Todos los años en esta época se comienza a poner en marcha la temporada invernal, con los centros de esquí y la nieve como protagonistas casi excluyentes. Eso en situaciones normales, que no son las que estamos viviendo ahora.
Con la pandemia de coronavirus instalada y en desarrollo en el país, operadores, agencias de viaje, hoteles, establecimientos gastronómicos, empresas de transporte, líneas aéreas y trabajadores, estables y temporarios, miran expectantes el almanaque y las medidas oficiales.
Desde la Cámara Argentina de Esquí y Montaña (Caem) su presidente, Pablo Torres García, afirma que la única certeza que tienen “es la incertidumbre” y que en los centros de esquí están trabajando, preparando las montañas. Lo plantea en términos futboleros: “Estamos haciendo la pretemporada, pero no sabemos si va a haber campeonato”.
“La situación es esta: hoy, el Gobierno nacional no estaría permitiendo el inicio de nuestras actividades; pero por debajo de la autoridad del Presidente están los gobernadores y algunos podrían pensar en flexibilizar el aislamiento, pero otros no”, explica y agrega: “Tenemos que esperar e ir viendo el día a día; mientras tanto, hay dos cosas en las que estamos trabajando muy fuerte con la Cámara, la salud y el trabajo. Con esos dos ejes hablamos con las autoridades planteando distintos escenarios, viendo qué pasa si abrimos y cómo. Tenemos muy claro que va a ser una temporada difícil para la nieve argentina”.
La caída de la actividad –o la no apertura de la temporada, como hipótesis pesimista– afectaría un universo de alrededor de 70.000 puestos de trabajo, 5.000 directos y 65.000 indirectos.
Y entre los escenarios que se plantean, analizan que “el turista extranjero no va a venir, porque las fronteras no van a estar abiertas y hasta septiembre no va a haber vuelos ni transporte terrestre”, entonces apuntan “a un turismo absolutamente regional, ni siquiera interprovincial, porque si alguien se traslada de una provincia a otra, cuando llegue tendrá que estar 14 días encerrado”.
“Nos estamos preparando para el ‘día después’, pero todavía no sabemos cuándo es ese día. La situación es tan difícil, que estamos analizando todos los escenarios posibles que pueden presentarse en esta temporada o ‘no temporada’”, asegura.
Y en ese análisis también incluye que, si bien los centros de esquí tienen nieve hasta septiembre y aunque puedan abrir después de julio, “esta no sería una buena temporada”.
En ese sentido, aclara: “Nosotros no somos un hotel o un restaurante, que pueden abrir y trabajar, por ejemplo, en noviembre; tenemos 90 días para facturar el salario de 365, por eso estamos en permanente contacto con las autoridades de Turismo nacional y con las provincias para ir viendo el día a día y las posibilidades”.
Por último, destaca: “Nosotros tenemos como partner muy importante al Banco de Córdoba, que siempre nos apoya con planes en cuotas sin interés y promociones para que los cordobeses puedan ir a la nieve, pero por ahora decidimos no hacer ninguna campaña”.
Entre los distintos centros de esquí prima la misma incertidumbre y se hacen semejantes preguntas. Desde Chapelco Ski Resort, su gerente General Agustín Neiman, afirma que “estamos todos en la misma situación, nos estamos preparando para abrir pero nadie puede asegurar nada”.
La única seguridad que tienen, por ahora, es que es muy difícil que la temporada se inicie en julio, “pero podría ser en agosto” estiman. “En ese caso, sería una temporada muy corta que podría extender hasta los primeros días de octubre, pero de cualquier manera vamos a trabajar a pérdida”, consideran.
Si bien creen que, si se flexibilizan las medidas de cuarentena, los autoricen y puedan abrir los centros, lo más importante es “no meter la pata para no volver al punto cero, porque si de repente tenemos un brote o esto (el contagio) crece de nuevo, hay que volver para atrás y a eso nadie lo desea”.
“Esto es común para todos, no solo para Chapelco que tiene un protocolo, sino para hotelería, agencias de viaje, transporte, comerciantes y municipios, todos trabajamos para que los protocolos puedan ser aplicados”, concluye.
En Córdoba, las agencias que comercializan los destinos de nieve, guardan prudente silencio. No quieren aventurar un pronóstico, pero adelantan que las consultas son muy pocas y las reservas, por ahora, no existen.
En Chile
Los centros de esquí chilenos se nutren, en gran medida, de turistas argentinos. La proximidad y el hecho de estar a poco más de una hora desde el aeropuerto de Santiago de Chile, como Sky Portillo y Cerro Nevado, por caso, hacen que el mercado nacional sea importante para los trasandinos.
Oficialmente, al igual que en Argentina, se están preparando para abrir sus puertas en la segunda quincena de junio (temporada que se extiende hasta septiembre), pero extraoficialmente admiten que se trata de una “gimnasia” ya acostumbrada que hacen todos los años: poner en marcha toda su infraestructura previendo la llegada de sus clientes, habituales o potenciales.
Si un cliente llama o escribe hoy para hacer una reserva, lo podrá concretar, pero le advertirán que en caso de cancelación esta se podrá hacer sin costo alguno, es decir, le devolverán el monto transferido o depositado sin ningún tipo de cargo.
Sin embargo, esta temporada no es normal, las dudas son las que condicionan todo y están referidas a si habrá vuelos internacionales, estarán abiertas las fronteras, se podrá disponer de la capacidad total de alojamiento o una parte, los protocolos exigirán un pasaporte sanitario a los viajeros, qué ocurriría en un caso de contagio y así sigue la lista de interrogantes.
Podrían apuntar al turismo interno, es decir, a los chilenos que pueden llegar en auto hasta los centros y también en ofrecer los ‘pases por el día’, pero el volumen de demanda en el primer caso y la poca rentabilidad del negocio en el segundo, no justificarían la apertura.
Por eso, en estricto off de record, algunos aventuran que no habrá temporada de esquí este año. En ese caso, las pérdidas serían millonarias en dólares.