CULTURA
crítica

Contradicciones argentas

26_10_2025_diego_rojas_cedoc_g
| cedoc

Los talones de Diego Rojas pisaban el barro debajo de los titulares. Periodismo y militancia eran las armas de la batalla contra las injusticias que esgrimía en artículos, unos que destaparon prejuicios y verdades. En su primera novela, Los días de la Zona, banderas de este trabajo interrumpido por el fallecimiento prematuro ondean en orgullosos wiphalas. Estados plurinacionales que aguantan parapetados detrás del Puente Alsina o en el último café porteño, la zona Rojas, a la espera de tomar por asalto la Victoria.

Ucronía con ingredientes de thriller político, la ficción se ubica en una realidad donde gobierna aún el proceso y, en medio siglo, ha permeado en la vida de los argentinos, dividiendo zonas militarizadas. En la mayor, en el Conurbano Bonaerense, vive la comunidad boliviana a la manera de los ghettos nazis o la Franja de Gaza sionista. En un detalle de autoparodia, el narrador es un periodista judío renegado, Ariel Schraiber, que investiga misteriosos asesinatos y que, fatalmente, lo involucrarán con las guerrillas del guevarista Mallku. Nombres apenas velados, un líder Fausto que recuerda al activista aimara Felipe Quispe, los insurgentes wermus que homenajean en la denominación a Jorge Altamira/José Wermus del Partido Obrero, o los apellidos genocidas Martínez de Hoz y Viola, se mezclan en la vertiginosa prosa que recuerda por pasajes al Enrique Symns de “escribir es más importante que vivir, somos más lo que escribimos que lo que somos”. Rojas plantará cartel al costado de las rutas.

“¿No sabe que ese animal nunca debería haber llegado a nuestras tierras? ¿No desea que nunca hubieran venido, cuando se da cuenta de que la sociedad argentina sufre una degeneración racial inédita, cuando ve que la indiada ha ganado espacios masivos en la población? Si no iniciamos la guerra final, todo lo que logró este proceso tan trabajosamente será destruido a través de una invasión silenciosa”, advierte el chacal en el poder a los timoratos, jugando a fondo con la máxima peronista “Al amigo, todo; al enemigo, ni justicia”, ansiando el exterminio del país marrón. Las contradicciones argentas que Diego Rojas, autodefinido periodista quien decía “no a la cerveza y a los progres”, supo al investigar el caso de Mariano Ferreyra, y que sirvió para encarcelar a sindicalistas asesinos.

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“Raza maldita”, “Ratas”, “indio de mierda”, algunas de las bellezas hoy hegemónicas que surcan los capítulos terminados en los primeros meses de 2024. A este lenguaje terrorista se opone indefectiblemente la lengua y cultura insurgentes, hecha de giros y melodías, con sabor a sopa de maní y ginebras. Al fascismo se lo destruye. El diálogo no es para ellos.

Desde los comunicados de Ariel Schraiber se continúa en la lucha a muerte con los gobiernos autoritarios y oligarcas, imaginarios, reales, pasados, presentes, y que se fundó en la Agencia de Noticias Clandestinas de Rodolfo Walsh. Diego Rojas en la cama del hospital pregunta como “parte de la encrucijada histórica que vive el pueblo argentino”. ¿Qué querés que haga? Rompa el aislamiento. Derrote el Terror.

Los días de la Zona

Autor: Diego Rojas

Género: novela

Otras obras del autor: La izquierda; Pasen música; ¿Quién mató a Mariano Ferreyra?; El kirchnerismo feudal

Editorial: Tusquets, $ 33.900