De cara a las Paso, el primero en calentar motores desde Hacemos Por Córdoba fue Martín Llaryora: “A diferencia de otros partidos, a nuestra lista no la arman en Buenos Aires”.
El intendente es visto por los propios como “el segundo detrás del Gringo” y esto se ve en su fuerte presencia dentro de la lista de Juan Schiaretti, con Ignacio García Aresca secundando a Natalia De la Sota en el tramo para Diputados.
“Martín va a jugar en esta campaña con todo lo que tiene, a full. Él puso primera” destacó el legislador Juan Manuel Cid a PERFIL CÓRDOBA. El legislador provincial es uno de los hombres más cercanos al sanfrancisqueño y conoce de cerca el juego que lleva adelante durante esta campaña.
Un periodo que ya tiene tanto a De la Sota como a Alejandra Vigo al lado del gobernador en cada obra inaugurada en la Capital, situación que seguirá hasta el comienzo de la veda electoral.
Junto a ellos, la presencia de Llaryora se transforma en una especie de nexo con los barrios, sobre todo aquellos donde es necesario reforzar el apoyo de las organizaciones de base y la presencia en los centros vecinales.
Es que al igual que las intendencias, los barrios en Córdoba son un capital trascendental en medio de la disputa con el Frente de Todos por el voto peronista, aunque Cid indique que el partido “está absolutamente encolumnado detrás de la lista de Hacemos Por Córdoba”.
“Es una elección de mitad de término y HpC va a jugar su ficha en una posición que no es ni el kirchnerismo ni el PRO. Fijando una agenda igual que en las últimas elecciones presidenciales. Tiene que ver con seguir sosteniendo una posición propia desde el peronismo cordobés”, aseguró.
Esta situación, afirman desde el Palacio 6 de Julio y confirma Cid, no contaminaría la relación entre la ciudad, la Provincia y Nación, ya que se trata de “cosas separadas”.
“La relación institucional es una agenda firme porque se juega el interés de la gente. No tiene nada que ver con la campaña”, remarcó el legislador. Sin dudas, las obras provinciales en los barrios son y serán uno de los principales argumentos de Llaryora, Vigo y De la Sota buscando el voto capitalino, en el día a día de campaña.
