La francesa Françoise Gilot, que murió el martes a los 101 años, sobrevivió a lo que llamó el "infierno" de ser la amante y musa del artista español Pablo Picasso para convertirse en una artista de renombre por derecho propio. El Museo Picasso de París confirmó su muerte después de que el New York Times informara que Gilot había fallecido tras recientes dolencias cardíacas y pulmonares.
Las obras producidas por Gilot durante más de medio siglo están expuestas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), el Metropolitan neoyorquino y el centro Pompidou de París, entre otros grandes museos. En 2021 una obra suya, la preciosa Paloma con una guitarra, de 1965, se vendió por 1,3 millones de dólares en una subasta en Sotheby’s. A pesar de sus logros haber sido pareja de Picasso fue la sombra que la acompañó hasta sus últimos días.
Mientras que dos de las otras mujeres en la vida de Picasso se suicidaron y otras dos sufrieron crisis nerviosas, Gilot se enfrentó al gigante del arte moderno y fue la única mujer que lo dejó por su propia voluntad. "Pablo fue el amor más grande de mi vida, pero tenías que tomar medidas para protegerte. Lo hice, me fui antes de que me destruyeran", confió en el libro de Janet Hawley de 2021 "Artists and Conversation".
Quién fue Françoise Gilot
Hija única de un empresario y una acuarelista. Françoise Gilot nació el 26 de noviembre de 1921 en el frondoso Neuilly-sur-Seine en los suburbios de París, Gilot “supo a la edad de cinco años que quería ser pintora", según Engel. Incursionó en filosofía y literatura inglesa en la Universidad de Cambrigde. Sin embargo, abandonó los estudios para dedicarse a la pintura para felicidad de su madre, que contaba con formación artística y que guio sus pasos con los pinceles desde pequeña.
Su padre, a quien describió como una figura autoritaria y en cuya sombra podría rastrearse la presencia del también dominante Picasso, intentó disuadirla haciéndole estudiar ciencias o derecho. Para cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Gilot ya era pintora a tiempo completo. Tras la ocupación de París en junio de 1940, participó en protestas contra los nazis y fue detenida brevemente y puesta bajo vigilancia.
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La relación que la marcó por siempre
Con apenas 21 años, Gilot conoció a Picasso en 1943. El pintor de 61 años y la joven artista comenzaron una relación que duró una década. Producto del amor nacieron Claude y Paloma Picasso. Pero, a diferencia de las otras mujeres que acompañaron la vida de Picasso, esposas o amantes, Gilot finalmente se fue.
Tras varios años de una relación tensa donde al artista le gustaba hacer coincidir a sus amantes con Françoise Gilot provocándole celos. La artista decidió abandonarlo. Al dejarlo, él le reprochó: “¿Te crees que alguien va a interesarse por ti? Jamás lo harán sólo por ti: incluso las personas que crees que te aprecian, sólo será una especie de curiosidad por una persona cuya vida rozó la mía tan íntimamente”.
Temperamental y prolífera, Françoise Gilot superó la violencia psíquica del artista. En referencia a la reacción de su madre, Engel reconoció que Picasso “nunca lo vio venir”. Y agregó, “ella estaba allí porque lo amaba y porque realmente creía en esa increíble pasión por el arte que ambos compartían. (Pero) ella vino como una persona libre, aunque muy, muy joven, pero muy independiente”.
Fue la propia Gilot quien declaró a The Guardian en 2016 que "no era una prisionera" en la relación. Según Associated Press Françoise Gilot remarcó: “Estuve allí por mi propia voluntad, y me fui por mi propia voluntad”. “Eso es lo que le dije una vez, antes de irme”, amplió. “Dije: 'Cuidado, que llegué cuando quería, pero me voy cuando quiero'. Él dijo: ‘Nadie deja a un hombre como yo’. Y respondió: ‘Ya veremos’”.
A los tres años de vida de los pequeños, el pintor malagueño les retiró el saludo después de que Gilot publicase en 1964 -una década después de su ruptura- las memorias de su vida con el pintor. El libro fue un éxito de ventas. Pese a la ruptura amorosa, su relación con el pintor Picasso la persiguió toda su vida profesional.
El libro enfureció al artista. Pese a las diferencias que alimentaron la ruptura, la pintora tuvo siempre palabras afectuosas: “Era muy gentil”, escribió de sus primeros encuentros físicos, en 1944, “y esa es la impresión que me queda hasta hoy: su extraordinaria gentileza”.
"Él la atacó en la corte y perdió tres veces", dijo Engel, de 66 años, arquitecta de formación que ahora administra los archivos de su madre. Y agregó: “después de la tercera derrota, él la llamó y la felicitó. Luchó contra eso, pero al mismo tiempo, creo que estaba orgulloso de haber estado con una mujer que tenía las agallas como él”, declaró la hija.
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Su vida después de Picasso
En 1953, Gilot se reunió con un antiguo amigo, el artista Luc Simon, y, dos años después, se casaron y tuvieron hija Engel. En 1962, se divorciaron. Ocho años después la artista se casó con Jonas Salk, el virólogo e investigador estadounidense famoso por su trabajo con la vacuna contra la polio, y comenzó a vivir entre California y París, y más tarde en Nueva York.
Cuando Salk murió en 1995, Gilot se mudó a tiempo completo a Nueva York y pasó sus últimos años en el Upper West Side.
Para Engel, el legado clave de su madre no fue solo su creatividad sino también su valentía, reflejada en su arte, que siempre estaba cambiando, nunca permaneciendo a salvo. “Ella no estaba sin miedo. Pero siempre enfrentaría sus miedos y saltaría al vacío y tomaría riesgos, sin importar nada”, dijo Engel.
NT / ds