La capital peruana es, muchas veces, una escala obligatoria para llegar a diferentes destinos, ya sea al interior de Perú u otros internacionales.
Cada vez más viajeros argentinos dejan de considerar Lima como una escala de unas horas, para poder disfrutarla como un destino turístico por sí mismo.
Un itinerario tentativo de imperdibles limeños sería este:
Día 1.
El Centro Histórico de Lima es su corazón. Diseñado por Francisco Pizarro en 1536, alberga en su perímetro el Palacio de Gobierno, la Municipalidad Metropolitana de Lima, la Catedral, el Palacio Arzobispal y la Casa del Oidor.
También hay que conocer la Basílica Catedral, que forma parte del patrimonio cultural de la humanidad, y la iglesia de San Francisco, con sus especiales y particulares catacumbas.
Uno de los secretos mejor guardados es la Casa Aliaga, perteneciente al conde que controlaba las cuentas de Pizarro. Conserva su estilo colonial, no solo en su arquitectura sino también en su decoración, y aún es el hogar de la familia. Por eso, se necesita reserva previa.
Antes de seguir camino, una parada en la Casa de Gobierno para disfrutar del espectáculo del cambio de guardia y no es posible dejar el Centro Histórico de Lima, sin haber probado la bebida bandera del Perú, en su versión más clásica: el pisco sour.
Para ello, el Museo del Pisco, un bar temático ubicado en la Plaza de Armas.
A 20 minutos en auto del Centro Histórico se encuentra uno de los distritos con mayor cantidad de museos de Lima: Pueblo Libre. Allí es posible visitar el museo Larco, una casa republicana construida sobre una huaca (sitio arqueológico precolombino) que posee uno de los jardines más verdes de Lima. Si se decide almorzar allí, una recomendación: ravioles de ají de gallina.
Luego del almuerzo, nada mejor que una caminata por el Malecón o Costa Verde, en el barrio de Miraflores, con vistas del mar y atardeceres únicos y hacer algunas fotos en el Parque del Amor, inspirado en Gaudí. Allí, en el malecón, se pueden hacer vuelos en parapente por US$ 60.
Miraflores también cuenta con modernas zonas comerciales, teatros, cines, galerías de arte y el Parque Kennedy, con artesanos, pintores y grupos de música folclórica. Es la zona más cosmopolita de Lima, con la mayor cantidad de hoteles, restaurantes, shoppings y galerías de arte.
Cuando cae el sol, es hora de dirigirse al distrito bohemio de Barranco, a 15 minutos de Miraflores, donde se respira arte y música. Antiguas casas republicanas remodeladas y convertidas en galerías de arte, un puente (‘de los suspiros’) que promete cumplir los deseos de los turistas y un parque lleno de artistas callejeros, es lo que ofrece.
Para cenar comida criolla, Isolina es el lugar en Barranco. Es el restaurante del afamado chef Jose del Castillo, y para terminar la noche, unas copas en el bar Ayahuasca, la Mansión Berninzón, casona construida entre los años 1875 y 1895. Los mejores tragos de Barranco.
Día 2.
Se puede comenzar con un paseo en yate por el Pacífico hacia el Callao, provincia constitucional, en cuyo puerto se inicia el viaje para visitar las islas Palomino, con la mayor población de lobos marinos del lugar.
De regreso, en la zona del Monumental Callao, en Lima, se combina lo mejor de la cultura y el arte urbano. Conocido como el ‘barrio bendito’, este lugar es un atractivo alternativo que reúne más de 60 murales realizados por artistas nacionales e internacionales en los alrededores, más de 10 galerías y salas de exposiciones.
Aquí también es recomendable aprovechar el tiempo para almorzar, en alguno de los restaurantes de los alrededores de la Casa Ronald, como Cabos y Barra D7. Luego, el paseo puede seguir por la plaza San Martín, que rinde honor al libertador del Perú.
A pocos minutos, en auto, se encuentra el Circuito Mágico del Agua, del Parque de la Reserva, el complejo de fuentes de agua más grandes del mundo (récord Guinness), inaugurado en 2007. Cuenta con 13 fuentes cibernéticas, apoyadas con la más alta tecnología y luces láser. De martes a domingos, desde las 19.15.
Para despedirse, nada mejor que terminar el día en uno de los restaurantes de los distritos de Miraflores y Barranco, con increíbles vistas al mar.
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