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CóRDOBA
MUSEO A CIELO ABIERTO

Un proyecto busca poner en valor las ruinas del Mar de Ansenuza

Ubicada al noreste de la provincia de Córdoba, la laguna Mar Chiquita sufrió a lo largo de la historia inundaciones que pusieron a gran parte del poblado bajo el agua. Pero debido a la sequía de los últimos tiempos los restos de una época dorada emergieron dejando a la vista los vestigios de una ciudad sumergida. Hoy, un proyecto ideado en el marco de una diplomatura en gestión ambiental de turismo, propone realizar un museo a cielo abierto que ponga en valor algunos de los puntos más emblemáticos de Ansenuza.

Ruinas Ansenuza
EN RUINAS. La sequía dejó al descubierto algunos restos e los lugares más icónicos de Mar Chiquita. | Cedoc Perfil

Caracterizada por su laguna de agua salada, la zona era ampliamente conocida por recibir una gran afluencia de turistas –nacionales y extranjeros– que la visitaban en busca de sus aguas y barros curativos.

A principios de siglo pasado la zona constituía uno de los principales atractivos turísticos de nuestra provincia. Sin embargo, era propensa a las inundaciones y en 1977 el agua subió tanto que dejó casi 40 manzanas, más de 100 hoteles y unos 60 comercios completamente sumergidos.

Ahora, debido a las temperaturas extremas y la gran sequía, el agua ha dejado paso a los restos otrora sumergidos.

A cielo abierto. En el marco de una diplomatura en gestión ambiental de turismo dictada por la Universidad Blas Pascal, un grupo de estudiantes presentó un proyecto que tiene por objetivo revalorizar aquellos vestigios. “Queríamos pensar un proyecto que apuntara al turismo sustentable. El objetivo era revalorizar y patrimonializar la identidad del pueblo y a la vez sumar una nueva propuesta turística. Y con la bajada de las aguas, que ya venían desde el año pasado pero que en los últimos meses se ha notado muchísimo más, vimos cómo empezaban a quedar a la vista estas ruinas de lo que era el sector más emblemático de Miramar en la época dorada”, relata la docente Noelani Piacenza, quien junto a Nilda Fauda (docente), Gabriela Haas (comerciante), Antonella Mansilla (arquitecta) y Aldana Munghini (prestadora de servicios turísticos) conforman el grupo que presentó al municipio el proyecto.

Por otro lado, la idea era salvaguardar la zona que ha quedado a la vista puesto que turistas y vecinos de la localidad empezaron a ir al lugar para conocer –y reconocer– los lugares donde vivieron sus familiares o los comercios que había en esa zona. “Allí estaba concentrado todo lo que era el casco comercial y turístico, el centro de Miramar. Esto forma parte del patrimonio arqueológico cultural e histórico de Miramar que hay que preservar”, enfatiza Piacenza. 

Antecedentes. Inspiradas en otros casos testigo, como el museo a cielo abierto de Villa Epecuén, en la provincia de Buenos Aires (NdelE: en la década de 1980 la laguna creció inundando a todo el pueblo), presentaron el proyecto a la Municipalidad. “Lo que pasó en Villa Epecuén tiene mucha similitud con lo que sucedió en Miramar. Pero además acá, entre los meses de septiembre a noviembre viene mucho turismo estudiantil, recibimos muchas excursiones que recorren museos. Entonces pensamos que ésta puede ser una propuesta que se sume a las que ya hay y que brinde la posibilidad no sólo de conocer sino también de vivenciar la historia de Miramar ‘in situ’, porque sería estar en el lugar donde estaba todo el casco céntrico que desapareció bajo el agua”, señala Piacenza.

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REVALORIZACIÓN DE IDENTIDAD. Podrá visitarse desde una pasarela en altura y se articulará con visitas a otros museos y puntos de interés en la zona.

El proyecto. “Planteamos hacer una pasarela de 800 metros lineales –el proyecto total abarca 169.000 metros cuadrados– a la misma altura que tiene la actual costanera, de manera tal que no nos afecte si el nivel de agua llegara a subir nuevamente. Porque ahora el agua está muy retirada pero tiene períodos donde el nivel sube”.

En efecto, la costanera actual fue construida a partir de una serie de estudios que indican que la laguna no superará el nivel a la que fue colocada la misma. “Si el agua llegara a subir podríamos hacer el recorrido igualmente, porque estaría señalizado”, acota Piacenza.

El sector señalizado –que no es el único sector de ruinas, aclaran– contempla 11 puntos de interés, que son, a decir de sus ideólogas, los lugares más icónicos: “Hemos marcado una estación de servicio YPF, la Asociación Hotelera de Miramar, el hotel confitería Marina, la Parrilla El Flamenco, el Hotel Flor de Mar Chiquita, el Hotel Marchetti, la Estación Terminal de Ómnibus, la Parroquia Virgen del Valle, el Centro Balneológico Termal, Las Nocheramas (un  anfiteatro al aire libre donde se hacían espectáculos que recibieron a artistas como Los Iracundos, Sergio Denis y Valeria Lynch en sus comienzos) y Playa de los Pobres”. 

Estos puntos de interés serán recorridos a través de pasarelas de dos metros de ancho, que soportan unas 140 personas, en grupos de 20. “La pasarela está pensada de manera inclusiva y además se haría con tablas de madera de plástico reciclado y una estética acorde al lugar”, precisa Piacenza.

Con el acento puesto en la gestión ambiental del turismo, el proyecto busca reducir el impacto ambiental debido a que es mucha la gente que está yendo a visitar la zona. “Se están haciendo visitas guiadas y no se está teniendo en cuenta esto. Queremos que se hagan las visitas pero con los cuidados que hay que tener. Preservar las ruinas y que la gente no camine sobre ellas”, reflexiona.

Financiación. La obra tendrá carácter público y desde el municipio se muestran entusiasmados con el proyecto.
Además, ya comenzaron a gestionar fondos y encontraron un marco normativo para hacerlo. “Sabemos que está la Ley General del Ambiente a nivel nacional y que hay leyes de protección del patrimonio cultural, arqueológico y paleontológico que también proveen fondos para llevar a cabo este tipo de proyectos. Pero además entendemos que es un proyecto sostenible porque va a generar ingresos con las visitas guiadas y eso ayudará a la manutención del museo”.

Por último, el equipo plantea establecer alianzas con otros museos de la localidad para armar una suerte de circuito: “La idea es fomentar recorridos que empiecen por el Museo Fotográfico, luego llevar al turista al sitio específico, pasar por el Museo del Hotel Viena y terminar en el Paseo de las aves, que está al final del recorrido y es un lugar de contemplación y descanso”, finaliza Piacenza.
 

Anfiteatro Ansenuza década 80

ANFITEATRO MUNICIPAL. Así se veía el espacio conocido como ‘Portal del Mar’ a finales de la década de 1980 (Foto Mariana Zapata).