El gobernador Juan Schiaretti se guareció en el interior provincial ante los “focos ígneos” que cobraron intensidad durante la semana pasada. La grave situación en el Neonatal, sumado a la constante de la inseguridad, activaron las alarmas en el Centro Cívico que sigue midiendo el impacto y busca salir de estos escenarios conflictivos que chocan contra el “modelo Córdoba” que el líder del PJ provincial -embarcado en su aspiración presidencial- proyecta al plano nacional.
Ante la decisión de no apegarse al manual tradicional, según indica el silencio hasta que pase el temporal, en El Panal esta vez se tomó otra dirección. El gobernador recibió en la noche del viernes a las madres y familiares de los cinco bebés muertos en el Neonatal, junto al abogado patrocinador, quienes se mostraron conformes por el diálogo mantenido con Schiaretti.
De la extensa reunión no formó parte el ministro de Salud Diego Cardozo, quien pende de un hilo en su cargo, según admiten en el Centro Cívico. Si lo hizo el ministro de Justicia, Julián López, designado como “mediador” entre el gobierno y las familias afectadas.
Mientras la justicia busca determinar qué pasó y libra las primeras imputaciones con duras tipificaciones del Código Penal, hay una cadena de responsabilidades al máximo nivel de gobierno al cual apunta la oposición y echa por tierra la sensación de unos pocos que creen que este “foco de incendio” activo se encuentre contenido; mucho menos controlado.
Conocedor como pocos del “manejo de los tiempos”, el líder del PJ cordobés se refugió en el interior durante estos días de turbulencias y desplegó su agenda de gestión exhibiendo su buena relación con intendentes opositores al momento de inaugurar y anunciar nuevas obras, uno de sus pilares del “Modelo Córdoba”.
En Bell Ville, junto al radical Carlos Briner, Schiaretti inauguró un puente urbano y otras obras viales. En Marcos Juárez se mostró con el macrista Pedro Dellarossa al presentar el proyecto Polo Científico Tecnológico local. A su vez, compartió acto con el radical Diego Tejeda para dejar inaugurado el último tramo de pavimentación del Camino de los Túneles en el departamento Pocho.
Desde Marcos Juárez, en plena campaña electoral local, el gobernador dejó en claro que está trabajando en un proyecto para su candidatura a presidente de cara al 2023.
A su vez, plantado como férreo opositor, el peronista federal evitó la foto en Casa Rosada con la plana mayor del gobierno kirchnerista. Fue el vicegobernador Manuel Calvo quien debió mostrarse en el plano institucional junto al presidente Alberto Fernández y el “superministro” Sergio Massa en el acto de firma de los avales de nación para liberar el préstamo de fondos árabes que permitirán dar inicio a la obra del acueducto interprovincial Santa Fe – Córdoba.
Embarcado en su proyecto nacional, Schiaretti rechazó formar parte de esa foto, mientras sigue coleccionando registros de cámaras con referentes nacionales del radicalismo que bajan a Córdoba alimentando el mensaje de “saltar la grieta”, pero que generan mucho ruido interno en la dirigencia local de Juntos por el Cambio.
Modelo Córdoba. Quienes mejor interpretan los pasos del gobernador afirman que Schiaretti está “embalado” en su proyecto nacional. Su “modelo Córdoba” es el componente energizante para su sueño presidencial. En esa línea, se enmarca la defensa a ultranza de sus principales espadas del modelo de gestión para exportar a la nación.
“Está embalado” en su proyecto presidencial, admitió a PERFIL CÓRDOBA un peso pesado del oficialismo, mientras otro integrante del círculo íntimo schiarettista aseguró que “el Gringo va a jugar” en el escenario electoral nacional.
Como lo viene señalado, Schiaretti define a su gestión como un modelo federal que “hace”, con sentido común, construyendo consensos, respetando la institucionalidad y garantizando el progreso.
En líneas generales por allí pasa el “cordobesismo” para transpolar al país en su plan presidencial de cara al 2023, anclado en las bases de federalismo y concertación, muy lejos de la “discordia” que se fogonea con la grieta, exteriorizan desde el entorno más próximo.
“El Modelo Córdoba defiende las instituciones, la libertad de prensa, promueve la articulación entre lo público y lo privado y trabaja sobre los consensos. Nuestro modelo demuestra que la grieta puede superarse mediante el respeto por las diferentes expresiones políticas”, resaltó la senadora nacional Alejandra Vigo.
