CULTURA
Novedad editorial

Facundo Pastor: “Walsh trasciende por su obra periodística y su aporte a la literatura latinoamericana”

El periodista publicó "Emboscada" un libro que aborda los últimos meses del escritor y militante montonero y avanza tras las huellas de sus cuentos inéditos apropiados por la Marina.

Facundo Pastor 20220405
Facundo Pastor | Gtlza. Penguin Random House

Facundo Pastor acaba de publicar Emboscada un libro que investiga cómo fue el plan de la Dictadura Militar para secuestrar a Rodolfo Walsh y qué sucedió con una serie de cuentos inéditos, apropiados por los militares. Aquel 25 de marzo de 1977, el periodista y militante montonero llegaba a una cita pautada con un compañero en la esquina de las avenidas San Juan y Entre Ríos donde, en realidad, lo esperaban para capturarlo.

Pastor reconstruye cómo se armó la emboscada que terminó con la desaparición de Rodolfo Walsh y busca desentrañar cuál fue el destino de los papeles personales y algunos cuentos del periodista que aún hoy, al igual que su cuerpo, siguen sin aparecer.

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"Por aquellos meses, Walsh sostenía que la única alternativa para sobrevivir a tanto horror era una estrategia de repliegue que priorizara el camino político por sobre la lucha armada”, narra Pastor en el libro y continúa: “En definitiva, Walsh estaba convencido de tres ideas concretas: La militancia debía resguardarse. La pelea era desigual. La derrota, inevitable”. 

Con este pasaje, Emboscada permite también conocer cuál era la discusión y el análisis pertinente que hacía el militante llegando al primer aniversario del golpe militar. 

Desaparición de Rodolfo Jorge Walsh -Legajo N°2587

En el trabajo realizado por la Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas, publicado en el libro Nunca Más, de 1984, designaron un apartado dedicado a “Periodistas desaparecidos”, en él ya constaba la desaparición de Rodolfo Walsh.

“Según la extensa y prolija narración brindada por la hija del escritor, Patricia Cecilia Walsh, su secuestro se produjo el día 25 de marzo de 1977 en la Capital Federal, en las cercanías de las Estación Constitución, donde había arribado desde su domicilio en la localidad de San Vicente para realizar una diligencia (…) En la fecha de la desaparición, debía encontrarse en un departamento de la ciudad de Buenos Aires con su compañera con quien vivía desde años atrás, lo que no ocurrió, circunstancia que determinó que esta se dirigiera a la casa de San Vicente, a la que encontró con incontables impactos de proyectiles balísticos de grueso calibre por sus cuatro paredes exteriores, absolutamente saqueada y hasta con señales de bombardeos”, decía el testimonio. 

“El periodista se encontraba alertado sobre las inseguridades de su situación. A raíz de la muerte, por fuerzas de seguridad, de su hija María Victoria Walsh y el allanamiento de su casa en el Delta del Tigre, con total saqueo de sus pertenencias. Cabe tener en cuenta que entre los objetos de valor robados en su domicilio de San Vicente se encuentran los originales de toda su obra, incluso inédita, de una larga vida de producción intelectual”, continúa el informe.

El violento oficio de escribir

“Elegí ser periodista prácticamente desde que tengo uso de razón, cuando tenía 12 años ya había armado mi primer medio, que era una revista barrial y yo elegía la tapa, sacaba las fotos… a partir de entonces empecé a recorrer un camino que no era profesional en ese momento, pero que iba camino a serlo”, contó Facundo Pastor en diálogo con PERFIL.

“En la secundaria, que ya tenía claro que me interesaba el periodismo, conocí la figura de Rodolfo Walsh y empezó a aparecer entre mis libros. A los 14 o 15 años tomé contacto con Operación Masacre, lo leí entonces y lo releí ahora mientras hacía la investigación para este libro”, recordó Pastor quien en 2015 publicó Nisman. ¿Crimen o suicidio? ¿Héroe o espía?  y en 2018 escribió El gran arrepentido, acerca del escándalo conocido como “FIFA Gate”. 

“Yo logro diferenciar la persona de la obra y creo que Walsh trasciende por su obra periodística, por su aporte a la literatura latinoamericana y creo que eso es indiscutible y que se puso al servicio de la denuncia tanto en su rol de periodista como en el de escritor”, sostuvo.

Rodolfo Walsh

-Comenzaste a trabajar de productor del programa de Bernardo Neustadt ¿Cómo fue esa experiencia?
-Fue mi primer trabajo profesional, a finales de los noventa y Neustadt era él periodista de esa década y aprendí mucho trabajando ahí. Recuerdo con mucho cariño esa experiencia. Más allá de todo lo controvertido que puede haber sido él con sus pensamientos, no dejaba de ser una persona que revolucionó la forma de hacer periodismo político en la televisión. Yo tenía poco trato con él, porque era una persona distante y yo era un pasante, pero he tenido alguna que otra reunión en la que él estaba o recibí alguna directiva suya, que era una persona muy estricta y distante en sus formas y en su trato, pero para mí era jugar. Estaba jugando a mirar cómo se hacía la tele, a observar cómo un periodista se entromete en el poder y estaba dando los primeros pasos.

