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CóRDOBA
UNA HISTORIA INTRINCADA

Trabaja limpiando casas mientras la espera una herencia multimillonaria

La vida de Normi Titti se escribe en expedientes de tres causas judiciales. Un juez declaró nulo el matrimonio de su padre y un fiscal imputó a cinco personas por desapoderarlo de valiosísimos campos.

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NORMI TITTI. “Ahora estoy más tranquila, espero cobrar lo que me corresponde”, expresó. La patrocinan Gerardo Parrucci y Marcelo Pandolfi. | Fino Pizarro

No es Macondo y no son los Buendía. La historia se escribe en las calles de La Para, una localidad del departamento Río Primero, a 150 kilómetros de Córdoba. Y refiere a los hermanos Ciriaco, Isidro y Pedro Titti, miembros de una familia que a principios del siglo pasado se asentó en un campo devenido en tierras que, por sus características y ubicación, actualmente tienen una valuación de entre US$ 8.000 y 10.000 la hectárea.

Normi Mercedes Titti (40) es una de las protagonistas de la historia, ya que hace poco más de una década, en su lecho de muerte, el padre que la crió le reveló que, en realidad, era hija biológica de Pedro Titti, por lo que inició una demanda de filiación asistida por los letrados Gerardo Parrucci y Marcelo Pandolfi. Prueba de ADN mediante, la Justicia estableció la paternidad del hombre, soltero y sin otra descendencia.

Los tres hermanos –todos longevos- vivían en un casco de estancia antiguo y se dedicaban a la cría de vacas para vender leche en el pueblo. Entre 2007 y 2008, a poco de la sentencia de filiación de Normi, Isidro Titti (78) se casó con Liliana Basualdo, una joven de 22 años. Basualdo, con la asistencia del abogado Fernando Cravero, se convirtió en la gestora y administradora de los campos, cuya propiedad pertenecía a los tres hermanos, en partes iguales.

En 2010 falleció Ciriaco. Previo a su muerte, se labró una escritura de donación del tercio de su propiedad a su cuñada, Liliana, quien de esta manera se convirtió, a partir de la muerte de su esposo Isidro, ocurrida en un breve lapso, en la dueña de los dos tercios de las valiosas tierras.

Inhabilidad. Normi, hija de Pedro, siempre tuvo vedado el acceso a su padre quien, sin embargo, demostró interés en mantener un vínculo. El hombre era alcohólico, por lo que su dependencia de la bebida lo convirtió en un ser vulnerable. Estas circunstancias fueron evaluadas por el Juzgado Civil y Comercial de 8° Nominación. Así, el 17 de noviembre de 2016, ese tribunal declaró inhábil a Pedro Titti, por una afección “psicocognitiva” y restringió su capacidad para disponer de los bienes designando como figura de apoyo a su hija Normi.

Por el cerco que tejieron Basualdo y Cravero, ella nunca pudo ejercer el rol de curadora de su padre.

Casamiento ficticio. Mientras avanzaba el juicio por incapacidad, el 1 de abril de 2016 se inscribió el matrimonio de Pedro (84) con Nilda del Carmen Basualdo (27), hermana de Liliana. En el acta figuraron como testigos de la boda el abogado Cravero y su esposa.

En agosto del año pasado, el juez de Familia, Gabriel Tavip, declaró nulo ese casamiento. (ver “El esposo no sabía…”)

Ventas, arrendamientos. Mientras todo ello sucedía, los campos crecieron en valor por la ubicación que poseen y parte de ellos fueron vendidos a una familia de terratenientes de la zona. Además, hubo simulación de ventas. Las ganancias por la producción de las tierras se incrementaron, pero los hermanos Titti vivieron en la pobreza, ordeñando vacas y vendiendo leche, hasta su muerte. (Ver “Suman cinco los imputados…”) De los expedientes judiciales en trámite se deduce que en la actualidad la única heredera de Pedro es Normi Mercedes Titti.

Le corresponden 88 hectáreas con un valor de US$ 880 mil; lo que equivale a una fortuna millonaria. Al cambio actual, asciende a $37 millones.


