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CóRDOBA
EN LA MATERNIDAD NACIONAL

Llega a juicio por violación de una niña que fue sometida a una ILE

El ADN determinó que el embarazo de la joven fue consecuencia de los abusos a la que fue sometida por el padrastro. El aborto se produjo el año pasado por pedido de la joven y su madre.

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MARCELO HIDALGO. El fiscal de Cámara es crítico de quienes señalan que se pueden fabricar las denuncias por violación. | Cedoc Perfil

“Una denuncia por violación no se fabrica, está lejos de ser gratis”. Así reflexionó ante PERFIL CORDOBA, el fiscal de Cámara, Marcelo Hidalgo, quien analiza los detalles de la acusación por abuso sexual contra un hombre de 30 años que, durante un año por lo menos, sometió a una adolescente de 17 años, hija de su pareja.

El juicio y los detalles que condensa adquieren especial relevancia luego de la resolución del Tribunal Superior de Justicia que puso en vigencia, después de siete años, la guía para el aborto no punible en la provincia de Córdoba. Desde Portal de Belén, que generó el amparo judicial con la cautelar que la había suspendido, se suele afirmar que habrá una catarata de abortos invocando supuestas violaciones que, quizás, no lo sean.

El caso que este medio trae a colación desdice ese argumento, por el calvario que implica exponer un abuso y someterse a la interrupción del embarazo.

La joven pudo contar a su madre lo que padecía cada mañana cuando se dio cuenta de que había quedado embarazada. La mujer ya había advertido que su hija estaba decaída y triste. Le preguntó y tuvo la peor confesión. Cada mañana, cuando ella se iba a trabajar, su pareja abusaba de ella. Por más de un año.

También el hombre se dio cuenta de que la joven había quedado embarazada. Según ella misma declaró, él le dijo que “se lo iba a sacar”; en varias oportunidades le golpeó el vientre.

Sucedió en septiembre del año pasado. La madre presentó la denuncia judicial. La familia vive en una ciudad a 30 kilómetros de Córdoba.

Una vez que decidió interrumpir el embarazo fue al Polo de la Mujer. De ahí llegó a la Maternidad Nacional, frente a la Plaza Colón. Al ser un hospital de la UNC sí tenía vigente el protocolo para la interrupción del embarazo. Desde entonces, recibe contención psicológica.

El informe médico no dejó dudas sobre la violencia sexual de la cual era víctima la adolescente. De acuerdo a su libre voluntad, y la de su madre, se interrumpió el embarazo. En la intervención se resguardaron restos ovulares y material biológico de la víctima. Fueron cotejados con muestras del victimario. El resultado fue contundente: el 99,9% de probable paternidad. En conclusión, el embarazo fue consecuencia de los abusos que el hombre le profirió a la joven.