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DE CAMPAÑA

Las claves del "operativo seducción" de Alberto F. para empresarios cordobeses

El candidato pasó de resistido a ser buscado para selfies por parte del empresariado local. El grueso aún desconfía pero bajó el nivel de resistencia. Cómo se vio su mensaje económico.

29-09-19af
MUY COMODO. Según el candidato, se sintió muy cómodo ante los empresarios cordobeses | Federico Rodriguez

Cuando Alberto Fernández terminó su disertación ante los 450 empresarios que lo escucharon en el almuerzo de la Fundación Mediterránea, en el Holiday Inn, el locutor del evento pidió que todo el Consejo Directivo de la entidad subiera al escenario para entregar una placa y una foto con el candidato. “Como nunca, todos lo querían saludar y sumarse a la foto”, contó un miembro de la organización. Fernández no cosechó elogios ni ovaciones. Y es probable que tampoco haya captado votos entre los hombres de negocios de Córdoba que fueron a escucharlo. Pero para muchos empresarios cordobeses, más afines con el relato y la ideología que representa el oficialismo de Cambiemos, Fernández dejó algo muy valioso: un poco de tranquilidad. Llevar un mensaje más cauto sin cargas de contenido de políticas disruptivas fue uno de los pilares de su ‘operativo seducción’, una de las premisas de su presencia en la complicada plaza que es Córdoba para el kirchnerismo. Si hay que analizar cómo se construye la estrategia de encantamiento para el ‘círculo rojo empresarial’ hay que destacar, al menos, cuatro condimentos claves:

Mensaje económico: ante empresarios que miden cada palabra y calculan cada metamensaje, Fernández apuntó a un discurso en el que fustigó al Gobierno por el fuerte endeudamiento tomado y por la profundización de una política que usa altas tasas para contener la inflación. Fue al hueso del problema que viven muchos empresarios: la imposibilidad de acceder al financiamiento. Es cierto que se enfocó en la necesidad de reconstruir el consumo y el mercado doméstico, pero también apuntó que “es necesario hacer todo lo posible por promocionar las exportaciones”. Defendió la idea de hacer frente a los compromisos de la deuda pero negociando con los acreedores para estirar los plazos. El concepto de renegociar sin quita fue, sin dudas, uno de los más valorados por el público que lo escuchaba. E incluso tuvo un párrafo para criticar el cepo de Cristina a la par que la toma de deuda de Macri: “Ni el cepo ni la deuda son soluciones para una economía que quiera desarrollarse, son atajos”, remarcó.

Padrinazgo local: para el desembarco en la Mediterránea fueron clave algunas gestiones que tendieron puentes. Uno de los que ayudaron a que la disertación más importante de Fernández ante el sector privado de Córdoba se concrete fue Roberto Urquía, titular de AGD y uno de los referentes más importantes de la agroindustria.

Gesto schiarettista: “Nos pidió el gobernador que estemos. Él sabe que Fernández gana, pero no se va a mover de su tesitura. No se va a pronunciar a favor de él. De todas formas, teníamos que estar. Si gana hay que reconstruir la relación por todo el país”, contó uno de los varios ministros de la Provincia presentes en el encuentro.

Efecto PASO: un dato clave es que la presencia de Fernández en la Mediterránea venía gestándose desde hace más de dos meses. Antes de las PASO y con la resistencia de buena parte de la comisión de la entidad, se cursó invitación al candidato. Ese encuentro no prosperó. Tras las elecciones y con el efecto arrollador de una elección que lo deja a las puertas de la presidencia, las resistencias se vencieron. “Me sentí muy cómodo”, dijo Fernández al dejar el salón del Holiday Inn.

“La reforma laboral no es lo que hace falta” 
Tras su disertación, Alberto Fernández le dedicó unos minutos a la prensa. A llí contó que había hablado el miércoles por teléfono con el gobernador Juan Schiaretti, que no cree que sea un problema la negociación con el Fondo Monetario Internacional y que está delineando un plan económico de 180 días para resolver cuestiones delicadas, como el cepo de la gestión actual. También se refirió a una eventual reforma laboral, algo a lo que le bajó el tono: “Yo creo que hoy no es lo que hace falta. Antes de eso tenemos que poner en marcha a la Argentina. La verdad que el problema no es el trabajo, es la falta de trabajo”.