Miguel Oviedo era un futbolista polifuncional que recibía elogios por doquier por su versatilidad en el campo de juego, y siempre en gran nivel. Surgido del club Palermo, luego pasó por Racing de Nueva Italia e Instituto hasta que logró una consagratoria carrera en Talleres, donde llegó a la Selección argentina obteniendo la Copa del Mundo de 1978.
Esa gloria del fútbol cordobés y nacional, por estos días está resguardado en su casa, junto a su familia, haciendo la cuarentena. Sin embargo, previo a esta situación era habitual verlo en el Polideportivo Municipal Carlos Cerutti, donde realiza tareas de mantenimiento y administración. El campeón del mundo es quien recibe a cualquier deportista que entrena en ese lugar. “Sí, sigo trabajando ahí. Ahora me tuve que meter en casa, siguiendo todos los protocolos”, le cuenta la ‘Cata’, de 69 años, a PERFIL Córdoba.
Oviedo es uno de los 22 futbolistas argentinos campeones del mundo del 78. Privilegio de unos pocos, pero entiende que si ese título hubiese sido en estos tiempos, quizás su vida sería distinta. “No tengo dudas, ahora hay cámaras por todos lados, hay mucha prensa, y antes no era así. Yo voy por la calle y la gente que pasa al lado mío ni cuenta se da, lo mismo le pasa al ‘Cabezón’ (Luis Galván)”, afirma. Pero entiende de los tiempos, y por eso agrega: “¿Cómo van a saber los nenes quién soy? No tienen por qué saberlo”.
Es que Oviedo, que jugó 453 partidos con la camiseta de Talleres, siempre tuvo perfil bajo. “Laburé toda la vida de lo que me tocó, sin pedir privilegios a nadie... Siempre laburé. Haber sido futbolista y se campeón del mundo fue un hecho muy importante en mi vida, pero la vida continúa”.
- ¿Qué le genera el recuerdo del Mundial ‘78?
- Es un recordatorio, el haber integrado esa Selección, una gran Selección, ser campeón del mundo. Siempre recuerdo la final.
- ¿Y qué recuerda de esa final?
- Toda la expectativa que había, lo previo al partido, los nervios de jugar una final del mundo, por más que uno tuviera experiencia hay nervios. Cada uno lo maneja de distintas formas, yo cuento lo que me sucedió a mí, de esos nervios por la gente y por el momento que atravesaba el país.
- Galván, Valencia y usted llegan desde Talleres un poco ninguneados por la prensa porteña y terminaron tapando bocas.
- Fuimos convocados para jugar, los tres estábamos en condiciones de ser titulares. A mí no se me dio, pero yo estaba en condiciones de ser titular. Y disfruté mucho esa convocatoria, ser parte de ese grupo campeón del mundo.