“En Córdoba nunca dijimos que le estábamos ganando a la pandemia”. Esta fue una de las frases más duras del discurso del gobernador Juan Schiaretti el jueves por la tarde, en el momento en el que anunciaba que Córdoba no iba a adherir a la decisión nacional de aplicar, lo que hasta ese momento era, un toque de queda sanitario. Restricciones a la circulación nocturna.
Con la decisión, con los hechos y en el discurso, Schiaretti decidió -al menos en esto, que se transformó en el tema de la semana a nivel nacional- despegarse una vez más de Nación. Medida que decidió adoptar después de la reunión del miércoles con el presidente Alberto Fernández y el resto de los mandatarios provinciales; pero, sobre todo, tras un encuentro que se produjo el mismo miércoles en las últimas horas de la tarde entre los sanitaristas locales donde se mostraron los números actuales y se proyectaron los que vendrán en febrero en un contexto que, aseguran, será complejo.
Tras ese encuentro, los informes que llegaron al despacho del gobernador y la reunión del jueves al mediodía de la Provincia a través del ministro de Gobierno, Facundo Torres con los intendentes, se optó por no acatar la medida que estaba tejiendo Nación. Desde ese primer anuncio del jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, el jueves al mediodía, asegurando que “desde el viernes se iba a aplicar en todo el país”, hasta la confirmación de la negativa de Schiaretti luego en El Panal pasaron poco más de cinco horas. En las que hubo varias conversaciones con otros gobernadores y donde también desde Córdoba se fue anticipando la negativa de Schiaretti.
Con DNU, era otra cosa. “No hubo decreto de necesidad y urgencia; con eso hubiese sido otra cosa. No te da margen un DNU”, dijo a PERFIL CORDOBA una alta fuente del Gobierno provincial en el final de la semana, luego de analizar el impacto nacional de la decisión de Schiaretti.
El interrogante que algunos sospechan, pero nadie se anima a dar con certeza en el Centro Cívico es qué fue primero: si la jugada de Schiaretti -junto a Mendoza y Caba- de no acatar el anunciado toque de queda sanitario, o si la postura firme de los tres distritos terminó por desinflar la medida nacional.
“No sé si la medida nuestra clavó el DNU, o si ellos ya tenían decidido trasladar la decisión a cada distrito y fueron tanteando”, dijo un funcionario provincial a este diario.
Los números, igual preocupan. Schiaretti el jueves dijo que “no se trata de una segunda ola” lo de Córdoba, sino de “un rebrote”. Afirmación con la que coincidió un ministro el viernes, quien además sostuvo que la provincia se está preparando para lo que viene febrero: casi 5000 casos diarios con una infraestructura que se espera para ese momento en casi 2900 camas críticas.
Cifras a las que se suman los testeos que hace Córdoba y que coloca a la provincia, según afirman en El Panal, como el distrito que más realiza relevamientos en el país. Solo detrás de provincia de Buenos Aires, pero por encima del distrito bonaerense en relación a la población. “Somos uno de los gobiernos que más testea en la región”, repiten en el Centro Cívico.
Ahora bien, al margen de no aplicar restricciones nocturnas, en la Provincia siguen de cerca las aglomeraciones de jóvenes en los ríos serranos. Luego de que se hicieran virales las imágenes de Santa Rosa de Calamuchita hubo un llamado al intendente de esa localidad, Claudio Chaverano, y se le puso a disposición la Policía para que no se repitan esas imágenes. Lo mismo que en Mayu Sumaj, en Punilla. Los dos distritos con mayor afluencia de jóvenes en el día y que poco tiene que ver con aplicar una restricción de circulación en horas de la noche.
“No podemos aplicar restricciones a los gastronómicos o empresarios teatrales cuando también se debe concientizar a la gente a cumplir con los protocolos para no evitar desbordes en el día. Lo de Santa Rosa ya está controlado, pero en un rato se metieron casi cuatro mil jóvenes. Es difícil”, dijo un integrante del gabinete schiarettista.
En la misma sintonía se manifestó otro ministro de peso provincial y señaló: “la restricción podía desatar una rebelión de los jóvenes, pero preocupa más una de comerciantes y gastronómicos. Una rebelión del sector productivo hubiese sido más complicada. Por eso, hay que seguir cuidándose”.
Esta tarea sigue involucrando a los intendentes, a los que en la reunión del jueves se les insistió con “ser socios para ‘no matar’ el verano”. El mismo ministro de Salud, Diego Cardozo, el jueves por la tarde contó que había sido en buenos términos. En tanto, otros funcionarios provinciales, como así también intendentes, que también participaron del Zoom manifestaron que fue así porque no se les iba a comunicar una restricción; al contrario, se les iba a seguir pidiendo compromiso.
Impacto y relación con Nación. En el final de la semana se habló también del impacto nacional de la medida que había tomado Schiaretti. Desde el Centro Cívico prefieren no hablar acerca de eso. “No podemos estar todo el tiempo respondiendo a aquellos que nos quieren dejar como amigos de (Mauricio) Macri o de (Alberto) Fernández, esto se tomó en el marco de la gestión y para cuidar la economía. Pero, si hay un crecimiento de casos antes de lo previsto, se va a priorizar la salud”, dijo un conocedor de los despachos del Panal.
Y coincidió con aquella teoría sobre si había o no DNU. “Schiaretti es institucionalista; si había decreto nacional, se respetaba”.