Perfil
CóRDOBA
CAUSA CBI-CORDUBENSIS

Testigo vinculó a Fernando Boldú con empresas del arrepentido Vera

Una exempleada de la financiera mencionó relaciones políticas del comerciante con el exintendente de Laguna Larga. En la declaración, dijo haber visto bolsos con dinero.

16_12_2018_cbi_finopizarro
TESTIMONIO. Una exempleada de CBI confirmó que eran conocidos los vínculos entre Miguel Vera y Fernando Boldú. | Fino Pizarro

El exintendente de Laguna Larga, Fernando Boldú, fue mencionado en el juicio oral y público por la actividad que desarrolló la financiera CBI Cordubensis.

Ante el Tribunal Oral Federal 2 (TOF2), Verónica Luciana Grosso, quien trabajó durante tres años en la sucursal de Rivadavia 126, dijo que escuchó “comentarios de compañeros que Miguel Vera estaba relacionado con Buldú (sic)”, lo que motivó la repregunta de uno de los querellantes y la corrección del apellido. Sobre Vera señaló que circulaba la opinión de que “era un tipo muy pesado” y relató un episodio en particular.

Dijo que una secretaria del comerciante -el único que declaró como arrepentido en la causa CBI- la llamó para pedirle que borrara las huellas de las cuentas y cajas de seguridad que tenía Vera en la financiera. Y a cambio le ofreció más y mejor trabajo. Ella le respondió que no estaba a su alcance modificar los sistemas para satisfacer sus pedidos.

Grosso también habló de bolsos: “Miguel (Vera) y Paula (su secretaria) traían bolsos (con dinero) de Banco Nación”, y agregó que “todos los días se cambiaban cheques”.

Otro dato llamativo que confirmó en la audiencia fue que Vera no quería que figurara su identidad en sus cajas de seguridad, por lo que estaban registradas a nombre de Luis de los Santos, gerente de la sucursal, también acusado en este juicio.

Miguel Vera es el titular de dos empresas fantasmas, Jotemi SA (o Bristol SA) y Halabo SA que cambiaron cheques en la sucursal del banco oficial de plaza San Martín por más de 700 millones de pesos. Las firmas habían sido inscriptas con actividades exentas del impuesto al cheque.

Un nombre que sobrevuela. Desde que se inició la investigación por CBI, el nombre de Fernando Boldú se repite cíclicamente, aunque nunca fue imputado.

En la camioneta donde se encontró el cuerpo sin vida del exvicepresidente de la empresa, Jorge Suau, se secuestró un recibo firmado por el exintendente. A pesar de esa evidencia, negó haber tenido vínculos comerciales con Suau.

En agosto de 2014 la Justicia secuestró el contenido de cajas de seguridad. Los cofres 38 y 39 figuraban a su nombre. Quedaron inmovilizados290 mil dólares. Hasta hoy no convence la justificación que ofreció a la justicia federal sobre el origen de esos fondos. Los atribuyó a una herencia de su padre, pero la serie de los billetes divididos en 29 fajos es posterior al fallecimiento de su progenitor y cuando el juez Hugo Vaca Narvaja solicitó a los tribunales provinciales la copia de la declaratoria de herederos, habían desaparecido algunas fojas y tuvo que ser reconstruida.

Surgieron sospechas de presunto enriquecimiento ilícito, en cuanto no podía justificar el nivel de vida que tenía. Se le atribuyó un costoso departamento ubicado en una zona exclusiva de Nueva Córdoba. Boldú lo desmintió, pero cuando fue a Tribunales a ponerse a disposición de la justicia fijó domicilio en una propiedad de Hipólito Yriogoyen al 500 valuada en más de US$400 mil.

Vínculos. Fue el propio Vera en su declaración como arrepentido quien lo mencionó en un rol activo. Dijo que Boldú era una persona muy cercana al fallecido vicepresidente de la financiera, Suau. En ese sentido, relató que el vínculo se consolidó luego de una reunión celebrada en Córdoba entre Suau, Joaquín Juana, Teófilo Grant -cueveros porteños imputados recientemente- y el exintendente de Laguna Larga.

También dijo en esa declaración que Boldú operaba por orden del exintendente de Villa María, Eduardo Accastello, para gestionar fondos de la obra pública, el Pami y de “contratos laborales para la dirigencia”. Esa relación también quedó evidenciada en el acceso a las cajas de seguridad secuestradas porque además de Vera, estaban autorizados Accastello y su pareja, Verónica Navarro Alegre.