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CóRDOBA
EL HUMOR AL PODER

Tenedores puestos a cubierto

1-11-2020-Logo Perfil
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Cuando se creía que todo estaba bajo control, algunos de los acreedores de la deuda provincial se plantaron y exigieron una mejora en la propuesta de pago. “Si los tenedores nos presionan, vamos a tener que usar la cuchara para raspar el fondo de la olla”, me reconocieron desde el área de finanzas en El Panal, donde algunos ya estaban con el cuchillo entre los dientes.

El aumento de la presión impositiva, consignada en el proyecto de presupuesto que se envió a la Legislatura, buscaría equilibrar esa necesidad de fondos, sobre todo a través del inmobiliario rural que afecta en especial a los productores agropecuarios, cuyo ánimo está más sensibilizado que el de los niños de las telenovelas turcas.

La Municipalidad, en cambio, logró fracturar la dureza del frente externo mediante un golpe de efecto más contundente que rodillazo de Ángel Romero. Con una gambeta endiablada, desde el Palacio 6 de Julio esquivaron los vencimientos inminentes y patearon hacia adelante los intereses, evitando un default que parecía cantado.

En simultáneo, se lanzó una moratoria a la espera de que los contribuyentes decidan saldar las tasas en vez de comprar dólares, una actitud que nos desorientaría tanto como el avistaje de una flotilla de platos voladores que no se dirija hacia el cerro Uritorco.

Sin amedrentarse ante este éxito de la gestión de Martín Llaryora, el Suoem quiere demostrar que no se le ha mojado la pólvora de las bengalas e insiste en reclamar por un reajuste salarial que supere la oferta del ejecutivo. Desde el gremio se ha aclarado que van a reparar los daños provocados por los manifestantes más violentos, lo que llevó a quienes ejercen la contaduría del sindicato a rogar a Beatriz Biolatto y Rubén Daniele que se olviden de “prender fuego a la ciudad” porque temen que, como compensación, el intendente los obligue a pintar todos los cordones de la ciudad, incluyendo los de las zapatillas.

Lo que podría verificarse esta semana es la protesta de quienes están a favor de la cuarentena y se indignan ante la perspectiva de nuevas flexibilizaciones en el desempeño de ciertas actividades y en la circulación por las rutas. Una marcha de estos ciudadanos, por muy acotada que sea, ocuparía una enorme superficie porque quienes participen respetarían a rajatabla el distanciamiento social.

“Con cincuenta personas bloqueamos el microcentro”, especularon los organizadores, que están buscando otros diez adherentes más para replicar la convocatoria en las principales ciudades de la Provincia. “Vamos a hacer una demostración de fuerza”, sostuvieron, mientras se aprestaban a repartir máscaras gigantes de Darth Vader para cubrir los rostros de los que salgan a las calles y espantar a quienes pretendan reprimirlos.

En el otro extremo, el domingo pasado hubo un nuevo banderazo para repudiar las medidas del gobierno nacional con respecto a la pandemia, a la justicia, a las tomas, a los incrementos jubilatorios, al peinado de Santiago Cafiero y a la falta de iniciativa de Dylan para que se refuercen las normas de protección a los animales.

La presencia de Patricia Bullrich frente a Patio Olmos dio mayor visibilidad a la demostración, aunque su viaje en avión desde Buenos Aires a Córdoba, financiado con fondos de la Cámara de Senadores, recibió cuestionamientos varios. Después, la presidenta del PRO reconoció el error y afirmó que esa erogación iba a correr por su cuenta. Al escucharla en la tele, un hombre acodado en la barra de un bar quiso afiliarse al partido porque, dijo, “la Pato prometió que se paga la vuelta”.

Por más que, como estudiante vago, tenemos la sensación de que no pasamos de marzo y vamos a repetir el año, lo cierto es que ya estamos llegando a diciembre y es bien sabido que los gobernantes le temen más a ese mes que al payaso de “It”. 

Encima, la perspectiva de que no habrá un nuevo IFE le puso la piel de gallina hasta a los funcionarios más piratas. “Antes de que se fabriquen la Astra-Zeneca, la Pfizer y la Sputnik, a nosotros ya nos vacunaron”, señalan algunos encargados locales de la contención social, que ya se prueban trajes de Papá Noel y los Reyes Magos para ver de qué se van a disfrazar cuando lleguen las fiestas.