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CóRDOBA
ELECCIONES 2023

Schiaretti y Llaryora definen las fechas en marzo, con escenarios favorables al PJ

Con el candidato a gobernador arriba en las encuestas, el llaryorismo se fijó la meta de que Passerini llegue a marzo con números positivos. El entendimiento Llaryora – Gill es un hecho, aunque falta una vuelta de rosca para cerrar el acuerdo. En el círculo íntimo del sucesor de Schiaretti ya cuentan unos 15 radicales díscolos en la coalición liderada por el PJ, aunque esperan unos 40 más si De Loredo se baja de la pelea por la gobernación.

llaryora schiaretti 19-02-2023
EN LA CANCHA. Llaryora, junto a Schiaretti siguen inaugurando obras provinciales. Passerini participa en los actos de la Municipalidad. “Nos están sacando ventaja”, reconocen en la oposición, que no se define. | CEDOC Perfil

Con viento a favor, sin rival en la cancha por la indefinición que domina la escena en Juntos por el Cambio, el peronismo despliega su armado político acordado por el líder del PJ Juan Schiaretti y el ungido candidato a gobernador Martín Llaryora, de cara a la contienda electoral, sin fecha oficializada, pura estrategia del PJ. Todo hace presuponer se dará en el tramo final de junio o el 2 de julio.

El intendente capitalino subido a la ‘Llaryoreta’ viene recorriendo el amplio mapa cordobés cosechando respaldo de intendentes propios y algunos vecinalistas a la jugada de pegar los comicios locales a la elección provincial, aunque le falta pisar territorios reacios, como el departamento Río Cuarto.

Desde el círculo más próximo a LLaryora aseveran con marcado optimismo que el postulante al principal sillón de El Panal, exhibe números de encuestas frescas que lo muestran arriba en la intención de votos ante los potenciales rivales Luis Juez (mide mejor en el interior) o Rodrigo De Loredo (muestra más volumen en la Capital).

En el búnker del candidato peronista, los sondeos son permanentes y también miden los pasos que va dando Daniel Passerini, desde que el llaryorismo le levantó la mano como su sucesor para la contienda electoral por el Palacio 6 de Julio.

Las espadas de Llaryora reconocen que el viceintendente arrancó de atrás, pero viene remontando la pendiente si se analiza el escenario de mayor competencia. Esto implica no tener el arrastre del aspirante a la gobernación en la misma boleta (elecciones separadas) y en un mano a mano con De Loredo, si decide bajarse de la carrera provincial y disputar el ‘premio consuelo’, la intendencia capitalina.

En el marco de esta hipótesis, Passerini midió –los primeros días de enero– 9 puntos abajo contra De Loredo, mientras que al 4 de febrero, redujo la brecha a 6 puntos. ¿Cuál es la meta trazada? Llegar al 10 de marzo con el dirigente delasotista invirtiendo el tablero electoral con unos 10 puntos arriba del evolucionista.

En ese marco, Schiaretti y Llaryora se sentarán en un par de semanas a definir las fechas de las elecciones en la Provincia y en la ciudad capital, sobre la base de estos escenarios favorables al peronismo.

Si fuera por el sanfrancisqueño se votaría el 18 de junio, pero el margen que plantea el dueño de la lapicera se extiende hasta el 2 de julio, fecha que suena con fuerza para celebrar la elección provincial, como ya lo adelantó PERFIL CÓRDOBA.

Si se pegan o se desdoblan un mes los comicios en la Capital, dependerá de los movimientos que se den en el tablero político viendo cómo juega la oposición. “No hay definición todavía”, remarcan schiarettistas y llaryoristas.

Escenario Capital. Las fotos del 1 de febrero en la Unicameral rodeado de Schiaretti, Llaryora y Alejandra Vigo significó el primer gran gesto hacia Passerini candidato, luego se activó el operativo de instalación por parte del núcleo más próximo al intendente capitalino.

En ese esquema, los dirigentes del riñón llaryorista Juan Manuel Cid e Ignacio García Aresca fueron los primeros en levantarle la mano al postulante bendecido por su máximo referente en un masivo acto hace dos semanas en el Club Unión Eléctrica.