DEFRAUDACION : Suman cinco los imputados por aprovecharse del anciano


En sede Penal, el fiscal de Instrucción Gustavo Dalma está a punto de elevar a juicio la causa. Hay cinco personas imputadas por ‘defraudación por circunvención de incapaces’. Traducido al lenguaje cotidiano, se los acusa de aprovecharse de la relativa incapacidad de Pedro Titti para usufructuar de las ganancias de la parte de campo que le pertenecían, de las que actualmente es heredera legítima Normi.

La causa se tramita desde mayo de 2016, cuando el abogado Marcelo Touriño presentó la denuncia asistiendo a la mujer. A pedido del letrado, el fiscal y personal de la Fiscalía se trasladaron hasta el campo en La Para.

Dalma relató a PERFIL CORDOBA las imágenes que le quedaron grabadas de esa visita: “Vimos a un pobre hombre, mal vestido, que dormía en una pequeña habitación con paredes blancas”. “No nos quedaron dudas de lo que se había denunciado”, sostuvo.

Era un casco de estancia venido a menos que delataba su esplendor de otrora, ya sin mantenimiento.

En esta causa están imputados el abogado Fernando Cravero, considerado el mentor de la maniobra; las hermanas Liliana y Nilda del Carmen Basualdo, esposas de dos de los hermanos Titti; Julio Rivero, quien habría cobrado los arrendamientos para que no figurara ninguna de las mujeres en los documentos, y Rubén Darío Bianco, importante hacendado de la zona que explotó las tierras de la controversia.

Dalma confirmó a este medio que “el expediente está a fallo”, de lo que se deduce una inminente resolución para que sean elevados a juicio los responsables de la cuidada ingeniería para extraer provecho de las tierras y su productividad.

 

CUESTIONES DE FAMILIA: El ‘esposo’ no sabía que se había casado


El 1 de abril de 2016 se inscribió en el Registro Civil la celebración del matrimonio entre Pedro Titti (84) y Nilda del Carmen Basualdo (27). Dos meses después, ingresó a los tribunales de Familia un pedido para que ese casamiento se declarase nulo. Lo formuló Normi Mercedes Titti (40), hija reconocida de Pedro.

El argumento fue la “incapacidad neurocognitiva” de su padre al momento de contraer matrimonio, que quedó probada en el juzgado Civil que lo declaró inhábil para comprender el alcance de ciertos actos. Ante el juez de Familia, Normi relató que las pocas veces que pudo hablar con su padre, le comentó que “vivir en su propia casa se había transformado en un calvario, ya que la mujer de su hermano tomó de facto la administración de todos los bienes de su propiedad, sin consultar con su padre, haciéndolo únicamente con su abogado Fernando Cravero”.

Desde la llegada de Liliana Basualdo a la casa de los hermanos, la relación con su padre se vio “drásticamente impedida”, ya que le negaba “sistemáticamente” el acceso a la vivienda. También contó que su padre deambulaba con un carro vendiendo leche que él mismo ordeñaba cuando en realidad no tenía necesidad de vivir en la miseria, ya que el campo de su propiedad estaba alquilado, a pesar de que él “no recibía absolutamente nada”.

Y apuntó a la cuñada, Liliana Basualdo que –desde su perspectiva– tenía como objetivo quedarse con todos los bienes de los hermanos Titti.

En el trámite de la causa, los ‘cónyuges’ nunca comparecieron personalmente. El juez Gabriel Tavip dispuso una inspección ocular para entrevistar a Pedro Titti en su casa, en La Para. La entrevista fue determinante y permitió a los funcionarios judiciales dilucidar que Pedro nunca se enteró de que “se había casado”.

Cuando se refirió a quién era legalmente su esposa Nilda del Carmen Basualdo, la nombró como “la hermana de su cuñada” y descartó que hubiera existido contacto o cercanía con ella. Dijo que vivía en Córdoba y que ocasionalmente los visitaba.

El juez Tavip consideró que si bien la sentencia de restricción del ejercicio de la capacidad se limitó a la disposición de sus bienes, no se puede descartar que “al momento de prestar consentimiento matrimonial, el señor Titti no se encontraba en condiciones de comprender el alcance de lo que estaba haciendo”. Por eso, declaró nulo el matrimonio. La sentencia fue apelada y será analizada por la Cámara.