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Marcos Torres mira el vaso medio lleno: rescata 4 bancas ganadas y pide autocrítica en el PJ cordobés

El intendente de Alta Gracia incluye como una victoria del PJ la renovación de Natalia De La Sota. También admite que la necesidad de cambios urgentes en la administración de Llaryora si quiere conservar el poder en 2027.

Marcos Torres junto a Schiaretti
Marcos Torres junto a Schiaretti | Cedoc

Los peronistas se caracterizan por encontrar siempre el “lado positivo” de los resultados. Aunque ganen o pierdan, siempre se gana. Las elecciones del pasado 26 no son la excepción. Marcos Torres sorprendió a todos y celebró las “4 bancas conseguidas por el peronismo de Córdoba”.

En un tono de franco optimismo, el intendente de Alta Gracia, aseguró que, a pesar de los desafíos, la fuerza provincial logró ampliar los dos escaños y asegurar cuatro bancas en el Congreso Nacional. "Metimos cuatro diputados", aseguró en los micrófonos de radio Punto a Punto.

Natalia de La Sota con Marcos Torres

"Yo hoy decía, sin darnos cuenta metimos cuatro diputados", expresó en la entrevista en AfterOffice. Pese a explicarle que Provincias Unidas, el sello del gobernador logró que ingresen Juan Schiaretti, Carolina Basualdo y Miguel Siciliano, la cuenta se completaba con una figura que generó polémica: Natalia de la Sota.

Para el gran frente opositor que enfrente al PJ de Córdoba "faltan varios cafés", argumentó Marcos Ferrer

Ante la repregunta de si De la Sota era de la fuerza, el intendente Torres aclaró que, si bien "hace 3, 4 años estaba dentro", el objetivo era claro y se cumplió: "queríamos meter cuatro de Provincias Unidas, pero siempre hay que hay que mirar el vaso medio lleno".

El intendente también analizó el impacto de la llamada "ola violeta" en la oposición, señalando que el movimiento libertario "lo único que causó es que dejó náufragos juntos por el cambio, que son los que quedaron totalmente eh que no tienen prácticamente representación".

La necesidad de renovar el “cordobesismo”

El segundo eje de la autocrítica se centró en la necesidad de que el gobierno de Martín Llaryora muestre cambios concretos y deje de depender de los logros históricos del peronismo provincial. Torres fue enfático al señalar que el "voto es inteligente" y "cambiante".

A título personal, Torres manifestó su convicción de que "hay que escuchar a las urnas", pues existe una nueva generación que exige "otro tipo de reacción" y que obliga a "modernizar las formas de llegarle a a los vecinos".

Marcos Torres junto a Llaryora

El intendente destacó la importancia de la gestión municipal, el eslabón "donde llegan todos los reclamos", preguntándose si aún se valoran realmente el votante las obras de agua, las contenciones a merenderos y familias vulnerables, o la ayuda a los clubes.

Sin embargo, el punto más alto de su análisis se dio al exigir una renovación total del discurso oficialista, sentenciando que las históricas políticas de Estado ya no alcanzan para movilizar a un electorado cordobés "exigente": "Lo digo y va a ser polémico. Ya no podemos seguir vendiendo el PPP y el boleto estudiantil. ¿Y ahora qué? A ver, achicame algo de la estructura ¿Qué viene nuevo? ¿Qué va para adelante?".

Torres sugirió la necesidad de "achicar el Estado" y revisar la estructura de ministerios y agencias.

El dirigente concluyó que la tarea del peronismo es "escuchar a la gente, escuchar la sociedad, seguir gobernando con un estado presente", pero siempre con la convicción de agiornarse. Esta necesidad de cambio es vista como vital, ya que el resultado electoral no significa necesariamente que el modelo ganador sea "exitoso".

El mensaje es claro: si el oficialismo provincial no escucha al voto "muy pensado" e "inteligente" de Córdoba, lógicamente enfrentará consecuencias.