Hay muchas personas cautivadas por las alternativas de la serie ‘This Is Us’ y por adivinar quién ganará en ‘Gran Hermano’, pero cada día son más los que se desvelan por saber cómo va a seguir el asunto entre Luis Juez y Rodrigo de Loredo, que comenzó como un romance al estilo de ‘Cuando Harry conoció a Sally’, pero que siempre está al borde de terminar como ‘La guerra de los Roses’. Algunos se esfuerzan por sonsacar detalles del acuerdo al que habrían arribado, según el cual primero apelarían a un pool de encuestas. En caso de no haber un ganador neto irían a internas y, si de ahí tampoco surge una definición, se los invitaría a participar de una drag queen race con Ru Paul como jurado.
Tanto esfuerzo están haciendo para levantar el perfil, que ahora Juez figura en una encuesta como uno de los dirigentes con mayor imagen positiva en la Argentina y De Loredo suena como compañero de fórmula presidencial de Patricia Bullrich. Si continúan en esta senda, no sería raro que el radical pueda ser convocado para negociar la paz entre Rusia y Ucrania, o que el líder del Frente Cívico actúe como figura central en el show del medio tiempo del próximo Supertazón. Periódicamente, ambos precandidatos de la oposición se sacan una selfie juntos como muestra de unidad, pero algunos allegados temen que puedan empezar a manifestarse gestos de discrepancia, como hacerse los cuernitos o sumbudrule en esas fotos.
Donde más se disfruta de esta tensión es, por supuesto, en el oficialismo provincial, donde apuestan a que el acuerdo entre los principales aspirantes de Juntos por Cambio se rompa con tanta premura como la ilusión de Sergio Massa de bajar la inflación mensual al cuatro por ciento. Dentro de la alianza, la Coalición Cívica expresó su hartazgo por la indefinición y salió a bancar a Luis Juez, una jugada que un analista interpretó con ironía: “Estaría bueno que apoyen a Luisito para gobernador y a Nito Artaza para presidente; después lo proponen al Negro Alvarez para la municipalidad, y no sé si las cosas van a andar mejor, pero al menos no vamos a parar de reírnos”.
Lo que han verificado los expertos es un reflujo en la epidemia de nominaciones a intendente, porque algunos de los contagiados por este virus resignaron sus aspiraciones para apoyar a Daniel Passerini, a quien por estos días bien se lo podría ver como bastonero de una murga en los corsos de San Vicente, como trombonista de Bandalos Chinos en el Cosquín Rock y como árbitro del partido de Talleres contra Central Córdoba en el Kempes. Tal es la presencia mediática del referente delasotista, que de tener un relativo nivel de conocimiento entre la población, ya ha pasado a ser más popular que Marcelo Tinelli, Alfa y la China Suárez.
Según algunos insidiosos, Passerini es hoy la envidia de otros que también aspiran a habitar el Palacio 6 de Julio, pero a los que la gente común no logra identificar ni aunque se le den 10 oportunidades, 15 pistas y hasta las sílabas con las que empieza y finaliza el apellido. Encima los aumentos de la nafta no estarían ayudando a la abogada que es postulante libertaria a la intendencia, Verónica Sikora, aliada en la provincia con el estacionero Gabriel Bornoroni, quien habría pensado en un eslogan de su campaña a la gobernación que rece: “La Libertad Avanza… como los precios del combustible”.
Para esta jornada de domingo se espera un nuevo desembarco en Córdoba de Horacio Rodríguez Larreta, que para ser ecuánime, evitaría fotografiarse con Juez o De Loredo y preferiría retratarse con la estatua del oso o montado en la mula del Cura Brochero. Como se sabe que José Palazzo lo aguarda en el predio rockero de Santa María de Punilla, al precandidato presidencial le habrían advertido sobre la ola polar que ha traído al verano cordobés temperaturas dignas de la base antártica Comodoro Marambio. Por eso, no debería llamar la atención que, a su paso por las sierras, al jefe de Gobierno porteño se lo vea ataviado con pieles de bisonte, un gorro cosaco para proteger su calva y botas acolchadas como las que usan los esquimales en las islas Aleutianas.