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RUMBO AL CONGRESO DE CIENCIA Y GÉNERO

Mujeres y agronomía: el tránsito entre la academia y la actividad productiva

Para la ingeniera Catalina Boetto, el cambio en las últimas décadas fue total: “Cuando ingresé a la carrera, los porcentajes de participación de mujeres eran muy bajos, entre un 15 y 30%”.

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PRIMER CONGRESO DE CIENCIA Y GÉNERO. Córdoba será la sede de este encuentro que tendrá lugar entre el 24 y el 27 de agosto, con modalidad a definir de acuerdo a la situación epidemiológica. | Cedoc Perfil

“Empoderando la diversidad en ciencia” es el título de la segunda actividad que se da en el marco del Pre Congreso de Ciencia y Género organizado por los Ministerios de Ciencia y Tecnología, de Justicia y Derechos Humanos y de la Mujer de la Provincia de Córdoba, junto al CCT Conicet Córdoba, la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad Provincial de Córdoba.

 De los dos paneles (ver aparte) en uno participará Catalina Boetto, secretaria de Ganadería del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la provincia de Córdoba, primera mujer en ocupar ese cargo en la estructura gubernamental.

La ingeniera agrónoma, docente y empresaria se sumó a la gestión tras tres décadas de docencia universitaria y de trabajo en el sector privado.

Especialista en nutrición aplicada a la producción bovina, en diálogo con PERFIL CÓRDOBA cuenta cómo fueron los inicios de MBG Ganadería, en un marco meramente masculino, no solo el del trabajo agrónomo: “Por entonces, con mi socia, Ana Gómez Demmel, incursionamos en el desarrollo de software, otra actividad también habitualmente masculina. Dijimos: «vamos a generar herramientas de planificación». En ganadería bovina, la planificación era la principal deficiencia. Y uno de los motivos era la falta de herramientas para planificar, que sí tenía la agricultura. Así, comenzamos a desarrollar, hace muchísimos años, herramientas informáticas —aplicaciones— para hacer una ganadería planificada, desde la nutrición, uno de los principales costos operativos”, describe; y agrega: “Seguimos y seguimos, desde una pequeña versión en 2003, y así en lo sucesivo, hasta 2017, y ahora estamos en el desarrollo de una nueva. Se trata de volcar todo el conocimiento científico de predicción de respuesta animal junto a la experiencia práctica de haberlos aplicado. Básicamente, nutrición aplicada a la producción”.

—¿Qué me puede adelantar de su participación en el Pre Congreso, considerando la actividad en la que se desempeña, y cómo valora la iniciativa del Congreso sobre Ciencia y Género?

—La propuesta es interesante, porque he participado en la academia desde la Secretaría de Ciencia y Técnica, como revisora de programas y becas. Y la promoción de esta reflexión crítica es muy buena porque muchas veces no se visibilizan en la sociedad los problemas de género tanto en el ámbito de la ciencia como en el trabajo profesional; donde, en general, el tema es soslayado. Es importante ponerlo en perspectiva con un congreso, que tiene ejes temáticos relevantes para discutir.

—En su caso, es profesora universitaria, está en la función pública, y también tiene una empresa vinculada a la ganadería. ¿Cómo es el abordaje desde lugares tan distintos del problema?

—Es una situación provocada porque, cuando era estudiante, hace muchos años — ingresé en el 81-, percibía que había una desconexión entre la academia y la realidad productiva. En general, cuando te involucrás en la academia es a tiempo completo. Hice un mix porque pensé que era importante llevar a los alumnos la visión de la actividad productiva, que siempre me gustó. Entonces, hice esta combinación, que fue muy engorrosa, porque en realidad nunca estás a full en ninguna. Traté de buscar una combinación, y me parece que resultó en mi caso porque pude lograr un desarrollo profesional también en la actividad privada. A esta altura, tras años en la academia y en la empresa, me llaman para la función pública, siendo que no soy política ni milité, por mi currículum. Fue un halago porque no estaba en mis planes. Es un cargo de perfil técnico, pero también está la política.

—En ese tránsito, hablando de mujeres y agronomía, ¿Cómo fue la relación en los 80 y cómo es ahora?

