Manuel Tagle, presidente de la Bolsa de Comercio de Córdoba, ubicó el escenario actual como una “oportunidad histórica” para encauzar la economía y reordenar la política. Su lectura se apoya en un trípode: el orden macroeconómico inicial del Gobierno, el respaldo de Estados Unidos y el triunfo electoral de una opción liberal que, afirma, produjo un “shock de confianza” en los mercados. “No existe reactivación económica en el mundo si no es sobre la base de la estabilidad monetaria”, subrayó, y describió ese piso como el cimiento del bienestar social.
En diálogo con Punto a Punto Radio (90.7), insistió en que los impulsos de “demanda artificial” —precios congelados y tasas subsidiadas— “mantuvieron la actividad pero artificialmente” y terminaron agravando la pobreza. “Es inédito que hayamos tenido 52% de argentinos pobres en un país con recursos cuantiosos”, remarcó, y vinculó ese deterioro a “políticas intervencionistas del Estado” y a un “gasto público excesivo”.
Las tres “patas” del momento
Para Tagle, la primera pata fue el ajuste que habilitó el equilibrio y luego el superávit fiscal “en cinco meses”. “El presidente Milei logró lo que Macri no pudo con el gradualismo; evitó la inflación por emisión y puso al país en una condición de mayor equilibrio”, dijo. A su juicio, ese primer paso “fue auspicioso e inédito” y permitió que la estabilidad empiece a operar como motor de la actividad.
La segunda pata fue el apoyo norteamericano ante el “bombardeo” legislativo. “Cuando el sector legislativo empezó a minar el plan económico, los mercados se inquietaron, el dólar subió, hubo que subir la tasa. Trump reaccionó rápido y entendió que apoyar a Argentina tenía un valor estratégico; si el plan liberal de Milei triunfa, se expande a toda Latinoamérica”, planteó.
La tercera, el giro electoral que sorprendió en las legislativas. “Nos sorprendió a todos el resultado: fue imprevisto y fantástico. El país necesitaba ese golpe electoral. Antes pedíamos al menos un tercio de los votos para sostener vetos y evitar bloqueos; lo que ocurrió fue mucho más”, afirmó. Con esa confluencia, proyecta un “futuro brutal” si se consolida la estabilización.
Estabilidad e igualdad
Tagle hiló su definición política con una tesis social: “La inflación es el instrumento más cruel para generar desigualdad social”. Lo explicó con un ejemplo cotidiano: “La gente más vulnerable, en un país con inflación, no tiene crédito: no puede comprar una heladera o construir su casa”. Por eso asocia estabilidad con igualdad de oportunidades: “A medida que progrese, volverá el crédito y progresará la igualdad social”.
Populismo y “demanda artificial”
Sobre la década previa, admitió que el sector se benefició en el corto plazo con el estímulo al consumo, pero lo definió como un equilibrio falso: “Nos beneficiamos con ese estímulo a la demanda artificial… precios congelados, brecha cambiaria, tasas subsidiadas. Mantuvo la actividad, pero artificialmente”. Y profundizó: “No puedo creer que haya sido solo interés personal; hubo ideología y desconocimiento. El ‘Estado presente’ malentendido terminó en 52% de pobreza”.
Pionero empresario e identidad institucional
En clave local, defendió la mudanza de la Bolsa a la zona del aeropuerto como una apuesta por accesibilidad y convocatoria: “Logramos una convocatoria muy fuerte hace años, con ministros y presidentes; la Bolsa, liberal desde 1900, hoy tiene 125 años”. Recorrió también su propia historia como empresario automotor: del centro (Humberto Primo y Sucre) al polo concesionario de Colón y Sagrada Familia “cuando no había nada”. “¿Estás loco? El negocio del automóvil está acá”, recuerda que le advirtieron. Su respuesta fue de manual: “Para camisas hay que estar donde camina la gente; para autos, la gente se moviliza a buscar opciones”. Años más tarde, ese criterio derivó en Auto City (2013): “No parking, no business. Si no invertimos y mejoramos, no competimos distinto: hicimos inversiones que nos diferencian”.
Apertura, China y la industria
Tagle lee la apertura como un test para la industria local y un alivio para el consumidor. “Los mercados se están abriendo; cerrarlos para ‘proteger’ a los industriales es un gran error porque le hace pagar al consumidor un costo más alto y pierde bienestar”, dijo. Puso a China como vector de modernización: “Tomaron tecnología occidental, innovaron y se pusieron a la par. Hoy no necesitás pagar las marcas ‘extremadamente caras’ para tener eficiencia y confort”. En ese mapa, anticipó que el país tenderá a especializarse (“pick-ups para exportar”) y a importar lo que otros producen mejor: “Las fábricas se van a aggiornar; van a tener que invertir para sobrevivir y luego ganar plata, no al revés”.
Milei: forma y fondo
Consultado por el estilo presidencial, separó gestos de estrategia: “Milei es apasionado; a veces el apasionamiento se confunde con el destrato, pero su personalidad disruptiva explica logros en economía y política. No dejemos que los gestos no sustanciales tapen el bosque”, pidió.
Su cierre fue un llamado a cambiar la cabeza: “Como dijo el filósofo francés Guy Sorman, tenemos la cabeza para abajo y los pies para arriba. Hay que dar vuelta eso y pensar en positivo”, resumió.