En el radicalismo todos se pintaron la cara. La pandemia trasladó las acaloradas discusiones de la sede del partido en Nueva Córdoba a la plataforma Zoom, y es en ese escenario en el que se empieza a debatir qué puede suceder con la conducción del partido que debe renovar autoridades este año.
El 10 de mayo es la fecha límite que tiene el Comité Provincia conducido por Ramón Mestre para convocar a elecciones. Si hasta esa fecha no hay novedades, la potestad la tendrá la Mesa del Congreso, órgano conducido por Rodrigo de Loredo, pero con representación de todos los núcleos internos.
Y todos, desde los mestristas, hasta aquellos que no quieren la continuidad del exintendente al frente del partido, coinciden en algo: no podemos convocar a internas en una pandemia.
Por lo tanto, la discusión se traslada a la prórroga del mandato que vence el 31 de agosto, y si esa extensión que deberá definir el congreso es para fecha de elecciones internas o para darle continuidad a la actual conducción. Algo que rechazan con amenaza de judicializar los detractores de Mestre.
En el medio de estos debates virtuales, varios referentes del partido desde hace tiempo advierten el acercamiento entre el exintendente y Mario Negri. Los rivales del 2019 vienen ensayando distintos puntos de contactos que le ponen un ingrediente extra al caldo de cultivo que es siempre la interna radical.
Enemigos íntimos. Enfrentados en la primera parte del año pasado, Negri y Mestre firmaron la paz de cara a las elecciones nacionales y ambos obtuvieron un rédito; el primero porque logró continuidad en la Cámara baja y el segundo porque sumó un diputado más de su riñón, con Hugo Romero, y armó un póker de cuatro junto a Diego Mestre, Soledad Carrizo y Brenda Austin, que en 2021 cumplen mandato.
Precisamente, los que observan la buena sintonía que existe entre Mestre y Negri ahora creen que se debe a necesidades mutuas. “Ramón necesita seguir y Mario, que maneja bloque UCR e interbloque de Juntos por el Cambio, está teniendo dificultades en el Congreso. La jugada le salió bien, pero (Alfredo) Cornejo en algún momento se va a cobrar esa factura”, dicen aquellos que creen que el de los cordobeses es un acuerdo en Diputados, que aún resta saber cómo se baja a la interna provincial.
Con los fierros en la Cámara baja, Negri le ganó la pulseada a Cornejo, el presidente de la UCR nacional, y bendijo el arribo de tres de los cuatro mestristas a la presidencia de las comisiones en esa porción del Congreso en diciembre pasado.
Después de ello, y antes de la reunión de la UCR en Villa Giardino en marzo pasado, Mestre viajó a Buenos Aires para invitar a Negri a Punilla. Charla extensa en el departamento del diputado que finalmente creyó que no era el momento de aceptar la invitación.
La última reunión que trascendió de ambos fue la convocatoria que hizo El Panal al hermético encuentro de los dos con el gobernador Juan Schiaretti, el vicegobernador Manuel Calvo y a quien apuntan varios radicales como el promotor del encuentro, el presidente provisorio de la Unicameral, Oscar González. Ninguno quiso hablar de esa charla de cinco integrantes, pero en la UCR olfatean que hay una agenda complicada en lo legislativo para el oficialismo en materia de ajuste y aspiran a un respaldo opositor.
“Tienen 51 legisladores, pueden hacer lo que quieren. Pero no es el estilo del PJ acá. Van por un respaldo en materia de ajuste jubilatorio o bonos y hoy ellos -por Negri y Mestre- tienen incidencia en los bloques con representación radical. El oficialismo no pide un respaldo total, pero quiere que apoyen algunos y da juego libre a otros, aunque con límites”, afirmó un conocedor de los tiempos legislativos en la provincia.
La mirada nacional. También en Zoom esta semana hubo otra aparición importante: en el escenario virtual y en una charla sobre el plano nacional apareció Enrique “Coti” Nosiglia, en un debate del que también participaron mestristas.
Tanto Nosiglia como Cornejo están observando lo que ocurre en Córdoba. Ambos tienen mala relación con Negri y los dos, sobre todo “Coti”, está detrás de un eje que nace en CABA con el respaldo a Martín Lousteau, sigue en Rosario con el intendente Pablo Javkin y hace escala en Córdoba con el aval para De Loredo, el titular del congreso provincial.
Aplacado por la pandemia, este eje venía siguiendo de cerca la renovación del partido en Córdoba, con apoyo incluso del propio Cornejo y de aquellos que en el PRO se presentan como moderadores y que tienen acá buen diálogo con el concejal radical.
De hecho, De Loredo forjó una relación con Juan Francisco Nosiglia, el hijo de “Coti”, que también sigue atento a Córdoba con varios interlocutores como el legislador Orlando Arduh, el jefe del bloque Córdoba Cambia que parece haber sorteado la puja interna que agitó el riocuartense Juan Jure. Algunos creen, impulsado por Mestre.
Por su parte, Lousteau y Cornejo también hablan con los intendentes que no están alineados en el foro que conduce el mestrista Ariel Grich. El porteño y el mendocino pusieron el foco en Marcos Ferrer (Río Tercero), Luis Picat (Jesús María) y José Bría (Morteros), los tres que hoy comparten charlas con Arduh, Javier Bee Sellares, Javier Fabre y Juan Negri, el bloque de los que quiere bloquear la continuidad de Mestre.
La carta ahora del exintendente, que el viernes volvió a participar de otro Zoom con empresarios y dirigentes políticos, está en estirar la discusión hasta septiembre. Fecha en la que probablemente haya elecciones en Río Cuarto y nadie quiere agitar las aguas antes de ese cruce.
Por lo tanto, las alternativas son la renovación de autoridades en diciembre o patear todo para marzo del 2021 con las Legislativas encima. Posibilidad que rechazan los rivales de Mestre y a los que en el mestrismo le responden “si fuera por ellos, se vota por Zoom”. Todo caldeado en el radicalismo.