-Naciste en dictadura, pero cuando tenías cuatro años volvió la democracia ¿Recordás cuál fue el momento en que te enteraste del golpe militar y lo que había implicado?
-Tengo pocos recuerdos, pero sí mucha consciencia de aquellos primeros años. Más que de la dictadura tengo el recuerdo de la experiencia de la guerra. Recuerdo estar en una quinta que nosotros teníamos y que se hablaba de aviones que iban hacia Malvinas. Todo eso obviamente, si bien yo era muy chico, fue marcando lo que después fueron pequeñas piezas de un rompecabezas que cuando sos más grande lo vas completando.Por otro lado, mi viejo es muy radical por lo que se vivió con mucha efervescencia la vuelta de la democracia.

Emboscada

El libro es una reconstrucción de los últimos meses en la vida de Walsh, pero no solamente en su vida, sino de varios militantes que integraban el ámbito de inteligencia del que Walsh era responsable. Obviamente me focalicé en su figura, pero para entender su muerte y desaparición era inevitable recorrer otras muertes. Eso es la primera parte de Emboscada, la segunda tiene más que ver con la búsqueda de los cuentos inéditos y de toda la documentación que los marinos le robaron a Walsh. Obviamente yo hice esa segunda parte con el convencimiento de que esa documentación alguien la tiene, que existe y que sería interesante que la devuelvan”, detalló Facundo cuyo libro reciente, editado por Aguilar, transita un camino que se acerca bastante al destino de esos textos que sobrevivieron al secuestro.

-Es muy interesante enterarse del valor que tenía Walsh para sus compañeros detenidos que, a pesar de la terrible situación en la que estaban, intentan resguardar los textos del escritor que encuentran en los centros de detención.
-Sí, es que no hay que olvidar que estamos hablando de 1976-77 y que Walsh publicó Operación Masacre en 1957 y que, si bien tardó un tiempo en ser reconocido, habían pasado 20 años. Cuando llegó el golpe de Estado de 1976 Walsh ya era Walsh y generaba fascinación en los militantes. Aún así, Walsh tenía dentro de Montoneros un rango muy bajo, de hecho, su hija, María Victoria, tenía un rango más alto que él. Él nunca formó parte de la conducción nacional. Nunca fue jefe de inteligencia, como se dijo y como se sigue escribiendo, sino que era responsable de un ámbito de inteligencia, pero no era el responsable de la inteligencia de la organización.

-Otra de las versiones que desmentís en tu libro es que Walsh entrega la Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar como una especie de suicidio.
-Claro, es que eso no puede ser nunca verdad porque él llega a poner algunas copias de las cartas en un buzón, el 25 de marzo de 1977, y en pocos minutos lo secuestran. Los marinos lo estaban buscando a Walsh hacía muchísimo tiempo, el motivo de su desaparición es porque los marinos lo buscaban, lo consideraban un emblema, un trofeo y por el rol que tenía dentro del departamento de inteligencia y eso lo convertía en una presa muy preciada para los militares.

-Ahora que militantes de Jóvenes Republicanos salieron a escrachar la estación que su nombre, acusándolo de los asesinatos de Superintendencia de Seguridad Federal de la Policía Federal Argentina ¿Qué pensás al respecto?
-Al respecto lo único que voy a decir es que no hay ninguna prueba concreta y contundente de que Walsh haya sido el ideólogo del atentado a la sede de la Superintendencia de Seguridad Federal de la Policía Federal Argentina. Sí está más que claro el vínculo y la relación que él mantenía con José María Pepe Salgado que es el militante que “habría” llevado -porque tampoco lo sabemos- el artefacto explosivo. Respecto a los jóvenes que vandalizaron la estación que lleva el nombre de Walsh, lo primero que pienso es que estamos en un período político que permite que cualquiera exprese su opinión y esa libertad que tenemos es sumamente importante y que gozamos del privilegio de vivir en democracia. Eso puedo decir, nada más.

Operación Masacre cambió mi vida. Haciéndola, comprendí que, además de mis perplejidades íntimas, existía un amenazante mundo exterior. Me fui a Cuba, asistí al nacimiento de un orden nuevo, contradictorio, a veces épico, a veces fastidioso. Volví, completé un nuevo silencio de seis años. En 1964 decidí que de todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía. Pero no veo en eso una determinación mística. En realidad, he sido traído y llevado por los tiempos; podría haber sido cualquier cosa, aun ahora hay momentos en que me siento disponible para cualquier aventura, para empezar de nuevo, como tantas veces”. (Rodolfo Walsh, por Rodólf Fowólsh, 1963)