Pablo Lavallén se reconoce conforme, orgulloso, optimista. En apenas seis semanas, el DT de Belgrano logró cambiar el semblante de un equipo que andaba a los tumbos y también el humor del hincha “pirata”, que ahora no tiene que bajar tanto la vista para buscar el nombre más querido en la tabla de posiciones.
Un clima diferente se respira en el barrio Alberdi. Más distendido que en el arranque de la Superliga. Si hasta parece mentira que un mes y medio atrás el cuadro celeste se haya ido de La Bombonera vapuleado por Boca y criticado ferozmente por la prensa porteña. Fue aquel traspié (0-4) el que inauguró el ciclo de Lavallén (sucesor del renunciante Sebastián Méndez), cuya campaña se completa con dos empates y tres triunfos, el último ante Huracán (1-0) en el Gisgante de Alberdi.
“Estoy muy conforme con el rendimiento. Este equipo ya tenía entrega y ahora empieza a mostrar gestos de buen fútbol. Me siento orgulloso de dirigir a este grupo de hombres, que tiene hambre y que mete como le gusta al hincha de Belgrano pero que también intenta ser ambicioso en su juego. Así es mucho más fácil cosechar puntos”, dice Lavallén.
“Los jugadores entendieron rápido lo que pretendemos y lograron potenciar nuestra idea. Muchos tildaban a este Belgrano como un equipo incapaz de desplegar un buen juego, y hoy estamos demostrando que podemos sumar y jugar bien. Que podemos tener esa garra histórica que identifica al club y también buen fútbol”, destaca el DT del Pirata.
“Podemos mejorar más todavía”, sostiene con optimismo el entrenador de la “B”. “Sabemos dónde precisamos tener ese toquecito de jerarquía que puede potenciar más un equipo que viene en levantada. No me gusta hacer referencia a nombres, pero con el presidente (Franceschi) y el manager (Olave) hablamos de puestos de ataque”, puntualiza.
“Quedan 15 fechas por delante y aún no hemos ganado nada, pero vamos por el camino correcto. Es importante ver la tabla y encontrarnos entre los 10 mejores. Ese es el lugar donde nos gusta estar y vernos en esa posición nos permite soñar con quedarnos ahí o ir por más”, afirma Lavallén.
