El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) entregó el viernes 4 sus premios a los trabajos periodísticos más destacados del año y en el rubro Mejor Libro de Investigación el galardón fue obtenido por Masacre en el comedor, escrito por Ceferino Reato, también editor ejecutivo de la revista Fortuna.
“FOPEA es una entidad muy representativa, auténticamente federal”, valoró Reato. “Implica todo un reconocimiento porque el libro muestra otra faceta, muy controvertida, de un ícono del periodismo nacional como lo es el periodista y escritor Rodolfo Walsh”, agregó.
El libro de Reato
Es que Masacre en el comedor se centra en la bomba vietnamita con la que el grupo guerrillero Montoneros, de origen peronista, destruyó el comedor de la Policía Federal el viernes 2 de julio de 1976 al mediodía en el centro de la ciudad de Buenos Aires provocando veintitrés muertos y ciento diez heridos.
Fue el atentado más sangriento de los 70. También, de la historia argentina hasta la voladura de la AMIA, en 1994. Y sigue siendo el atentado con más muertos a una dependencia policial en el mundo.
Las víctimas fueron policías de muy baja graduación e incluso hubo varios que ni siquiera cumplían funciones estrictamente policiales como un mozo, el cajero, el encargado del restaurante, dos bomberos y un enfermero. También murió una civil, una mujer que trabajaba en YPF, porque al lugar también concurrían comensales de la zona.
La bomba fue una perfecta operación militar del aparato de Inteligencia de Montoneros, donde el hombre clave era Rodolfo Walsh. Precisamente, el laureado periodista y escritor era el jefe del joven agente infiltrado en la policía, José María Salgado, que fue quien dejó la bomba en una silla y se retiró siete minutos antes de la explosión.
En la consideración de Reato, Walsh además tenía una faceta revolucionaria en la que también se destacaba. Por ejemplo, estaba a cargo de todos los guerrilleros infiltrados en las Fuerzas Armadas y de Seguridad.
El ataque fue supervisado directamente por el jefe del llamado Ejército Montonero, Horacio Mendizábal, y aprobado por la cúpula guerrillera, encabezada por Mario Firmenich y Roberto Perdía, quienes lograron sobrevivir a aquellos años de plomo.
En aquel momento ya gobernaba la dictadura militar y la estrategia del Ejército Montonero estaba centrada en una serie de ataques a la policía en las principales ciudades del país, como una forma de desgastar al régimen y preparar el camino para lo que ellos consideraban que sería la contraofensiva que les permitiría tomar el poder y concretar una revolución socialista o comunista.
La réplica del gobierno, encabezado por el general Jorge Rafael Videla, fue salvaje y consistió en la cacería de los autores que lograron identificar, Salgado en primer lugar.
La Justicia nunca se ocupó de este ataque, pero, luego de la aparición del libro, un fallo de la Cámara Federal abrió la posibilidad de que, finalmente, el caso sea investigado.
A tono con el olvido judicial, las víctimas del ataque ni siquiera tienen una placa que las recuerde en la capital del país.
JP CP
