“Esto puede adelantar los tiempos y reconfigurar la relación entre el peronismo y el PRO hacia adelante”. La frase pertenece a uno de los hombres del espacio amarillo en Córdoba que impulsó la ley de las apuestas on line. La cual, para el oficialismo provincial, generó un cimbronazo inesperado en el arco opositor. Al punto, que algunos peronistas son escépticos a un regreso a la vieja normalidad en las relaciones de la alianza que reúne a amarillos, radicales, juecistas y a la Coalición Cívica.
Nadie lo va a reconocer en público, pero desde todos los costados creen que puede abrirse un vínculo entre el PRO y el PJ con miras al 2023. Y es más, están aquellos que espera que esas manifestaciones sean más explícitas en marzo próximo, con los primeros palotes del año que comenzó.
“El gobernador (Juan) Schiaretti puede abrir algunos despachos para dirigentes del PRO en Córdoba. Pero no es algo que se resuelva acá, entre los integrantes del partido. Acá, el problema que se le viene a los amarillos es tener que acatar una orden que vendrá desde Buenos Aires”, reconoció en las últimas horas del convulsionado final del 2021 un dirigente de la coalición a PERFIL CORDOBA.
Y con esto, grafica que tanto Mauricio Macri como Horacio Rodríguez Larreta, los dos pesos pesados del partido amarillo hablan de manera directa con el gobernador. Sin interlocutores y con más asiduidad de lo que muchos piensan. Por lo tanto, si se abren algunos espacios en el Gobierno provincial para el PRO, se definirá en las altas esferas.
Esquirlas de una pirotecnia de fin de año. En cuestión de horas, ya había daños colaterales de la guerra interna de JxC. Es más, en pleno debate, cuando el legislador del PRO, Darío Capitani, devolvió con dureza las acusaciones del senador Luis Juez, se sabía que el calibre de la discusión de fin de año sentaba un precedente grave en la vida interna de la alianza.
Por varios motivos. En primer lugar, porque los que impulsaron la ley (el radical Orlando Arduh; y los del PRO, Capitani, Silvia Paleo, Alberto Ambrosio y Raúl Recalde) le reprocharon a Juez que desde hace varias semanas tenía el proyecto. Con lo cual, vieron oportunismo a la hora de salir a cruzarlos.
Jugada de la que también estuvo al tanto Patricia Bullrich, la presidenta del partido amarillo y referente nacional de Juez. En medio de esa simbiosis entre la jefa de los halcones y el cordobés hubo un mensaje de Bullrich a los cordobeses del PRO para pedir detalles del proyecto el martes.
El miércoles, horas antes del debate y cuando Bullrich respondió que ya había visto el proyecto, le dijeron que iban a avanzar con la denuncia en contra de Juez. “En la primera línea nacional hay temas que no se discuten porque saben qué intereses tocan”, reconoció un amarillo local a este diario.
Es por eso que, los integrantes del PRO cordobés que no tienen banca en la Unicameral, no se manifestaron de manera pública. Y, aunque saben que pueden pagar un costo, respetaron la verticalidad.
Y marcan, todos los dirigentes que impulsaron el proyecto, una diferencia sobre la forma en la que fue crítico Rodrigo De Loredo y la manera en que la hizo Juez. “Rodrigo dejó abierta la puerta para seguir trabajando por la unidad, no personalizó la discusión. Juez sí. Y complica el trabajo homogéneo a futuro. Tendría que haber tenido otro nivel de crítica. A lo mejor, ve que no es fácil tener protagonismo en el Senado al lado de tipos como (Martín) Lousteau o (Alfredo) Cornejo”, lanzan desde el PRO.
El impacto en las bancas. Sobre el final de la semana, Arduh se enteró que se iban del bloque las legisladoras que responden a Mario Negri, Daniela Gudiño y Patricia de Ferraris. Ambas no resolvieron dónde arrancarán el 2022 y están en la disyuntiva de ir al bloque que preside Marcelo Cossar para empoderar al exmestrista o mantenerse con un bloque de dos bancas.
Por ahora, el negocio no le cierra a nadie. Si se quedan solas, la primera minoría la conserva Arduh y el PRO; si se van, hay empate de bancas (7 para Cossar y 7 para Arduh), y el criticado radical se queda con la chapa por el resultado electoral del 2019. Salvo que haya más salidas y es por eso que todos miran qué harán Juan Jure y Elisa Caffaratti, sobre todo el primero.
La mujer responde a De Loredo y podría quedarse para no agitar más diferencias en un espacio que cerró un año complicado. Pero el exintendente de Río Cuarto es hoy el que cotiza. Antes, debe resolver en enero algo clave: los contratos que tiene en la Legislatura.
Gerente se busca. “El PRO tiene un solo jefe: Macri. El resto son gerentes. Por eso, no fue casual la salida del hombre el mismo día que se discutía la ley. El problema es que, con la interna que tienen, nunca definieron el gerente de la sucursal Córdoba”. Con ese análisis se despachó un joven y ávido dirigente de la UCR a este diario.
Una vez resuelto eso, se verá hacia dónde apunta el GPS.
Por su parte, en la UCR las discusiones por la continuidad de Arduh como afiliado o no al partido no resuelve la disputa real: quién es el líder del radicalismo.
Dentro de la coalición, los tickets los sigue cortando el PRO (“son una máquina de fabricar candidatos”, reconoció un radical); mientras que la UCR no tiene figuras nacionales de peso. Así, la manera en que se produzca la foto familiar del 2022 ayudará a entender cómo sigue la sociedad.