Agustín Tamagnone era hace dos años el mejor tenista argentino sub-18. El cordobés de Río Tercero siempre se destacó. Pero de pronto no se escuchó más de él. Pero no, no desapareció del circuito. Sus noticias empezaron a aparecer todas en inglés, ya que desde hace dos años está radicado en Estados Unidos.
¿Qué hace en el país del norte? Sigue jugando al tenis. Fue becado cien por ciento en la Southern Utha University. Lo hizo con gran suceso. A tal punto que ahora se transfirió a East Carolina University. Otra forma de ser un tenista de elite siendo juvenil.
El riotercerense retornó hace un par de semanas al país, ya que inició la temporada de vacaciones en la Universidad. Por estas horas disfruta después una temporada muy agitada, donde debió alternar sus estudios en Ingeniería en Sistemas con el tenis.
“Ahora estoy descansando porque allá empieza el verano y tenemos las vacaciones largas. Son tres meses. El sistema escolar es de agosto a diciembre, luego quince días de descanso, y se retorna en enero hasta mayo. Estaba en Cedar City, en Utah. Allá estuve tres semestres entrenando y compitiendo para la Universidad. Ahora terminé mi segundo año de competición, que son cuatro, y los dos años que restan me transfiero a otra universidad más grande, más prestigiosa, en Carolina”, le narra Tamagnone a PERFIL Córdoba.
Nivel alto. Son cuatro los años para poder competir. El cordobés tiene 20 años y dentro de dos años tendrá un título universitario y se podrá dedicar de lleno al tenis profesional. Por ahora debe alternar. “Estoy en un momento de transición. Las prioridades cambian un poco. El tenis no es todo. Ellos te ofrecen hacerlo 50 y 50, y en Argentina no tenés esa chance. Acá es tenis o estudio. Las prioridades entonces cambiaron un poco, pero el objetivo a largo plazo sigue siendo querer jugar al tenis”, explica el tenista que a los 18 años llegó a ser el número uno del país.
Y a propósito de promesas. En el mismo circuito universitario estadounidense está participando Axel Geller, el argentino que en el 2017 llegó al puesto número uno junior del ranking ITF tras jugar las finales de Wimbledon y el US Open.
“El nivel es muy alto. Hay muchas universidades, los equipos. El año pasado cuando empecé estaba Geller jugando para Standford, y fue número uno del mundo, es argentino. Eso marca que el nivel es muy alto, y no gana todo. Están los mejores”, subraya.
Dejar el país no fue fácil, pero Tamagnone entendió que esta posibilidad era una gran salida para su futuro. Entonces, argumenta: “Fui por el tenis, pero vamos a ser realistas, el sistema de Estados Unidos es muy bueno, está muy bien armado, hay infraestructura, tenes el calendario y un gran nivel de estudio y de tenis. Entonces, le conviene muchísimo a los latinoamericanos ir a competir allá, por el simple hecho de que está difícil la situación económica. En Estados Unidos te ofrecen esta posibilidad. Mi beca es cien por ciento, entonces mis gastos son muy pocos. Nos dan un montón de servicios, nos tienen muy bien atendidos, con entrenadores, nutricionistas, psicólogos, profesores... Acá no lo conseguiría. Tengo para jugar al tenis en un muy bien nivel, y al mismo tiempo estudiar y obtener un título”.
Una elección que le está saliendo muy bien. Y cuenta las diferencias. “El esfuerzo que hago es distinto, porque allá, al tener todos los servicios y comodidades, solo me preocupo por jugar al tenis y estudiar. En cambio en Argentina es con más presión y dificultades. Y te come la cabeza a largo plazo. Son dos tipos de esfuerzo”.
“Una experiencia distinta”
“El tenis es un deporte muy individual. Pero lo que te ofrece esta experiencia en Estados Unidos es jugar en equipo, similar a la Copa Davis. Son chicos de todos lados. En mi equipo en Utah eramos todos extranjeros. Había argentinos, venezolanos, coreanos, españoles, mexicanos. Entonces estamos todos en la misma todos estamos solos. Nos apoyamos entre todos. Y eso está bueno, es una experiencia muy distinta”, relató Agustín Tamagnone, que se inició jugando en el club 9 de Julio de Río Tercero, junto a su hermano Franco, uno de sus grandes referentes en el tenis. “Mi hermano también jugó al tenis. Él fue mucho mejor que yo, no le llego a los talones, y tengo la posibilidad de entrenar con él y me puede enseñar”, contó.
Por: Marcos J. Villalobo