La relación entre los empresarios de Córdoba y el gobernador Juan Schiaretti no pasa por uno de sus mejores momentos. La pandemia alejó los “cara a cara” que mantenían el G6 y el mandatario, que se redujo a la frialdad del Zoom, la misma sensación que tienen los hombres y mujeres de negocios ante las últimas decisiones que llegaron a través de los diputados del bloque Córdoba Federal en el Congreso, que cuentan con el aval de Schiaretti.
El ok del poker de legisladores al “impuesto a la riqueza” terminó de confirmar las sospechas del empresariado de un acercamiento con los K. “No nos esperábamos ese apoyo”, le dijo un empresario a PERFIL CÓRDOBA, quien se encarga de remarcar que en las reuniones virtuales que mantuvieron con los diputados creyeron ver un guiño de que el aval no tendría esa magnitud.
El estado de “equilibrio” que mantenía Schiaretti con el gobierno de Alberto F. contenía las críticas. Eso fue hasta el viernes, cuando la Mesa de la Producción, con el aval de 12 de las cámaras empresarias más representativas de Córdoba emitió un comunicado con fuerte tono de reproche al mandatario, al que destacan como un “gran administrador y gestor que ha apoyado incansablemente al sector productivo de Córdoba”.
Tal vez por eso, los empresarios no entienden el apoyo a una ley a la que consideran “no es natural. Es un impuesto confiscatorio, que pone las cargas sobre el sector privado y, una vez más, no sobre el público. Hay empresarios que se van a tener que descapitalizar para enfrentar este tributo”, señalan en off los empresarios. Y completan, para marcar el estado de ánimo del empresariado: “Esto va en contra de la historia de Córdoba”.
El desconcierto de los empresarios se profundiza cuando se analiza en detalle el proyecto aprobado. En el comunicado, son enfáticos: el contenido del proyecto es cuestionable desde el punto de vista constitucional y no logra precisar con exactitud los sujetos que serían alcanzados por este tributo. “De allí el temor de nuestras empresas, las cuales probablemente deberán afectar activos de producción para tributar a un fondo que difícilmente genere algún beneficio concreto a los cordobeses”, dice la carta.
¿Qué sigue? Los empresarios señalaron que les preocupan “otros proyectos legislativos en curso que afectarán directa o indirectamente a nuestra Provincia y que ponen en duda la seguridad jurídica y el imprescindible equilibrio entre los poderes públicos, piedra angular de los principios republicanos”.
Aunque nunca entrarán en el debate de la política partidaria, remarcan que la dependencia económica de la Provincia pondrá al gobernador en una situación compleja ante cada discusión de relevancia que decida dar el gobierno Nacional.
Aquí, corren del centro a la figura de Schiaretti para ubicar a Alberto Fernández. Y lo que ven no es bueno. “Muchos empresarios teníamos alguna esperanza con el Presidente, pero desde el caso Vicentin casi no pegó ninguna, salvo el acuerdo con el FMI, aunque no lo supo capitalizar. Y también esperábamos que se mostrara más independiente de Cristina. Pero la agenda de la expresidenta se impone y todavía no vimos al verdadero Alberto. Tal vez nunca lo hagamos”, señala un empresario del interior con más de 500 empleados.
El penúltimo párrafo del comunicado de la Mesa de Producción marca el nivel de distancia en la relación: “Creemos que hoy deberíamos estar trabajando, de manera conjunta y consensuada, para trazar los caminos más sólidos y equilibrados que permitan reactivar nuestra economía, restableciendo la confianza y afirmando los principios constitucionales y del federalismo”. Trabajo en conjunto, reactivación de la economía y federalismo, tres conceptos que los empresarios cordobeses ven que se pueden diluir en Córdoba al ritmo de lo que marca la agenda del gobierno Nacional en el Congreso.