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Milei: “Yo no le tengo miedo a nada: si en el 2023 hay que jugar, lo voy a hacer”

El diputado sostuvo que la fragmentación del escenario político favorece a las personas más que a las estructuras. “Los políticos me desprecian porque los expongo”, dice el libertario.

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TEXTUAL. “Juntos por el Cambio se partió en 10 bloques y el peronismo también está dividido. Hoy no hay polarización”, dice Milei. | CEDOC PERFIL

Termina la nota con PERFIL CÓRDOBA en el hotel que sirve de bunker de su estadía en Córdoba y Milei dispara: “Si en el 2023 tengo que jugar lo voy a hacer. Yo no le tengo miedo a nada”. ¿En qué se basa el diputado libertario para mostrar semejante nivel de optimismo? Hay múltiples factores para tener en cuenta a la hora de que el espacio compita fuerte en el 2023 y que él mismo llegue a pelear por la presidencia.

“Las ideas libertarias están prendiendo cada vez más fuerte en la gente”, dice Milei. De hecho, al hablar de su lógica de construcción camino al ’23, asegura que primero la gente tiene que conocer “las ideas de la libertad”. “Para eso vengo a Córdoba. La idea es brindar clases abiertas de economía. La gente tiene que estar interesada en lo que proponemos”, señala. A la par, avanza con la construcción de un frente nacional cuyo objetivo final es lograr representación en todo el país en las próximas elecciones. “Cuando dentro de dos años entrés a votar, en cualquier punto del país tenés que encontrar una opción liberal. En eso estamos”.

La otra pata que Milei pone en la mesa más allá de su estructura –por ahora sustentada en la alianza del Partido Demócrata con el Partido Libertario y una veintena de agrupaciones ideológicas afines– es “la fragmentación en la que se encuentra el sistema político/partidario luego de las elecciones de noviembre”.

“Juntos por el Cambio se partió en 10 bloques y el peronismo también está dividido, después de la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de diputados, los gobernadores tal vez tomen partido y no sé dónde se va a ubicar (Sergio) Massa. Hoy no hay polarización, todo lo contrario”, asegura.

En ese contexto, Milei apela al ejemplo de las últimas elecciones en Chile. “Cuando más fragmentado está el sistema, empiezan a jugar un rol más importante las personas que las estructuras. Boric y Katz son un claro ejemplo de esto. Llegaron al ballotage dejando atrás a las grandes estructuras partidarias. ¿Por qué no se puede dar acá?”.

–¿Tiene representantes en Córdoba o aún está en la búsqueda?
–Estamos trabajando en eso, pero lo que realmente importa es que en el 2023 haya una opción liberal en todo el país.

–Usted mide bien en las encuestas y volvieron a decir que es un fenómeno netamente porteño. ¿Cómo instala su propuesta más allá de CABA?
–El ninguneo que hace la política a nuestro trabajo es decir eso: que somos un fenómeno porteño. Inclusive dijeron que es un ‘fenómeno barrial’. Otros aseguran que representamos el voto bronca y cuando a la gente se le pase, no nos va a seguir más. Las respuestas son varias. El fenómeno del sorteo se publicó en medios de 25 países: no me huele a fenómeno local. ¿A qué político argentino le dedicaron una página entera en The Economist? Hay políticos que pagarían por eso.

–Muchos políticos critican que sortee su sueldo.
–Bueno, eso está buenísimo porque te muestra lo que es la casta. Salieron todos a hablar y se quedaron a mitad de camino, con explicaciones burdas. Mostraron lo peor de la casta política: resentimiento, envidia, hablan sin saber.

–¿Usted siente que los expone?
–Exactamente. Yo dije que iba a trabajar con la idea del principio de revelación. Bueno, hago cosas que los deja en evidencia. El sorteo es una de ellas: al margen de que los muestra (como) casta, sucios y totalitarios, también deja ver dos cosas más. Primero, lo que gana un diputado respecto al resto de la población: tiene una vida más acomodada al que está representando. Y segundo, cuando ves el estilo de vida que llevan los políticos está claro que no es por el sueldo que ganan en la política. Los expongo en su falso progresismo y también como los ladrones que son.

–¿Haber logrado el resultado de noviembre lo obliga a jugar de otra forma en 2023?  
–Me lo preguntó (Luis) Novaresio y respondí con una pregunta: ¿Hace dos años me hubiera imaginado esto? Ni en pedo. Bueno, la dinámica te va llevando.

–¿Está dispuesto a jugar como tenga que jugar en dos años?
–El primer objetivo es que haya una boleta liberal en cada rincón del país para que se pueda elegir una opción liberal. Después se definirán los nombres…

–¿Ese no es el punto débil? La falta de estructura: es solo usted.
–(Hace un gesto de fastidio). No, porque yo estoy dispuesto a tomar el lugar que la gente y la sociedad me asignen. Recordá que soy liberal libertario: soy adherente a la escuela austríaca de pensamiento, por lo que para mí lo que manda es la demanda. La realidad es que vos podés pretender una cosa, pero después no te votan y hay un montón de experimentos contra natura que por más plata que le hayan puesto no funcionaron. Y hay gente que no tiene aparato y puede prosperar.

–En ese armado ¿qué puede pasar en Córdoba? ¿Pegan sus ideas, su discurso?
–Córdoba es uno de los lugares más reacios y adversos al populismo y tiene un correlato muy interesante en lo que es su matriz productiva, lo que puede explicar mucho de eso. Yo creo que los cordobeses, cuando profundicen las ideas de la libertad, van a adherir más fuertemente al liberalismo y no a los tibios social demócratas.

–¿Jugaría para presidente en el 2023?
–Si las ideas de la libertad están impuestas como para jugar y a mí me asignan ese lugar en ese momento histórico yo lo hago, no le tengo miedo a nada. Solo le tengo miedo a Dios. Si me toca jugar, lo voy a hacer.