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Sandra Gallego

“Si la gente no entiende que hay que vacunarse, vamos a estar en jaque con este virus”

Doctora en Ciencias Biológicas y experta en virus, es una de las científicas más importantes que tuvo la lucha contra la pandemia en Córdoba. Ya trabaja en desentrañar los secretos que guarda la variante Ómicron.

Sandra Gallego
SANDRA GALLEGO. “Ver que estábamos salvando vidas hizo que todo el sacrificio, los miedos y renunciamientos valieran la pena | Fino Pizarro

La llegada de la pandemia marcó un antes y un después en la vida de Sandra Gallego. Esta doctora en Ciencias Biológicas y especialista en virus linfotrópicos humanos, se convirtió en una de las científicas más trascendentes que tuvo la lucha contra el coronavirus en Córdoba.

Desde su lugar en el Instituto de Virología ‘José María Vanella’, de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC, llevó a cabo junto a un enorme equipo de profesionales, algunas de las investigaciones más importantes en materia de Covid-19 en el país, entre ellas aislar el virus, titular el plasma de pacientes convalecientes el cual permitió transfundir plasma de calidad y evaluar la efectividad de las distintas vacunas frente al virus, entre otras.

La llegada de Omicrón profundizó su labor y desde Córdoba se busca saber más de esta variante supercontagiosa que revolucionó al mundo en las últimas semanas. “Estamos trabajando en conjunto con el Laboratorio Central, siempre atentos a la vigilancia epidemiológica de las nuevas variantes que aparecen. Cuando se detecta una nueva variante, como ocurrió hace algunos días con Ómicron, esa muestra viene al Instituto de Virología para intentar hacer el aislamiento del virus y una vez que se logra aislarlo se hace toda una evaluación de la variante”, detalló Gallego.

“Evaluamos, entre otros puntos, si la respuesta inmunológica preexistente, como resultado de la vacunación o de infecciones previas, reaccionan frente a la nueva variante. Más específicamente si los anticuerpos neutralizantes logran justamente neutralizar a esta nueva variante”, completó. 

-Algunas voces, hace un mes, aseguraban que la pandemia estaba terminada. Sin embargo el virus parece sorprender todo el tiempo. ¿Cómo ve esta explosión de Omicrón?

—En lo personal nunca pensé que la pandemia había terminado. Desde el punto de vista biológico, la única manera de controlarla es evitar que el virus siga circulando. Mientras más circula se generan más variantes. Las mutaciones son al azar, no sabemos qué puede pasar con esa cepa potencialmente patógena si sigue mutando. Hasta que la población no entienda que se tiene que vacunar, vamos a seguir estando en jaque con este virus porque le estamos dando chance de que siga circulando.

—Y de seguir mutando...

—Este es un virus que replica mucho y cuando el virus, o sea su genoma, circula, en ese proceso de replicación viral hay chance de que haya nuevas mutaciones. Son mutaciones silenciosas y puede no ser muy diferente o caer en algún lugar que genere variantes más patogénicas.

—Hay una teoría de al gunos virólogos, incluso también planteada por la ministra de Salud de la Nación, que indica que el virus tiende a evolucionar hacia un lugar más leve para no matar a su huésped. ¿Usted comparte esta afirmación?

—Cualquier parásito –el virus es un parásito– tiene mayor éxito si no mata a su huésped y eso le permite perdurar en la naturaleza. Eso puede ocurrir cuando más tiempo de evolución tiene un parásito. En este virus, la mutación al azar es alta y además es un virus emergente, que tiene poco tiempo de convivencia con el ser humano por lo que es difícil predecir qué puede ocurrir. 

 

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“Todo el sacrificio, los miedos y los renunciamientos, valieron la pena por saber que estábamos salvando vidas”.

Sandra Gallego fue una de las piezas clave en el desarrollo del tratamiento con plasma en Córdoba y luego de evaluar la efectividad de vacunas contra las diversas variantes, la científica contó cómo fueron sus primeros contactos con el coronavirus. “En marzo de 2020, con la pandemia acechando en Europa, empezamos a actualizarnos sobre este nuevo virus emergente y a pensar qué podíamos hacer acá. Como tengo cierta experiencia en el área de virus patógenos de transmisión transfusional, la gente de la Asociación Cordobesa de Medicina Transfusional me contactó para evaluar la posibilidad de usar plasma de personas recuperados para tratar la infección por SARS”, narró la profesional.

“Esta técnica se estaba implementando en Asia, que venía muy azotada por la pandemia. De allí surgió la idea de proponer al Ministerio de Salud de Córdoba el desarrollo de una metodología que aún no estaba disponible, la cual permitiría evaluar los plasmas de las personas que se recuperaban. Armamos un laboratorio y convoqué a colegas que tenían experiencia y comenzamos a trabajar con el apoyo de nuestro decano, Rogelio Pizzi. También fue muy importante la interacción con Gabriela Barbás. La metodología finalmente se desarrolló y la venimos aplicando hasta ahora”, agregó.

Respecto al impacto de la pandemia en su labor profesional, Gallego aseguró que “me permitió ver el impacto directo en la sociedad de lo que uno hace en el laboratorio. Muchas veces lo que el profesional trabaja en el laboratorio no ve el impacto directo. Pero cuando nos llamaban para decirnos que los plasmas que estudiábamos estaban salvando vidas, y recibíamos mensajes de esas personas, todo el esfuerzo se hizo tangible. Todo el sacrificio, los miedos y los renunciamientos valieron la pena por el solo hecho de saber que estábamos salvando vidas”, señaló la especialista.