En estos días se ha generado la polémica “derecho colectivo versus derechos individuales”. Como es de público conocimiento, defiendo la postura de los derechos individuales ante lo que considero embates totalitarios de un Estado con actitudes de corte fascistoide.
Considero que la vigencia del pase sanitario es estigmatizante, y que merced una campaña mediática despiadada, pesan en la auto y hetero estima de todo ciudadano no vacunado y que no pueda exhibir su “pase sanitario”, como si hubiera ciudadanos de primera y de segunda, ello por una llamada “pandemia” que en realidad tiene una baja tasa de letalidad, para la cual el sistema sanitario y el personal médico no estaban preparados suficientemente y que en todo el planeta ha servido básicamente para atropellar los derechos individuales, y para avances de corte totalitario y lesivos de los derechos humanos por parte de los gobiernos, no siendo nuestro país una excepción.
Estoy patrocinando y lo seguiré haciendo, acciones colectivas contra los gobiernos provinciales y nacional, con todo el plexo constitucional tuitivo de derechos, siendo las acciones principales amparo, habeas data (por la debida confidencialidad de datos médicos amparada por el art. 43 CN, violado por todos los protocolos establecidos), y habeas corpus (debido al peligro de arresto y confiscación de bienes como ya se diera en 2020 durante el ASPO).
He recordado, asimismo, públicamente y predicando en el desierto, que mientras no exista estado de sitio hay plena vigencia de los derechos constitucionales, incluyendo las libertades individuales. Considero cobardía intelectual justificar violaciones al estado de derecho por una “pandemia” que se pinta como la peste negra que asoló a Europa en el siglo XIV, pero que en realidad, es desmentida por las estadísticas, a pesar del terror mediático instaurado.
No obstante, aquellos que son tildados como “antivacunas” son perseguidos, el pase sanitario tiene el mismo nombre que el pase que instauró el gobierno hitleriano en 1936 con el pretexto del tifus (cuya difusión endilgaban al pueblo judío). Es casi imposible ser objetor de conciencia y se intenta con el pase sanitario fomentar la vacunación o inoculación. Esta abogada considera que no es fomento sino lisa y llana coacción por parte de los estamentos estatales y de muchos privados.
En conclusión, la libertad está en peligro y aquellos que la defendemos, también.
(*) Abogada-Técnico Superior en Régimen Aduanero