“Cada medianoche, antes de conciliar el sueño, Miguel Laciar cumple rigurosamente el ritual de cambiar la foto de su estado de WhatsApp. No son los recuerdos de su época gloriosa de futbolista los que lo movilizan. Las imágenes fluyen como homenaje a Valentino Blas Correas, su “nieto compinche” a la hora de ir a alentar al Belgrano de sus amores.
“Todas las noches abro el estado de mi teléfono y pongo allí los recuerdos. Por lo general son fotos de nosotros dos juntos, algunas en las plateas del Gigante de Alberdi, otras con familiares o con amigos, y también remembranzas de viajes”, cuenta Laciar. “Es una velita encendida. Una forma de mantener esa llamita que siempre tiene que estar presente”, asegura.
El 13 de agosto de 2020, Miguel estuvo con Juanse, su nieto mayor y hermano de Blas, al frente de la primera marcha que se realizó por las calles cordobesas bajo la consigna “Justicia Por Blas” y allí tuvo un breve contacto con los medios de prensa. Después decidió sostener su lucha en silencio. “No quiero interferir en nada”, sostiene.
“Hoy no siento la necesidad de presentarme en algún lugar y decir algo. Además, el que me conoce bien sabe que jamás voy a hablar algo de alguien sin que esa persona lo sepa antes por mí”, explica. Y se muestra agradecido por las constantes muestras de apoyo y solidaridad que recibe de quienes lo conocen de sus dos etapas en Belgrano y de sus cuatro décadas en el Banco Nación, donde se jubiló con un cargo gerencial. “Es algo muy valioso que llevo en mi corazón y en mi alma”, enfatiza.
“Esto es muy difícil, pero trato de estar sereno y tranquilo. Lo que pasó con Blas fue un golpe mortal para mí y para toda mi familia”.
Con 295 partidos oficiales y 91 goles entre 1970 y 1977, Laciar es el octavo jugador con más encuentros jugados y más tantos convertidos en la historia de Belgrano. Más reciente es su experiencia como dirigente y representante de la entidad en la AFA, funciones que desempeñó durante 12 años. En las elecciones del pasado 6 de febrero se postuló como uno de los candidatos a vicepresidente de la lista que encabezó Armando Pérez.
“Lo que pasó con Blas fue un golpe mortal para mí y para toda mi familia”, refiere Miguel. “Esto es muy difícil, pero trato de estar sereno y tranquilo. Sé dónde estoy parado. Debemos entender que este es un tema institucional y que se necesitan cambios estructurales, acciones concretas y un gesto de humanidad”, expresa. “Espero que se haga justicia en la causa, más allá de tener la profunda convicción de que existe una justicia divina”, puntualiza.
“Los momentos que vivo son muy tristes, pero tengo la seguridad que mi nieto Blas fue muy feliz y se fue lleno de ilusiones”, expresa Laciar.
Y añade una frase que toda la sociedad cordobesa debe levantar como bandera: “Ojalá nunca más haya un Blasito”.