sus derechos porque tienen miedo. Si el protector vulnera sus derechos, para esos chicos el resto del mundo es una selva. Están profundamente victimizados.
—Ana Inés Pagliano (AIP): Por el encuadre patriarcal que hay, los niños y adolescentes varones abusados tienen mucha vergüenza, son estigmatizados. Y eso conspira en contra de que se animen a hablar.
—MRM: Las chicas (Actrices Argentinas) decían que se acabó la impunidad. Debe terminar el garantismo bobo. Cada vez que se revela un abuso sexual se culpabiliza a las víctimas. Eso es patriarcado puro. Parte de que las mujeres decimos la verdad a veces (no siempre), somos ligeras, somos provocadoras, como si los hombres no pudieran contenerse ante una pollera corta. —-
—AIP: Animarse a hablar es el puntapié inicial para pararse de otro modo ante la violencia de género. Son testimonios fundamentales. Visibiliza y pone en la agenda pública esta problemática. Es falsa la dicotomía garantía de las víctimas versus garantía de los victimarios. Se pueden respetar y ejercer ambas.
—¿Hay falsas denuncias?
—MRM: Que no se haya podido probar no significa que no haya existido el abuso. Hay que desterrar el mito de que es difícil investigar o descubrir la existencia de un abuso sexual. Es un mito patriarcal. Del mismo modo que un golpe de puño deja una lesión física, la violencia sexual deja una huella. Especialistas lo definen como un disparo a la personalidad. Restaurarla es muy difícil y a veces imposible. En el mundo, el 98% de las víctimas de abuso sexual son mujeres o niños y niñas, entonces ¿es o no un delito de género?
—AIP: Aún en casos en que no se pudo acreditar la denuncia de abuso en situaciones conflictivas entre progenitores, el niño es igualmente víctima.
—¿Los abusadores superaran esa tendencia criminal?
—MRM: En el mundo no hay un tratamiento claro y concreto para los abusadores sexuales. Ni siquiera la castración química es una solución porque no es una cuestión genital, sino una cuestión de poder que se ejerce sobre otro. Tal vez, cuando comiencen a pensar en un abordaje terapéutico feminista, con una mirada diferente, quizás se le pueda encontrar una vuelta al tratamiento del abusador.
DONDE DENUNCIAR
◆ Polo Integral de la Mujer, Entre Ríos 680. Córdoba. 0800 888 9898.
◆ Violencia Familiar. 4481616 Int. 30641/2
◆ Delitos contra la Integridad Sexual 4481616 Int. 34421/3/4