En los tribunales penales, en particular en los fueros especializados en Violencia Familiar y Penal Juvenil, se analiza con preocupación la creciente problemática de las adicciones a estupefacientes. En muchos casos, la violencia se asocia a las drogas. En el caso particular de los jóvenes y adolescentes se potencia y es motivo de preocupación.
Así lo expresó a PERFIL CORDOBA el juez Penal Juvenil de 4º Nominación, José González del Solar, precisando que cuando se habla de consumo se refiere a “cocaína, alita y psicofármacos”. “Los chicos hablan de merca, fasos y pastillas -narró el magistrado- y en este último grupo se refieren especialmente a Rohypnol y Clonazepam”. Desde su perspectiva, habría que preguntarse quiénes se los proveen.
Casos como el ocurrido el jueves pasado con el robo de gran cantidad de ansiolíticos y calmantes del Hospital Infantil ponen en evidencia la existencia de un mercado negro. En ese asalto no pasó inadvertido que también se llevaron el sello de una psiquiatra, presumiblemente con el objeto de utilizar su firma para la prescripción de medicamentos que pudieran ser luego comprados en farmacias.
Sin embargo, robos con esas características no explican “la amplia disponibilidad que nuestros jóvenes tienen para consumir fármacos; hay cadenas de abastecimiento que investigar”, subrayó González del Solar.
Factor común. Si bien no hay estadísticas de enero, hay una clara percepción de los jueces de turno en la primera y la segunda quincena. Entre los casos en los que intervino el magistrado, sumados a los que recibió de los primeros 15 días, advirtió nuevas modalidades de motochoros que se desplazan en tres o cuatro motos, creciente violencia familiar con menores como protagonistas y como factor común “motivante” el consumo de estupefacientes.
Ante ello, se preguntó si es suficiente la respuesta oficial para atender esta problemática y relató que es habitual la súplica de madres y padres que piden internación de sus hijos porque no los pueden contener en el hogar.
“El nudo gordiano”, sostuvo el juez, “es encontrar el sentido de la vida” y continuó: “De qué proyecto de vida pueden hablar los operadores si los jóvenes no le encontraron sentido a su propia vida”.
La percepción expresada por González del Solar respecto del generalizado consumo de estupefacientes, es compartida por José Fernández, psicólogo y docente de la Universidad Nacional de Córdoba, quien trabaja desde hace más de tres décadas en asistencia a jóvenes en conflicto con la ley penal. El especialista señaló que cuando comenzó con esa tarea “eran la excepción los jóvenes que consumían, en la actualidad la realidad es exactamente opuesta; la excepción es que no consuman”.
En cuanto a la respuesta que brinda el Estado, Fernández opinó que “siempre puede ser mayor y mejor”, pero insistió en que la verdadera tarea es la preventiva, “en especial la prevención primaria que actúa antes de que la patología se instale”.
CUALES SON LOS CENTROS Y PROGRAMAS OFICIALES PARA ATENDER LA PROBLEMATICA
En febrero del año pasado se inauguró la primera unidad de tratamiento, con metodología de comunidad terapéutica, para adolescentes alojados en el Complejo Esperanza que presentan la problemática del consumo de sustancias. Funciona en una estructura de 800 metros cuadrados y cuenta con un equipo técnico conformado por psicólogos, médico siquiatra, acompañante terapéutico, instructor físico y talleristas.
Durante el año pasado participaron los internos más grandes, de 16 y 17 años. Para recibir tratamiento, debieron manifestar su deseo y conformidad. A la vez, el equipo trabaja integrado a la Red Asistencial de Adicciones de Córdoba y no solo realiza el tratamiento al adolescente sino también a sus familias. De otro modo, es difícil sacar al joven del consumo.
Desde 2016, existe el programa “Tomando Decisiones” con varias líneas de acción. Participan la Facultad de Psicología de la UNC, la Secretaría de Prevención y Asistencia de las Adicciones del Ministerio de Salud, la Asociación Civil Programa Cambio, la Fundación Por Un Mundo Mejor, y la Asociación Civil Programa del Sol. Funciona en el Centro Socioeducativo para Adolescentes Mujeres (Cesam) en conjunto con el Programa del Sol. También hay becas para los jóvenes que les posibilita recibir asistencia y tratamiento a través de la Fundación Un Mundo Mejor y el Programa del Sol.