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Perfil del valijero

Quién es De Goycoechea, el abogado arrepentido, profesor, asesor y rugbier

Está sindicado como uno de los ejecutivos que entregaba dinero a funcionarios K. Campo en El Durazno, viajes a Esquel e inversiones inmobiliarias.

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VINCULOS. Juan Carlos De Goycoechea, de blanco y a la derecha, en su campo de El Durazno. El empresario mantiene amigos en el rugby y en diversos círculos. | Cedoc

Bajó de peso progresivamente y se dejó la barba. Sin embargo, muchos de sus amigos, colegas y conocidos lo siguen llamando por el apodo con que lo frecuentaban desde más joven: “el Gordo”. Otros prefieren llamarlo con otro apodo, también referenciando una de sus características físicas: “el Cabezón”. Juan Carlos De Goycoechea nació el 1 de febrero de 1965 está casado, tiene tres hijos y es egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba, con especialidad en Derecho Administrativo. Allí figura como parte del cuerpo docente en una de las cátedras de Derecho Procesal Administrativo. (ver página 2).

Quienes lo conocen aseguran que el expresidente de la filial argentina del grupo español Isolux Corsán era un muy buen abogado y un joven destacado. “Llevó casos exitosos. Desde joven sobresalía, era un pibe muy inteligente y destacado”, contó un empresario local que lo conoció en su rol de abogado. Esa apreciación la confirma el hecho de que haya egresado con 22 años y, siendo un joven profesional, ingresó a uno de los estudios más prestigiosos y tradicionales de Córdoba, el de Luis Ferraro. Se convirtió en uno de los socios de uno de los estudios más importantes junto a Ferraro, Juan José Castellanos y María Cristina de Biasi. Cuando Ferraro fallece se reparte el paquete accionario y el estudio se refundó como “De Biasi, Castellanos & De Goycoechea – Abogados, con fuerte foco en el asesoramiento de grandes firmas.

Clientes y agenda dividida. A lo largo de los años, el estudio trabajó en el asesoramiento de firmas de gran porte como el Banco Francés, los ex Banco Boston y Banco Río, los Hipermercados Libertad, Aguas Cordobesas o el Grupo Dinosaurio (su titular, Euclides Bugliotti es esposo de María Cristina De Biasi) y de varias empresas españolas. “De Goycoechea, al vincularse con empresas españolas, comenzó a hacer negocios por su cuenta, lo que generó recelo con los otros socios del estudio”, cuenta una fuente allegada al supuesto valijero. Entre esas firmas estaban Dragados y Construcciones SA, Makiber SA, Focoex SA, Ibadesa y el malogrado grupo Isolux, del que luego se convertiría en hombre fuerte en Argentina cuando pasó de apoderado a presidente. Para atender a esos clientes y a nuevos negocios que surgían, De Goycoechea montó una oficina en Buenos Aires.“Tenía la agenda dividida entre Córdoba y Buenos Aires. Martes, miércoles y jueves, estaba allá”, cuenta el allegado.

El Durazno. Quienes lo conocen destacan que el abogado, empresario y aparente facilitador de coimas del entramado k vive en barrio El Refugio, hacia el final de la avenida Recta Martinoli en la ciudad de Córdoba. Y también mantiene una casa en un predio de montaña en cercanías a la localidad de El Durazno, a 140 kilómetros de Córdoba, en el departamento Calamuchita, una zona muy elegida por hombres de negocio cordobeses. El empresario adquirió hace varios años un predio que cuenta con un inmueble que fue mejorando, al que incorporó amenities como un jacuzzi en la habitación principal. Caballos, ovejas y cuadriciclos son parte del refugio que logró construir. Allí, hace poco más de una década renovó sus votos matrimoniales en una capilla que también forma parte de su campo.

Esquel, su otro refugio. La orden de detención del juez Bonadío sorprendió a De Goycoechea en la localidad de Esquel, en el sur del país. Se encontraba de vacaciones de invierno aprovechando el centro de esquí. Es un asiduo visitante de la zona. “Ahí viven sus suegros, viajaba mucho para allá”, cuenta la fuente. Según el sitio eqsnotas. com, de esa ciudad, su esposa, María Rosa Cavallo, vivió allí hasta que viajó a Córdoba para estudiar y recibirse de abogada. Trascendió, incluso, que en Esquel De Goycoechea es propietario de uno de los inmuebles más destacados de la zona. Inversiones inmobiliarias. Además de las propiedades particulares, se le atribuyen varias incursiones en el mercado inmobiliario, algunas exitosas, otras no tanto. “Adquirió varios inmuebles e intentó armar un par de fideicomisos inmobiliarios que no prosperaron”, relata una fuente cercana al abogado. Otros destacan que es dueño del edificio de un sanatorio privado que tiene un franco crecimiento en la zona norte de la ciudad de Córdoba.

Rugby y pesca. "Lo de él divide aguas en el club. Hay gente que lo aprecia y, para otros, es un corrupto y sinvergüenza. El tema es que sigue como miembro activo y jugando en los Classics”, aporta un periodista que suele moverse en los pasillos de los clubes de rugby y completa el perfil del abogado. De Goycoechea tiene al rugby como una de sus pasiones y el Jockey Club Córdoba es uno de los lugares donde la desarrolló. El empresario fue uno de “los hípicos”, como se conoce a los jugadores de ese club. Jugaba de primera línea y hoy participa de los encuentros de veteranos. Además del rugby también solía dedicarse a la pesca. Se iba a pescar truchas al sur y también solía viajar al Litoral y a Mar del Plata.

Sociedad de hermanos
Además de su participación en el estudio jurídico y de su rol como presidente de Isolux, De Goycoechea se lo menciona en varias sociedades vinculadas a la obra pública. Una de ellas está registrada en el Boletín Oficial y se trata de Lesdyr. Allí comparte sociedad con su hermano César De Goycoechea y con Mario José Maxit y Alexis Leónidas Spiropulos. Según se detalla la sociedad fue constituida para dedicarse a la “construcción de obras viales y civiles, de arquitectura o ingeniería, instalaciones y mantenimientos electromecánicos y civiles; de carácter público o privado, mediante contrataciones directas o licitaciones y actuando por cuenta propia, o como contratista o subcontratista y sobre inmuebles propios o de terceros”.