Cuando empiece a bajar la espuma de la Copa del Mundo y ya tengamos un nuevo campeón, el Concejo Deliberante se aprestará a aprobar el proyecto de Presupuesto para el año 2023 del ejecutivo municipal. Los funcionarios del intendente Martín Llaryora hicieron una primera presentación ante concejales días atrás, pero volverán mañana a dar más detalles a las comisiones de presupuesto.
El cronograma que se negoció en Labor Parlamentaria prevé que este jueves el proyecto tome estado parlamentario, luego llegaría una sesión extraordinaria el lunes 5 de diciembre para tratarlo en primera lectura. La semana del 12 de diciembre tendría lugar una audiencia pública y después se trataría en segunda lectura para darle aprobación el jueves 22 de diciembre.
El Presupuesto, que diseñó el secretario de Finanzas de la Municipalidad Guillermo Acosta y su equipo, tiene varios datos destacados y que abren el juego al análisis. A saber:
—Ingresos: se prevén por $221 mil millones, de los cuales $141 mil millones son propios y casi $80 mil millones provenientes de otras jurisdicciones.
—Egresos: hay gastos totales por $225 mil millones ($174 mil millones son corrientes y $51 mil millones son de capital).
Eso deja el primer punto de análisis: un resultado financiero negativo de $4.166 millones, que representa un déficit para 2023 de 1,8%.
Sin embargo, el secretario de Finanzas de la Municipalidad, Guillermo Acosta, en diálogo con PERFIL CÓRDOBA, afirma: “Lo que muestra es una reducción marcada del déficit. Empezamos en 8.2% en el 2019, pasamos a 6.6% en 2020, el año pasado fue de 5.7% y la proyección para este año es de 3.5%. En 2023 vamos a dejarlo en 1.8”.
Según el funcionario, pese a que el resultado corriente sobre el gasto corriente es superavitario, el resultado financiero sobre el gasto total queda en terreno negativo por la inversión que viene haciendo el municipio: “Por eso quedamos en ese negativo de 1,8. La inversión proyectada para 2022 es de más de 25 puntos porcentuales sobre el gasto total. Es muy difícil encontrar un municipio que invierta un cuarto de su presupuesto”, dice Acosta.
Con todo, esa tasa de inversión no se sostendrá el año próximo y bajará algunos puntos. La proyección que hacen en el Palacio 6 de Julio es que la inversión quedé en 22.7%.
Acosta explica la razón de la desaceleración en la inversión para 2023: “Hay varios factores que explican eso. Uno, por los ingresos. El municipio va a hacer un esfuerzo importante por no ajustar todas las obligaciones fiscales vinculadas a las cuestiones patrimoniales, autos e inmuebles. Otro factor es que el presupuesto tiene una mayor inclinación a la inversión social, por la coyuntura. Si se clasifica el gasto por finalidad, el 61% tiene que ver con servicios sociales y es un crecimiento real del 13% respecto 2022. Estas cosas explican la desaceleración de la tasa de inversión, que va a seguir siendo alta. El promedio histórico de inversión es de 16%”, asegura.
¿Cómo se va a cubrir ese déficit? Desde la secretaría de Finanzas anticipan que recurrirán a deuda flotante y a la emisión de letras, en el mercado local y a corto plazo.
Inversión social y salarios. Un punto fuerte en el que eligió focalizarse Acosta cuando llevó los primeros números al Concejo fue en el referido a inversión social. Detalló que las secretarías con impacto social pasarán, en millones de pesos constantes, a recibir casi $84 mil millones, frente a los $73 mil millones de este año, lo que implicaría un incremento del 13% real.
El otro foco de la expansión es la torta salarial. A septiembre de este año, sobre los recursos ejecutados, las partidas salariales representan el 38% de los egresos. Y hay estimaciones de fuentes municipales de que quedarían en 40%-41%. Pero el año próximo, conforme a una paritaria que seguirá muy de cerca cada punto de la inflación, se proyecta que la torta salarial sea el 47% del gasto.
Impuestos. Otro aspecto clave es la suba de impuestos proyectada para 2023. Aquí la pauta municipal proyecta subas promedio del 44% para el Inmobiliario Urbano en inmuebles edificados, con topes del 55%, para los baldíos zona 1 a 5 la suba es del 60% (con tope del 80%) y para las zonas 6 y 7 el incremento es del 60%, con tope de 95%.
En tanto, la suba para la contribución de Automotores se prevé una variación promedio del 49% con tope del 54%. Cabe remarcar que la actualización se hace con base en valores que define la Asociación de Concesionarios de Autos de Argentina (Acara).
En casi todos los casos, se trata de subas por debajo de la inflación presupuestada — 60%— y bastante más debajo del aumento de precios reales que analistas y consultoras proyectan para 2023.
—¿Cómo van a soportar una paritaria que seguramente buscará acercarse a la inflación, con impuestos creciendo al 45%?
—Porque los ingresos que tiene el municipio no son solamente la contribución sobre los Inmuebles y Automotores. La tasa de Comercio e Industria, donde no tocamos las alícuotas, entra en otro plano, y hay otros. Trabajamos con la premisa de una inflación que fijó Nación, de 60%. Todo eso se analiza y se calculan los recursos propios y los que vienen de otros niveles de gobierno. Eso da un resultado deficitario de $4.166 millones, que equivale a 1.8% del total.
—¿Una torta salarial del 47% sobre el gasto les deja margen para sostener la inversión?
—Estamos presentando un ratio de inversión de 22.7, cuando el promedio histórico es 16.3, es un nivel importante. Ese 47% de salarios es un número que nos permite cumplir con los acuerdos con el gremio y encarar un gasto social muy relevante y también una tasa muy alta de inversión.