Carlos Oulton, fundador del Instituto de Diagnóstico por Imágenes que lleva su nombre y fundó hace más de 40 años, es desde hace mucho una referencia de peso en el sector privado de la salud del interior del país. Liberal y pragmático, da su impresión al respecto del proyecto del oficialismo nacional que plantea una reestructuración del sistema de salud y que incluye nuevos roles para los subsistemas públicos y privados, con coordinación desde el primero en un esquema más amplio, mixto y federal. A la vez supone redefinir el alcance de las obras sociales y prepagas, entre otros puntos. La iniciativa ya fue calificada como una medida estatista, aunque Oulton reconoce que el sistema necesita reformas: “hay que discutir una reforma, eso es cierto. Pero en consenso con todos los sectores. La verdad es que el sistema de salud privado existe porque el sistema público, en su momento, abdicó”, plantea.
-¿Qué impresiones tuvo al leer el borrador del proyecto de reforma de salud?
-A lo largo de la historia hubo muchos intentos así. Desde la época en que sacan al ministro que tuvo Perón, que fue el mejor de todos, Ramón Carrillo. Hubo varios intentos de reestructurar. Creo que el sistema de salud merece ser estudiado, reestructurado, pero con participación de todos los que hoy formamos parte. Creo que lo que ha dicho la señora, que hay que corregir la salud porque anda muy mal, son declaraciones completamente extemporáneas porque estamos todos esperando una solución a la pandemia, a la economía, a la libertad, a la escolaridad, a la Justicia. Insisto que el sistema merece una revisión, pero con todos. Cada provincia tiene una obra social provincial, con ellos hay que hablar. No pueden cambiar todo desde Buenos Aires, sin hablar. Ya lo hicieron así con las AFJP y se robaron toda la plata. Creo que acá puede haber una transferencia de $300 mil o $400 mil millones anuales que pasarían a las arcas del Estado. Pero si van a pasar a las arcas del Estado, como el PAMI, va a ser un robo permanente. El PAMI es una caja política, no es una caja de salud. Todo esto creo que está fuera de contexto.
-¿Ve entonces, con este proyecto, la intención de encontrar una nueva caja?
-Hoy me suena así, como la caja de las AFJP. Pero puede ser una maniobra de distracción, una cortina de humo, salir a la cancha para las próximas elecciones. Sea cual sea el momento, hay que decir que los recursos públicos que van a la salud están mal utilizados. Pero creo poco en lo que dice el gobierno, porque cambian mucho las cosas. El sector privado atiende al 40% de la gente y todos han trabajo sin pausa. Hay cosas que hay que corregir, pero no pueden decir que el sistema no funciona con la cantidad de gente que dejó la vida...
-El proyecto habla de gestar un Sistema Nacional Integral de Salud Argentino que manejaría todo, ¿cómo lo ve?
-Es similar al proyecto que se armó hace algunas décadas y que en San Luis lo manejó el exministro Ginés González García. Fracasó. En el único lugar que sé que funcionó fue en el sur, en Neuquén. Pero hicieron grandes inversiones y se olvidaron de los recursos humanos. Uno puede hacer un gran edificio, con alta tecnología. Pero si a los médicos les pagan 20 pesos y no pueden vivir decorosamente se van del sistema público. Acá hay un problema concreto. La salud está regulada. A los prestadores nos subieron en 2020 un 20%, con una inflación del 40%. Nos descapitalizamos el año pasado y nos estamos descapitalizando este año. Y eso pasa porque la salud está regulada, pero los insumos no. Hay medicamentos que han subido 1000%, las prótesis no están reguladas, los salarios tampoco, los impuestos tampoco. Parece que quieren empobrecer a los prestadores privados, fundirnos, que desaparezcamos, que compren las clínicas y quedarse con las cajas.
-¿Le preocupa que haya un avance concreto hacia la propiedad privada?
-Creo que es indirecto. Lo hacen pisándonos los ingresos desde todo punto de vista, nos obligan a trabajar sin pagarnos y eso lleva a un desfinanciamiento total del sistema de salud que debe estar en el orden del 50% fácilmente. Creo que eso es intencional. Nada es gratis, el sistema se sostiene con impuestos y aportes de los beneficiarios. ¿Este sistema va a ser público y privado? ¿Va a haber elección por parte de la gente? ¿Va a ser federal? ¿Quién va a regular? ¿Van a mover todo de prepo como con las AFJP? Insisto que hay cosas que hay que corregir. Hay gente que tiene una obra social sindical y va a atenderse al sistema público. Eso el sistema público lo tiene que cobrar, porque le generan costos. Esas avivadas pasan. Pero con las tercerizaciones de las cobranzas, después no llega nada de esa plata al Estado.
-¿Qué dos o tres reformas son urgentes y vitales para el sistema?
-Creo que se justifica plenamente un orden. No la superposición. Hay gente que tiene dos o tres obras sociales. No puede haber 300 obras sociales que manejen la salud. Tendrán que desaparecer algunas. No pondría a las obras sociales a manejar la salud, prefiero que la maneje el Estado, sano. No el que maneja el PAMI. No creo que haya otro país en el mundo en que los sindicatos manejen la salud. El manejo de la caja de la salud se la dio Onganía a los sindicatos. Arregló con los gordos de aquella época y les dio esa caja. Por todo eso creo que hay que reestructurar. El Estado sano debería manejar, intentando que el gasto no supere los recursos. Y hay que invertir en hospitales, pero principalmente en la gente. Hay que pagarles bien a los trabajadores porque si no los hospitales que se hacen van a sobrar.