“Esto es algo que para nosotros es natural, pero no pasa lo mismo en el resto del país”, planteó en los últimos días la referente del PJ de la capital en el inicio de un ciclo de charlas de políticas públicas del Instituto Diseñando Ciudad, la usina de ideas del peronismo local.
Ante dirigentes peronistas, Vigo enfatizó: “Hoy, Argentina se merece un debate serio sobre el camino que se debe elegir. Y por eso muchos están mirando a Córdoba: para encontrar respuestas y seguir su modelo".
Así, la esposa del mandatario cordobés aludió a la reciente visita del senador porteño Martín Lousteau, que se sumó al álbum de fotos del líder peronista con referentes nacionales del radicalismo, por caso Facundo Manes y Gerardo Morales.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Facundo Torres, hizo foco en la “confianza” de este modelo de gestión que encabeza Schiaretti, en un contexto macro donde el gobierno nacional intenta salir de una crisis política que desestabilizó aún más la economía del país. “Es un modelo de genera confianza. Cuando este gobernador se compromete a llevar adelante una acción determinada la gente le cree. Y no solo la gente, sino los sectores empresariales. Saben del valor de la palabra de nuestro gobernador, que es el arquitecto de este modelo cordobés”, puntualizó.
Torres puso sus fichas en que este es “un modelo exportable a la Nación”, justamente ante la necesidad de “certidumbre, confianza y diálogo”. “No solo en términos de necesidad, sino de demanda social”, aseveró.
Saltar la grieta. Como hábil tiempista, Schiaretti mide sus pasos. Por ahora, en el cortísimo plazo, no habrá un lanzamiento formal aunque ya trazó el rumbo de cara a su proyecto nacional. En su estrategia, el peronista federal fogonea un armado de coalición transversal “antigrieta y federal”.
“Una reconfiguración de los frentes”, manifiestan quienes lo escuchan hablar al gobernador. Las fotos con los radicales que bajaron a Córdoba –articuladas por el consultor Guillermo Seita, hombre que le abrió a Schiaretti la puerta al establishment-, es “toda ganancia” para el Gringo, y de paso, mueve el avispero de la UCR y JPC, proclives al internismo, en busca de dividir a la oposición local.
Tras su encuentro con el gobernador, Lousteau dijo que vino a escuchar la experiencia de gestión de Schiaretti. Muchos de sus correligionarios locales aún no pueden digerir esa foto, que desató la calentura generalizada en la Casa Radical, expuesta sobremanera por el presidente de la UCR, el negrista Marcos Carasso.
Para el núcleo schiarettista, los dichos de Vigo de que “muchos están mirando a Córdoba para encontrar respuestas y seguir su modelo” sintetizan el pensamiento de la mesa chica del poder que habita El Panal en cuanto al armado nacional.
En este marco, el jefe del bloque oficialista en la Unicameral, Francisco Fortuna, afirmó que “el modelo de gestión Córdoba es la síntesis de los liderazgos de José Manuel de la Sota y de Juan Schiaretti y de una organización política que tiene al PJ como columna vertebral”. “Para nosotros ser peronista es una manera de ser cordobés”, apuntó.
La espada oficialista también habló de la defensa del federalismo y del complejo agroalimentario, la industria automotriz y el turismo que hace al perfil productivo de la Provincia. “Defendemos la reducción de las retenciones y propiciamos la industria de los biocombustibles y de la economía del conocimiento”, acentuó.
En cuanto al aspecto institucional, Fortuna destacó las reformas políticas como la Boleta Única de Sufragio, los jurados populares y el Concejo de la Magistratura que “pueden significar una referencia a nivel nacional porque respetan el sentido republicano y federal de Hacemos por Córdoba”, aseveró.
Hay otro punto de fuerte contraste con la gestión kirchnerista. Schiaretti y sus máximos colaboradores cuestionan “el desorden absoluto de todas las variables: económicas, sociales e institucionales” a nivel país y centran su diagnóstico en que “el problema de Argentina, más que técnico o económico, es la falta de confianza al gobierno nacional”.
El discurso “antigrieta” es el caballito de batalla del líder cordobés que se fusiona con el mensaje que se escucha por estos días de referentes nacionales de que la Argentina necesita “un gobierno de coalición”.
En su entorno, sostienen que Schiaretti es el “precursor” de esa idea que está atada al llamado de superar la “grieta”. En estos tres años de su último mandato, el gobernador habló de “cerrar la grieta”, “terminar con la grieta” y de “saltar la grieta”, la última versión de su convocatoria.