Conversatorios como el realizado a principios de junio, con oradoras de la talla de Rita Segato, Diana Maffía y Dora Barrancos, obtienen picos que superan los siete mil conectados y cada domingo Darío Sztajnszrajber reúne en sus Lives de Instagram cerca de cuatro mil asistentes a sus clases sobre filosofía.
En Córdoba, escritores locales cuentan cómo aprovechan el uso de estas herramientas que los sumergen en la virtualidad, ante la imposibilidad de asistir a presentaciones, lecturas y charlas en espacios físicos.
Por caso, Graciela Ramos (Malón de amor y muerte, La patria de Enriqueta) es quizás una de las escritoras que más aprovecha la tecnología y sus actividades van desde charlas para colegios hasta grupos de lectura y convocatorias de distintas bibliotecas.
“Hice varios Lives en Instagram, uno muy importante con Me Gusta Leer Argentina, que se promocionó en todo el mundo porque la editorial es internacional. En esa oportunidad fue una charla con mi editora. Luego, con los grupos de lectura hicimos Lives muy piolas porque se sumaba quien quería. Pero hicimos otros por Zoom, cerrados y con determinada cantidad de gente para poder conversar con todo el grupo”, detalla Ramos.
Además, realizó Zooms con el Instituto Milenio, en los que trabajó con chicos de segundo año el hábito de la lectura y escritura y “también hice streamings por Facebook con la Agencia Córdoba Cultura para hablar sobre la importancia de leer y escribir en tiempos de pandemia, ya no como escritora sino para incentivar a la gente a leer y escribir como desahogo”. La escritora reconoce que se produce para sus apariciones, pero aclara: “Me pinto los labios, me pongo una linda camisa y debajo sigo de jogging y pantuflas”.
Por último, sostiene que seguirá trabajando así en el futuro, ya que la respuesta de los lectores es increíble y la llegada es potencial. “Viajo todo el año a todos los lugares que me invitan y en este caso no he podido viajar, pero he estado presente a través de las redes sociales”.
La experiencia Babilonia. “Cuando empezó el aislamiento, con Babilonia teníamos cerrado el ciclo de Rincón Cultural y un Seminario de Literatura. Se truncó el proceso y nos tomamos casi un mes para ver cómo seguiríamos desarrollando nuestras áreas de gestión. También para estar atentas si la gente mostraba interés”, cuenta Fernanda Pérez.
Así, incursionaron en dos experiencias babilónicas vinculadas al acercamiento a los clásicos. “Anduvieron muy bien ambas, si bien no fueron súper masivas, este tipo de propuestas tiene un público muy fiel, que aporta y participa. A partir de estas dos jornadas los mismos lectores nos fueron proponiendo cosas y apareció la idea de hacer un Zoom con Cristina Bajo. Pusimos un cupo y lo transmitimos también por Youtube. La experiencia fue buena y eso nos impulsó a pensar en el ciclo Zona de entrevistas, que estamos programando para julio con autores como Fernanda Bonelli y Alejandro Palomas”, detalla.
Además, a partir de agosto van a llevar su ciclo Yo lector a Instagram y a partir de la semana que viene empezarán con sus talleres online, rediseñados para la virtualidad.
Desde su faceta de escritora, rescata que “es increíble cómo se están moviendo los grupos de lectura de distintos grupos del país, para invitarnos a compartir con ellos actividades virtuales. Son espacios muy interesantes, yo ya participé de varios. De hecho el 11 de julio voy a estar con la gente del Café literario Historias que dejan marcas, haciendo un vivo”.
Para finalizar, la escritora de La piel no olvida advierte que si bien estas herramientas les han permitido acercarse a lugares a los que tal vez no hubieran podido llegar, cree que hay que ser criteriosos: “Hay un exceso de Lives en las redes. Y está bueno programar y fijar criterios para no abrumar”.
Talleres por Adobe, charlas vía Zoom. Además de las charlas y presentaciones, al mundo virtual también se subieron talleres de diversa índole. Desde el espacio Somos Bardo adoptaron la herramienta Adobe para el dictado de sus propuestas.
“Ya veníamos trabajando en el dictado de cursos, desde filosofía hasta poesía y cine, y la situación actual nos potenció. Para los cursos usamos el aula virtual de Adobe, un formato mucho más expositivo que de reuniones, como el que plantea Zoom”, explica Javier Quintá, escritor y uno de los creadores de Somos Bardo, junto a Yanina Vera y Sebastián Paladini.
Además, Bardo les brinda a los autores un espacio para realizar encuentros con el objetivo de acortar distancias. “Veíamos que si querías acceder a un taller con alguien de Buenos Aires tenías que ir allá. O incluso la gente del interior, que no tiene acceso a conversar, a tener una clase; entonces todas las semanas invitamos a un autor para que interactúe con quienes quieran sumarse”.
Los encuentros -de los que ya han participado narradores y poetas como María Calviño, Laura García del Castaño y Claudia Massin se realizan los martes a las 20; aunque por cuestiones de agenda de la invitada, el encuentro de esta semana con Natalia Rozenblum (Baño de damas, Tusquets), se realizará mañana lunes.
“Para estos encuentros sí usamos Zoom porque habilita más a la reunión, a que sea una especie de lectura virtual, donde el que quiera pueda habilitar su cámara. Hemos tenido más de 60 o 70 personas y de a poquito le vamos dando visibilización”, explica Quintá.
Editorial Comunicarte, vía Google meet
Los encuentros que antes eran presenciales, pasaron a la virtualidad vía Google meet y se realizan todos los miércoles, con la participación de diferentes autores e ilustradores.
De esta manera, el autor entra en contacto con los chicos de una manera más personal, incluso, que si los encuentros se dieran en el marco de las escuelas. “Hablan de la obra, hacen preguntas, comparten videos. Para nosotros lo importante ha sido siempre no didactizar la literatura sino que el encuentro con el autor sea el mismo que podríamos tener nosotros, los adultos, como consumidores de buena literatura y el placer que nos brinda encontrarnos con la persona que ha escrito esos textos”, explica Karina Fraccarolli.
Autores como Jorge Luján (desde México), María Alejandra Araya (desde San Juan), María Teresa Andruetto, Liliana Moyano o Claudia Legnazzi (una ilustradora de Buenos Aires) son algunos de los que han pasado por el programa ‘Leer es lo más’, cuyos resultados han dejado más que conformes a sus organizadores: “Hemos tenido experiencias muy gratas. Los chicos están muy entrenados en la virtualidad y hasta funciona mejor que la visita presencial”, dice Fraccarolli.
Fundación ProArte, con talleres vía Zoom y Whatsapp
A partir de este miércoles 1 de julio, la Fundación ProArte Córdoba dictará una serie de talleres virtuales, con una duración de entre uno y cuatro meses, utilizando la plataforma Zoom y Whatsapp, como auxiliar para mensajes entre el docente, los alumnos y la institución.
Entre ellos, se destacan la charla debate ‘El arte como reflejo de su contexto cultural e histórico’, dictada por Susana Cervi, que inicia este miércoles y tendrá una duración de un mes (con clases los miércoles de 14.30 a 15.30).
Además se dará el taller ‘Shakespeare, el poeta filósofo’, a cargo de Silvia D’Olivo. Con una duración de tres meses, inicia el 3 de julio con clases los viernes de 17 a 19 horas.
El 7 de julio empieza ‘La escuela pianística de Vicente Scaramuzza', dictado por Gustavo Zemborain, con encuentros virtuales los martes de 19 a 19.50 y una duración de un mes.
Más información: [email protected].