Ante la emergencia financiera del Estado francés, en 1789 el rey Luis XVI convocó a los “Estados Generales”, Asamblea General creada en 1302 por Felipe IV constituida por el clero, la nobleza y el pueblo.
Éste, el “Tercer Estado” se constituyó en la “Asamblea Nacional”. Entre tumultos, tras ser informada la Reina Consorte, María Antonieta de Austria (que fue llamada “austríaca” y “otra perra”, “Madame Déficit” o “loba austriaca”) supuestamente dijo “coman tortas”, cuando el pan era el alimento básico del pueblo y escaseaba.
Destaco dos cosas: el dispendio irracional del poder que lleva al déficit público y la desconexión de la monarquía (máxima autoridad) con el padecimiento público.
Diversos estudios que indican que las personas que viven el aislamiento suelen tener problemas en la toma de decisiones. Las personas que se aíslan sufren oscilaciones en su autoestima y alternan períodos de euforia y depresión.
Creo que María Antonieta se apartaba inconscientemente de la realidad y que derrochaba ante la penuria general, viviendo una realidad ficticia.
La realeza británica aprendió quizás a estar con el pesar de la población y, en el desastre de Aberfán (1966), Isabel II realizó una tardía visita de lo que se convirtió en “el mayor arrepentimiento” de sus años de reinado, por la demora.
Nuestra “Madame Deficit”, en el caso de la tragedia de Once (2012), solo emitió un comunicado de condolencia y voló a Río Gallegos a las 48 horas.
Por su parte, Néstor Kirchner tardó trece días para referirse a los 194 muertos en el incendio de Cromanón a fines de 2004. Era presidente y se encontraba en el sur para celebrar el año nuevo, y allí se quedó, en silencio. “Los Kirchner, siempre lejos de las tragedias”, tituló Ana Gerschenson en El Cronista, el 22 de febrero de 2013.
Mientras tanto, los derroches en energía, en uso personal de bienes públicos y más, terminaron en un colosal déficit en diciembre de 2015.
Los seres humanos son motivados por el deseo de obtener placer y evitar el dolor: ¿tanto dolor aleja a los gobernantes de la penuria de los gobernados, que prefieren esconderse?
El Filebo es un diálogo platónico que trata sobre el rol del placer y la inteligencia en la vida conducida por el bien. Es uno de los diálogos tardíos de Platón; quien allí avanza analizando los distintos tipos de placeres en puros e impuros, verdaderos y falsos; y los conocimientos en técnicos, culturales, y dialécticos, cuyo objeto es lo real. Ninguno de estos puede estar ausente de la vida buena. La conclusión final es que lo bueno de la vida es la proporción con la que se mezclan estos componentes, y esta procede de la inteligencia, no del placer.
El placer de consolar y el de administrar con austeridad, estimo, conforman una proporción importante en la inteligencia de una vida buena.
Gestor de patrimonios financieros y Contador Público
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