El jueves pasado, en encuentro del Espacio Ciudad, en el Club Las Flores, el edil viguista Diego Casado bajó su precandidatura y sumó su apoyo a Passerini. La jugada fue celebrada por las espadas llaryoristas. En su discurso, Cid afirmó a la tropa, pero fueron expresiones dirigidas a Casado, que “la lealtad y los gestos en la política se valoran y van a ser reconocidos por el peronismo de Córdoba”.

De esta manera, el llaryorismo viene poniendo ‘fierros’ y ‘anabólicos’ para posicionar al viceintendente, con el objetivo de lograr la continuidad en la gestión municipal. De todos modos, se advirtió que este es “solo el comienzo” porque cuando llegue el momento de su oficialización se pondrá en marcha el aparato partidario del PJ capitalino.

En cuanto a cómo se completará el binomio para la ciudad, suenan los nombres de Héctor Campana, Miguel Siciliano y Marcelo Rodio, entre otros, en un escenario que sigue abierto. Hasta se especula con un extrapartidario. El ‘Pichi’ es fogoneado por el viguismo, pero el interrogante gira en torno a si el propio Campana quiere jugar en ese puesto. No obstante, es un ‘soldado de Juan’ y hará lo que él diga; mientras, Siciliano “tiene que pasar el filtro del PJ capitalino” en poder de Vigo, planteó un armador peronista. En el llaryorismo aclaran que “falta mucho” para adoptar una definición al respecto.

Coalición ampliada. En el marco de su plan de ampliar el frente oficialista, los contactos de Llaryora con dirigentes peronistas filo K y con radicales díscolos vienen sumando volumen político, según sus intereses, pero generan tensión en las internas de esos espacios políticos.

Las conversaciones con los intendentes Myrian Prunotto (Estación Juárez Celman), Gustavo Benedetti (Arroyito) y Carlos Briner (Bell Ville) están “muy avanzadas”. Los tres radicales son la cara visible de un grupo de pares boina blanca que están con un pie adentro en el frente federal que ideó el sanfrancisqueño en un esquema de participación activa en el futuro gobierno de coalición.

En el búnker llaryorista aseguran que “ya entraron unos 15; están por entrar unos 30 o 40”, aunque esta ‘oleada mayor’ está sujeta a lo que haga De Loredo. Si el evolucionista no juega en la contienda provincial, esta ‘banda grande’ de radicales díscolos se sumará a la alianza oficialista, sostienen los estrategas del postulante peronista.

Por otro lado, el entendimiento alcanzado en los últimos días entre el intendente del Frente de Todos (FdT) Martín Gill y Llaryora cobró volumen y levantó polvareda en el núcleo kirchnerista. El villamariense lidera un espacio que aglutina a una treintena de jefes comunales no alineados con El Panal con peso territorial. Por eso, aunque el diálogo es fluido entre Llaryora y Gill todavía falta una vuelta de rosca para cerrar el acuerdo.

La negociación, advierten voces cercanas al peronista K, pasa por el peso específico que le asignará el sanfrancisqueño a Gill y su gente en el esquema de gobierno. El villamariense pretende comandar una cartera estratégica y, para algunos de sus pares, las candidaturas a legislador departamental en los territorios con despliegue propio.

Aunque ya lo daban por hecho, dirigentes que trabajan en el armado local del Frente de Todos vieron como “una traición” los pasos de Gill confluyendo con Llaryora, socio de Schiaretti, considerado un enemigo en Casa Rosada.

El referente albertista Carlos Caserio compartió la postura de Federico Alesandri, precandidato a gobernador por el FdT: “No podés estar aliado con un espacio que lo único que hace es agredir al Gobierno nacional”, lanzaron en tándem.

Formula provincial. Si bien hay un operativo ‘clamor’ de los propios, fuentes peronistas que forman parte de la mesa política que encabeza Schiaretti advierten que Vigo no será la compañera de fórmula de Llaryora.

En el armado nacional de Schiaretti que ya está en marcha con una profusa campaña en las redes con foco en Buenos Aires, la senadora cumple un rol central en el Congreso y es una pieza clave del ‘proyecto país’ del gobernador.

La danza de nombres se repite: Natalia de la Sota y Juan Manuel Llamosas, entre otros. También suena el nombre de Prunotto, pero este caso está atado a un volumen político mayor que debería aportar el alineamiento de radicales díscolos. No hay definiciones, señalan desde el núcleo llaryorista e insisten con la fórmula ‘50-50’ adelantada por este medio: buenos números en los sondeos y el factor ‘confianza’.