Perfil
CóRDOBA
ANÁLISIS Y PERSPECTIVA

Secularismo y desarrollo

1-11-2020-Logo Perfil
. | CEDOC PERFIL

El término ‘secular’ refiere al pensamiento relativo a la vida o costumbre del siglo y, por tanto, es ajeno a las prácticas y usos religiosos. El laicismo es la corriente ideológica que favorece la existencia de una sociedad organizada aconfesionalmente, es decir, ajena a las religiones.

La ‘secularización’ es un término sociológico que se refiere (entre otras cosas) al proceso de pérdida progresiva de la influencia religiosa en la modernidad. Algo secularizado es algo que se va independizando de la religión y ganando en autonomía. No es lo mismo secular que laico: la ‘laicidad’ es un término de filosofía política y remite a la libertad de conciencia, mientras que la secularización no necesariamente. La confusión entre ambos términos deriva de que ambos procesos, la secularización y la laicización, generalmente van unidos.

Julio A. Roca fue el realizador de los proyectos de Sarmiento (había iniciado su carrera política bajo su protección). La secularización de la sociedad era la modernización y fue obra de Roca con su secretario intelectual, José Ingenieros. El matrimonio civil, la sustitución de los registros parroquiales por el Registro Civil y la ley de enseñanza laica (ley 1420 de 1884), provocaron el conflicto con la Iglesia, la expulsión del nuncio y la ruptura de las relaciones con el Vaticano.

Hoy parecen medidas triviales, pero en su época fueron trascendentes. El liberalismo argentino se consolidó concomitantemente con la encíclica antiliberal de Pío IX ‘Syllabus’ (1864). En 1889 la Iglesia se enfrentó directamente con el Estado con la Primera Pastoral Colectiva, la que repudiaba la modernidad, amonestando las leyes seculares.

Durante su segundo gobierno, Roca dio por terminada la secularización y reanudó relaciones con el Vaticano. La ley de divorcio civil (1902) fue el último intento de profundizar el proceso: no fue aprobada por pocos votos.

Protestantismo y desarrollo económico.

La ética protestante y el espíritu del capitalismo escrito, entre 1904 y 1905, por el sociólogo y economista alemán Max Weber, se considera un texto fundacional en sociología económica y una contribución histórica al pensamiento.

En esas páginas, Weber escribió que el capitalismo en Europa del Norte evolucionó cuando la ética protestante influyó en un gran número de personas para que se dedicaran al trabajo en el mundo secular, desarrollando empresas y participando en el comercio y la acumulación de riqueza. En otras palabras, la Ética Protestante Calvinista del trabajo fue una fuerza importante detrás del surgimiento no planificado y descoordinado del capitalismo moderno. En su libro, además de estos, Weber también habla sobre los luteranos (pietistas, metodistas, bautistas, cuáqueros y moravos).

Vestigios en los siglos 20 y 21.

En cambio, la Iglesia Católica, recién se reconcilió –en parte– con la modernidad con las conclusiones del Concilio Vaticano II (1959-1965). Admitió un secularismo saludable: el del Estado, pero fue ambiguo en lo que se refiere al laicismo; concluye en que cierra las puertas a la trascendencia.

La Iglesia abunda en anacronismos raros con aisladas doctrinas actuales. No obstante, lo más grave es que, el combate histórico al liberalismo no merece, al parecer, por parte de la Iglesia, un arrepentimiento público. Más aún cuando está probado que el mejor combate a la pobreza lo gana el moderno ideal libertario secular.

Todo a pesar de que el economista Jesús Huerta de Soto se centre en la teología para demostrar que el Estado es el demonio; aunque el filósofo Gabriel Zanotti sude explicando que no hay contradicción entre la antropología cristiana y la economía de mercado; aun cuando el político Javier Milei vocifere que Dios es libertario.

[email protected]