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Análisis y perspectiva

Signos de un año de guerra

Simbolismos múltiples se manifestaron en el primer año del conflicto. Vladimir Putin, sus propagandistas domésticos y parte de Occidente esperaban que Ucrania se derrumbara en días. El 24 de febrero de 2022 en la Isla de Serpientes, del Mar Negro, un buque de guerra ruso, intimó a rendirse a los guardias: “Ruso, vete a la mierda", fue la respuesta ucraniana. Trece soldados del puesto fueron asesinados por los cañones rusos.

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Simbolismos múltiples se manifestaron en el primer año del conflicto. | CEDOC PERFIL

Simbolismos múltiples se manifestaron en el primer año del conflicto. Vladimir Putin, sus propagandistas domésticos y parte de Occidente esperaban que Ucrania se derrumbara en días. El 24 de febrero de 2022 en la Isla de Serpientes, del Mar Negro, un buque de guerra ruso, intimó a rendirse a los guardias: “Ruso, vete a la mierda", fue la respuesta ucraniana. Trece soldados del puesto fueron asesinados por los cañones rusos. El episodio fue emblemático: los soldados ucranianos que sobrevivieron fueron capturados y liberados en un intercambio de prisioneros el 24 de marzo, un mes después de la invasión. Menos de un mes después, uno de los dos buques de guerra rusos que habían atacado la Isla de las Serpientes, el crucero de misiles Moskva, se hundió tras ser alcanzado por proyectiles ucranianos. Otro hecho simbólico fue que, en noviembre, un marinero desaparecido que presuntamente había muerto en el hundimiento de Moskva, recibió una notificación amenazándolo con enjuiciarlo si no se presentaba a la movilización.

Ucrania sorprendió al contraatacar con éxito gracias al liderazgo de su presidente, Volodímir Zelensky. “Necesito municiones, no un taxi” fue su respuesta a una oferta de evacuación de emergencia. La reacción fue de júbilo para el occidente racional. Sin embargo, persistieron las dudas sobre la capacidad de Ucrania para convertir sus victorias en un éxito a largo plazo, dado que el enemigo supera al país en número y armamento; pero un optimismo cauteloso, aparece ahora.

 La ofensiva rusa sobre Donbas, desde abril de 2022, ha mostrado ‘absurdos’ dentro de las fuerzas rusas. Lo más surrealista de la guerra ha sido la visibilidad de la Compañía Militar Privada Wagner, un grupo mercenario informalmente incorporado a las estructuras de seguridad del estado ruso. Un ejército semiprivado turbio, que llama héroes de guerra a asesinos, plantea problemas de imagen, incluso para la Rusia de Putin. Su discurso del 21 de febrero, ante la asamblea federal, dejó una apariencia endeble. No hubo ningún anuncio de una nueva movilización y mucho menos un llamado a una santa ‘guerra popular’ y ninguna alusión a un ataque nuclear, como en el anuncio de la ‘operación especial’, hace un año. Agradeció a todas las fuerzas militares, sin nombrar a los exconvictos asesinos de la Wagner. También hubo, como era de esperar, referencias a la decadencia occidental. Otro símbolo fue distinguir como ‘guardias’ a la brigada de misiles que derribó en 2014, el vuelo MH-17, conmemorando un crimen en el aniversario de una guerra marcada por crímenes de guerra. El periodista ruso expatriado, Michael Naki, comentó: “No usa el lenguaje de un líder que está ganando”.

Las únicas ‘victorias’ que Putin pudo informar fueron que la economía rusa no se había contraído tanto como habían predicho los expertos (a pesar de las sanciones) y anexiones respaldadas por falsos referéndums.

También hay simbolismo en el hecho de que el discurso de Putin, fue concomitante con el viaje de Joe Biden a Kiev y por su alocución en Varsovia, en la que afirmó el apoyo "inquebrantable" de Estados Unidos y la Otan a una Ucrania libre.

Las democracias liberales parecen haber superado su renuencia a suministrar armas a Ucrania, que le permitan una ofensiva a gran escala. En este momento, la capacidad de Rusia para contener un ataque de este tipo parece dudosa y la aptitud de Ucrania para lograr su objetivo de liberar todo su territorio y restaurar sus fronteras anteriores a 2014, luce cada vez más realista.

Lo que esto significará para la propia Rusia y si el renacimiento de una Ucrania libre puede ser seguido por el nacimiento de una Rusia libre, es una pregunta para otro año.