CULTURA
crítica

Diagnóstico sensible de una época

26_10_2025_miguel_deasua_cedoc_g
| cedoc

Tuve la fortuna de conocer a Miguel de Asúa en 2014, cuando yo era una aspirante a investigadora del interior que había tenido muy pocos interlocutores vivos a lo largo de su carrera. Por ese entonces, el estudio de las relaciones entre literatura y ciencia era escaso, incomprendido e incluso mal visto. La compartimentación disciplinar a la que nos acostumbró la modernidad hacía que cualquier intento de vinculación entre las “dos culturas” generara grandes resistencias. La seriedad del paper estaba reñida con el humor del ensayo, aunque este último no escatimara en muestras de rigurosidad. La transdisciplinariedad no estaba de moda ni en vistas de estarlo. Hoy asistimos a un escenario, pareciera, más auspicioso, que ojalá logre trascender las impostaciones cosméticas. Pero por aquel entonces, aquellos que profesábamos admiración por la erudición de los grandes comparatistas nos sosteníamos a duras penas contra un mandato de especialización que considerábamos colonizador frente a otras perspectivas transversales.

Por eso, cuando visité a Miguel por primera vez, me impactó la versatilidad de su biblioteca, propia de un ser anfibio de las dos culturas. Finalmente, estaba en el lugar indicado. A partir de entonces, el diálogo sostenido fue no solo fuente de orientación bibliográfica, sino un espacio de escucha y enfoque que me permitió transitar las idiosincrasias institucionales. Toda esa información venía por fortuna amenizada por una actitud reconfortante que alguna vez caractericé como propia de “un protestante con el ego en su lugar, que no estaba dispuesto a sacrificar una cuota de humor”.

Ese espíritu protestante, de trabajo metódico y riguroso, actitud autorreflexiva y corrosivo humor recorre Más allá del experimento (Eudeba, 2025), volumen que compila los textos publicados durante más de tres décadas en la revista Ciencia Hoy. Al parecer, Miguel habría encontrado allí dignos partenaires: su amigo Patricio Garrahan, a quien está dedicado el volumen; la socióloga Francis Korn, y José Martini, de cuyos trabajos e improntas personales deja registro con profunda admiración y cariño.

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Sobre los avatares de la producción científica casi siempre precarizada en Argentina (eso que hoy suelen llamar “conocimiento situado”), da sobrada cuenta en textos como “El dudoso encanto de ser un scholar”. La descripción del habitus que recorre los laboratorios y las instituciones académico-educativas, y las anécdotas de las estancias en institutos de mayor centralidad en el mapa geopolítico, se amalgaman con una caracterización de las subjetividades del ámbito científico periférico. Con la vena irónica que atraviesa casi todos los textos del volumen, la voz narrativa describe la tozuda resiliencia y vocación casi malabarista de los sujetos que sostienen la ciencia en Argentina. Quienes nos embarcamos en la carrera científica no pudimos sino estar guiados por un “daimon socrático”, desliza la voz que habla en los ensayos-relato.

La sobreexigida (y poco remunerada) fuerza de trabajo se traduce en una a veces desbordante necesidad de reconocimiento, que se entremezcla en vínculos de colaboración, competencia y cordial camaradería que surgen en espacios de sociabilidad académica. Este diagnóstico, que alcanza el tono de injuria del mejor Jonathan Swift, tiene la autoridad de ser proferido por quien conoce desde el interior la praxis científica. Pero a diferencia de la distanciada sátira del escritor irlandés, en la cual quien denuncia se percibe desvinculado del objeto de ataque, aquí el narrador de estos ensayos-crónica asume tempranamente su participación en la experiencia.

Evidentemente, atenta a las implicancias filosóficas que surgen en el siglo XX ante la relevancia que adquiere el observador para la física (es decir, a partir del principio de incertidumbre de Heisenberg), la sátira se complejiza. La voz que injuria entiende que no está (ni puede estar) excluida de lo que observa ni de su manifestación concreta en el campo. Quien narra denuncia y se autodenuncia. En un gesto de humildad se ríe de sí misma, de sus ansiedades y obsesiones. La narración construye una visión que intenta alejarse de la experiencia para narrarla; pero que luego se deja llevar por la autocontemplación hasta reconocerse casi como un Yahoo (un “Salieri” más, dice) habitando las instituciones.

El texto “El tiempo de la dignidad” marca un punto de inflexión que disipa el tono de humor centrado en el ejercicio de la omphaloskepsis (actitud introspectiva que es condición de posibilidad de la reflexión) y abre la puerta a la seriedad sin medias tintas. Inicia el relato sobre los grandes logros que llevaron a cabo figuras formadas en la universidad pública argentina: Houssay, Leloir, Braun Menéndez, De Robertis y Milstein.

El artículo no deja de señalar, no obstante, el inevitable apoyo externo que recibieron estos agentes que fueron como todes carne de la deficiencia de las políticas argentinas, que soslayaron históricamente que cualquier desarrollo científico depende del cultivo de la infraestructura humana (como dice la cita de Houssay de uno de los epígrafes) y de la inversión en la casi lúdica ciencia básica que es cimiento de cualquier investigación estratégica u orientada (en palabras de Leloir).

Más allá del experimento deja en claro cómo no hay contradicción de términos sino exigencia de que la ciencia funcione tanto en base a rigurosidad procedimental como en torno a la exploración espontánea, cuyo ejercicio es habilitado por las lecturas omnívoras (solo en apariencia inconducentes) y la formación humanística que da lugar a un marco autorreflexivo para cualquier proyecto. Pero, por sobre todo, el libro trasluce que abrir canales para el intercambio internacional de la gente de ciencia debe conjugarse con la articulación de medios que garanticen el derecho afectivo al arraigo. Para que la ciencia siga siendo “ciencia hoy” y no peligre en convertirse, como dice Miguel, en “ciencia ayer. la pérdida de una ilusión”.

Más allá del experimento

Autor: Miguel de Asúa

Género: ensayo

Otras obras del autor: Ciencia y literatura; Imágenes de Einstein; Los juegos de Minerva; La ciencia de Mayo

Editorial: Eudeba, $ 28.000