Todas las miradas están puestas en el acontecer diario de Venezuela. Las imágenes sobre la crisis de aquel país generan preocupación en propios y extraños y se tejen cientos de historias alrededor de la coyuntura. En medio de este adverso contexto, al cordobés Joaquín Lencinas le toca atravesar un momento particular, ya que observa el contraste de lo que fueron las celebraciones del reciente título de su equipo por primera vez en la historia y la preocupación de sus compañeros de vestuario y su familia en Córdoba, por lo que acontece en el país gobernador por Nicolás Maduro.
“El Gallo” Lencinas es un trotamundos del fútbol. Desde su surgimiento en La Agustina albirroja, debutó en el primer equipo de Instituto en 2006, donde estuvo hasta 2011, pasó por Alumni de Villa María, Unión Comercio de Perú, el Carabobo FC de Venezuela, Mitre de Santiago del Estero, Mushuc Ruma de Ecuador y ahora en el Monagas venezolano. Es una constante armar valijas y jugar en distintos niveles y estilos futbolísticos. Sabe de andar por distintos contextos. En diálogo con PERFIL CÓRDOBA el ex marcador central de “la Gloria” contó la experiencia que vive por estos días en aquel convulsionado país.
“Venezuela está mal. Pero los problemas grandes están sucediendo en Caracas, las manifestaciones están todas allá. Lo que se ve en la TV que llega a la Argentina es lo que pasa en las calles de Caracas. Incluso, yo mismo estando acá, en Venezuela, me entero más por la TV, porque en Maturín, la ciudad donde estoy, no se ven esas manifestaciones. Pero la realidad es que el país no está bien. Se ha perdido totalmente la clase media. Acá son de clase baja o alta. La gente que maneja dólares la puede pasar espectacular, y la que no, la pasa muy mal. Está muy tensa la situación para el trabajador”, narra el defensor cordobés. Y agrega: “Inclusive, un día un kilo de carne cuesta 10 mil bolívares y al otro día el mismo kilo cuesta 40 mil bolívares”, explica.
En ese marco, Lencinas contó cómo vive el vestuario en el día a día de esta crisis. “A todos nos afecta. Hace unos días, el dólar se fue a 20 mil bolívares. Es una locura y todos se ven afectados. Cobren los bolívares que cobren, les afecta. A no a todos los compañeros de acá les alcanza. A los más pibes hay que ayudarlos en la medida de lo posible. Incluso algunos no comen bien”, explica el jugador cordobés.
Tomar precauciones. A pesar de que las manifestaciones no se ven en la ciudad donde habita, sí tiene que tomar ciertas precauciones para andar por las calles. “Con mi familia somos tranquilos, pero tomamos precauciones. Por ejemplo no me muestro todo el tiempo, no ando por la calle caminando o tomando mate en una plaza. Vivimos en un barrio cerrado y me manejo en el club. Trato de no estar en lugares muy públicos, aunque en esta ciudad no pasa lo que se ve en la TV. Pero la precaución por la inseguridad está”, aclara Lencinas, que en Venezuela vive junto a su esposa y sus tres hijos.
Para los familiares que están en Córdoba está latente la preocupación debido a las informaciones que llegan. No obstante, el futbolista cuenta: “Mi familia se preocupa. Pero tengo la bendición de que en mi casa somos creyentes, gente de fe, que confía en Dios, y sabemos que la mano de Dios está sobre nosotros” (Lencinas es miembro de la obra “Deportistas de Cristo”).
En contrapartida con la gran cantidad de venezolanos que dejan su país y emigran hacia estas tierras, el “Gallo” optó por continuar en Venezuela. Incluso, tras salir campeón recientemente en el Monagas SC, a Lencinas le llegaron propuestas, pero decidió quedarse. “No es el lugar más cómodo para la familia, pero nos está yendo bien, acabamos de salir campeones, nos preparamos para la próxima Copa Libertadores, en todo ámbito nos ha ido bien. Estamos agradecidos con la gente del club porque nos tratan bien y nos cuidan. Pudo venir Damián Felicia, que es parte de nuestro ministerio cristiano y vieron cómo nos tratan y ayudó para que no nos vayamos. Si no fuese porque tenemos fe en Dios, la familia me hubiese obligado a volver. Tengo contrato hasta diciembre próximo y allí tendré que tomar una decisión”, expresó desde Maturín.
A propósito de ser campeón, dicen que el fútbol es un escaparate a la realidad. En Argentina, que sabe de crisis, existen cientos de ejemplos donde sus habitantes buscaron refugiarse del fútbol ante los problemas sociales. Y en Venezuela no es la excepción. Lo narra el propio Lencinas: “Es algo raro. Disfrutamos mucho ser campeones, porque en los papeles éramos un equipo con menos presupuesto. Vemos a los venezolanos sufriendo el día a día para poder sobrevivir o comer. Y después tenés que ir a la cancha a estar ‘contento’. Son cosas raras. Pasar de una situación a otra. Pero el futbol te da eso, ese escape”.
Y agrega: “Ser campeón hizo feliz a toda una ciudad, a un Estado. Aunque por ahí no sea mucho, pero te sentís bien porque los podés sacar un rato de lo que pasa en el país. Todos gritando campeón en un estadio de más de 50 mil personas, todo lleno. Este club nunca en su historia había sido campeón, por eso estamos todos contentos con lo que se logró. Quedamos en la historia y no es para menos”.