—Cambió completamente. Cuando ingresé a la carrera, los porcentajes de participación de mujeres eran muy bajos, entre un 15 y 30%. Se recibían menos de ese porcentaje. Y trabajando, pocas. Ese fue el primer desafío: trabajar en la actividad productiva. Viniendo de una familia tradicional, estudiar agronomía ya lo era, y no fue fácil. Tuve que ir reinventando mi perfil hasta lograr insertarme. No fue fácil porque, al principio, la idea generalizada es que para ser ingeniera agrónoma necesitás fuerza física. Y no es así, se suponía que estábamos para otra cosa, pero con el tiempo salimos del estereotipo del ingeniero agrónomo clásico. Hoy, como docente, una actividad que disfruto, veo que cambió muchísimo la inserción laboral de las mujeres. Para bien. Ya no piden en los avisos «ingeniero agrónomo solo masculino y disponibilidad de vehículo». Y siempre fomenté en mis equipos de trabajo y en las cátedras donde participo que las mujeres tomaran puestos de decisión. Normalmente, esta es una falencia que veo en mi modesta opinión, veo que las mujeres tienen gran capacidad y formación, pero falta involucramiento en lugares de decisión.

—¿Qué estrategias piensa que podrían desarrollarse para lograr una mayor inserción, porque sigue siendo baja la incidencia de mujeres en esas áreas?

—No me gustaba el cupo como manera de ingresar, porque me parecía que atentaba contra mi propia formación, que me eligieran por una condición no por algo que hubiera desarrollado. Sin embargo, a lo largo del estudio y ver ejemplos en muchos lugares del mundo, en determinadas situaciones tuvieron que apelar a este recurso para poder comenzar a demostrar y mostrarnos como somos. Así, aunque me parecía peyorativo el cupo, pero en algunos casos hace falta. Hoy en otros ámbitos no es necesario, creo que las cosas han cambiado. Sobre todo con el teletrabajo que allanó el camino en varios aspectos: nos podemos organizar, ser más productivas, sacando del medio el problema de las distancias, por ejemplo.

—Abordando otro tema, Hay una movida intensa de proteccionistas y veganos contra el consumo de carne. ¿Qué opina al respecto?

—Si miramos la historia de la humanidad, gracias al consumo de proteína animal le permitió al ser humano el crecimiento intelectual que tiene hoy. Respeto muchísimo las opciones de alimentación, porque son eso, opciones. Lo que no me gusta son los fanatismos fundados en creencias, que simplifican a «todo lo animal en la alimentación está mal». Es exagerado y una posición extrema. 

La ciencia indica ventajas de la carne y la leche. Vivimos en un país en el que es posible consumir proteína de calidad a un precio considerable. Si pensás que un kilo de palta cuesta 950 pesos, con un 90% de agua, y un kilo de la mejor carne, en el mejor de los casos, sale 700 pesos, las más caras, con menos agua y 25% de proteínas de excelente calidad. Hoy a un niño podemos con poca cantidad de carne darle una alimentación de calidad. Lo que sí es necesario, y es mi objetivo, es la producción con sustentabilidad, con lo ambiental en primer plano. Ahí es donde orientamos nuestras acciones los ingenieros agrónomos, somos los primeros en producir sustentando, a pesar de que el mundo crea que no; producimos cuidando los recursos, el suelo, las plantas y los animales; y, por supuesto, trabajando en bienestar animal. Y no puede haber bienestar animal si no hay bienestar humano. Y hoy hay una corriente vegana muy fuerte, y es respetable, pero también hay que pensarla con ciencia, más allá de la creencia. Y cuando la mirás desde lo científico, son bastante diferentes a lo que se comenta desde algunas posiciones extremas.

 

PRE CONGRESO

9 de febrero de 10 a 12.30

De manera virtual, y con entrega de certificados, en esta actividad previa tendrán lugar dos paneles. El ya mencionado, donde participará Boetto, abordará “El desafío de trabajar en ganadería”. También será parte la doctora Patricia Castellano cuya exposición se titula “Perspectiva de Género en los ambientes académicos y científicos”. 
En el segundo Panel estará el doctor Hugo Rabbia que abordará “Universidad y género: impacto de la capacitación Ley Micaela en UNC” y la doctora Fran Bubani tratará “Los desafíos planteados por la visibilización de la diversidad sexogenérica en el ámbito científico”. 

Las inscripciones están abiertas en la página web del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia. 

Congreso de Ciencia y Género

Según informan los organizadores, el Congreso se abordará con perspectiva de género desde el paradigma feminista y con enfoque en Derechos Humanos. Lo proponen como un espacio de debate y reflexión que tiene como fin intercambiar conocimientos y compartir saberes en los ámbitos científico, tecnológico y artístico. Tendrá lugar entre el 24 al 27 de agosto de 2021 y su modalidad será virtual y semipresencial de acuerdo a la situación epidemiológica del momento. Las inscripciones se abrirán a mediados de febrero y es completamente gratuito: tanto inscripción, participación como certificación.

Más información en mincyt.cba.gov.ar/ congreso-de-ciencia-y-genero