Hacia el este de la provincia de Córdoba, en el límite con la vecina Santa Fe, el narcotráfico es una realidad que golpea cotidianamente. Se manifiesta con tráfico, transa y violencia urbana. Es el contexto en el cual, en febrero de 2013, desaparecieron más de 22 kilogramos de sulfato de pseudoefedrina en la empresa farmacéutica Savant Pharm SA, ubicada en la localidad de El Tío.
El apoderado de la firma denunció el robo. Desde hace más de cinco años, nada se sabe sobre el o los autores del hecho y en dos oportunidades el fiscal federal Luis María Viaut dictaminó el archivo de la causa, ante la imposibilidad de avanzar con la pesquisa. En una resolución reciente, el juez federal Mario Garzón achacó inacción al Ministerio Público Fiscal por no haber tomado todas las medidas posibles para avanzar en el esclarecimiento de lo sucedido. Además, propuso medidas para controlar la compra, venta y tráfico de precursores químicos en Argentina.
El magistrado ocupó varias páginas del fallo para fundamentar la importancia que tiene en el combate al narcotráfico la detección de delitos vinculados a productos quí- micos autorizados que, fuera del marco legal, pueden ser utilizados en la elaboración de estupefacientes. “Los precursores más relevantes por su valor económico son el anhídrido acético, el permanganato potásico y la pseudoefedrina que, sin perjuicio de sus usos legales, son utilizados en el mercado ilícito para fabricar heroína, cocaína y metanfetamina -precisó Garzón-.
El sulfato de pseudoefedrina no es un químico inofensivo para la producción de medicamentos, sino que constituye un componente utilizado clandestinamente para la fabricación, extracción y preparación de estupefacientes y sustancias psicotrópicas”, expuso el magistrado. Destacó, además, que las drogas de diseño no requieren de una gran logística o grandes volúmenes del producto básico y que las pastillas se pueden elaborar en la cocina de una casa a un costo relativamente bajo. “Hace más de 25 años los grupos de expertos vienen señalando que la reglamentación del comercio legítimo de precursores, a fin de negar a los traficantes el acceso a las sustancias químicas que necesitaban, es uno de los instrumentos más valiosos en la lucha contra los narcotraficantes”, sostuvo. En este caso, el juez ordenó continuar la investigación al advertir que no se cumplieron varias medidas de prueba, como la recepción de testimonios de empleados que tenían acceso al sector donde desapareció la efedrina y de personal de seguridad. Además, la empresa nunca entregó los registros fílmicos de esos sectores y tampocopresentó copias certificadas de las facturas de compra con sus correspondientes despachos de importación de la sustancia química desaparecida. Otra cuestión pendiente es la investigación interna de la empresa, cuestión que fue sugerida por la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) pero nunca se realizó.
PROPUESTAS
En la misma resolución el juez aporta dos propuestas para avanzar en la investigación de tráfico ilegal de precursores químicos.
◆ Realizar un diagnóstico de la situación de la Argentina en materia de tráfico lícito e ilícito de precursores químicos para fijar prioridades de política criminal. La realización de un relevamiento de los precursores más importados y exportados a fin de contrastarlos, en el caso de las importaciones, con la estimación de las necesidades legales anuales para cada químico, aportada por la Anmat o por las cámaras empresarias del ramo.
◆ La creación de una base de datos unificada, que permita el acceso de las fuerzas federales mediante clave (y pueda ser consultada por otras fuerzas policiales mediante pedidos por escrito), en la que se vuelquen los datos sobre secuestro de precursores químicos en procedimientos por narcotráfico.