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CóRDOBA
PROCESO AL EXJEFE DE POLICÍA

Los alegatos del juicio contra Suárez por coacción se harán el 8 de marzo

Periodistas y un exfiscal relataron diálogos, entrevistas y reuniones con el extitular de la fuerza, en la primera semana del litigio por amenazas al periodista Dante Leguizamón.

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ACUSADO. El exjefe de la Policía de Córdoba, Julio César Suárez, junto a sus abogados, Ernesto Gavier y Ernesto Gavier hijo. | Fino Pizarro

En las cuatro jornadas de audiencia que se sucedieron la semana pasada en la Cámara 4ª del Crimen, donde se juzga al exjefe de la Policía de Córdoba, Julio César Suárez, declararon más de media docena de testigos. La mayoría fueron periodistas, varios de ellos compañeros de trabajo del querellante, Dante Leguizamón, en los Servicios de Radio y Televisión (SRT) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). 

Esos relatos coincidieron en dar cuenta de la “personalidad intimidante” de Suárez, hecho que cobra relevancia por ser –en el momento del hecho juzgado- el hombre que comandaba una fuerza de seguridad de más de 20 mil hombres. 

También declaró el exfiscal, Pablo Molina, quien investigó la causa por el asesinato a manos policiales de Güere Pellico, un joven de barrio Los Cortaderos, que motivó el informe periodístico que enojó a Suárez. El jueves, Molina relató que cuando decidió emitir la orden de detención de los policías Lucas Chávez y Rubén Leiva –condenados a prisión perpetua por el homicidio calificado del joven- se comunicó con el entonces jefe de Policía para que éste no se enterara por los medios. Y como respuesta recibió la sorpresa de Suárez y una advertencia final: “Cuídese doctor”, expresión que calificó como “poco feliz”. 

Claudio Gleser, periodista de La Voz del Interior, también se refirió en su declaración testimonial a un diálogo que mantuvo con Suárez a propósito del caso Pellico. En ese contexto, habló de un diálogo tenso y una frase que pronunció el entonces jefe policial “¿Querés que yo te investigue?” 

Uno de los últimos en declarar fue el exrector de la UNC, Francisco Tamarit, quien recordó que luego del episodio lo llamó Jorge Lawson, en ese momento titular de Comunicaciones del Gobierno provincial, para “pedir disculpas” a nombre del exgobernador, José Manuel de la Sota. 

El hecho. El episodio bajo análisis en el juicio fue narrado con detalles por el denunciante y querellante, Dante Leguizamón, y sus compañeros periodistas Miguel Planells y Andrés Oliva. Fue el viernes 15 de agosto de 2014 cuando, por la tarde, recibió un llamado telefónico de Suárez después de un par de posteos en la red social Twitter en los que advertía sobre posibles situaciones de represión en la barriada de Los Cortaderos, donde había ocurrido previamente el crimen de Pellico. 

“Una conversación tensa pero respetuosa”, dijo Leguizamón. En ese primer contacto hubo un compromiso del funcionario policial para ser entrevistado en el programa Justicia Legítima de Canal 10 a la semana siguiente. Sorpresivamente, momentos después y sin anuncio previo, se apersonó esa misma noche en la sede de la emisora pidiendo intervenir en el programa cuando en realidad era una emisión grabada. Al no conseguir su objetivo, llamó nuevamente a Leguizamón para pedirle insistentemente una reunión personal en forma inmediata, no sin antes solicitar con tono imperativo a Planells que ordenara a Leguizamón “borrar los tuits” y “controlarlo”

En ese segundo diálogo con Leguizamón llegó la amenaza: “Si no venís a hablar conmigo yo me voy a encargar de vos”. Leguizamón afirmó que esa advertencia le infundió gran temor por el tono alterado que utilizó Suárez para hablarle. Y a partir de allí decidió presentar la denuncia. Tal fue la sensación de desprotección y temor que quedó sin voz. 

Los alegatos serán el 8 de marzo. De allí en más la última palabra la tendrá el tribunal presidido por Antonia de la Rua e integrado por Jorge Montero y Luis Miguel Nassiz, con su veredicto.


Qué dice el Código Penal. El artículo 149 bis indica que “será reprimido con prisión o reclusión de dos a cuatro años el que hiciere uso de amenazas con el propósito de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad”.