CULTURA
EL AUTOR DEL "EL PRINCIPITO"

Saint Exupéry en la Argentina

Una historia que pocos conocen.

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En las Breves del suplemento de Cultura del Diario Perfil se anuncia que en Christie’s de Nueva York se subastará esta semana un reloj que evoca a Antoine de Saint Exupéry, el autor de El Principito. Según explica la noticia, lo recaudado –se estima que rondará los 45.000 dólares– se donará a una institución argentina, país donde nació su mujer Consuelo. Por eso es conveniente conocer algunos detalles sobre aquel suceso.

El francés Antoine Saint Exupéry llegó a la Argentina en diciembre de 1929 y se instaló en nuestra tierra durante quince meses. Aquí cumplió con las tareas encomendadas por la Compañía General Aeropostal francesa. Antoine debía establecer circuitos de correo aéreo en aquellos primeros años de la aviación. Por ese motivo, volaba por la Patagonia y la Mesopotamia, aunque su principal hogar estaba en Buenos Aires: se alquiló un departamento en el sexto piso de la actual Galería Güemes, en Florida al 100.

De sus vuelos patagónicos se trajo una mascota y una idea. En su departamento convivió con un cachorro de foca, a quien ubicó en la bañadera con dos barras de hielo. También allí escribió un libro de aventuras llamado Vuelo nocturno, inspirado en sus travesías por los cielos del sur argentino.

Hay que reconocer que la relación del aviador con Buenos Aires no fue buena en un principio. Solía escribir a sus amigos europeos, comentándoles cuánto detestaba esta ciudad del Río de la Plata. Sin embargo, con los meses, sus primeras impresiones se borraron en forma definitiva: se enamoró del tango.

Y no fue el único amor que encontró en Buenos Aires. Unos amigos le presentaron a una reciente viuda de 22 años, Consuelo Suncin, oriunda de El Salvador y de visita en la Argentina. Una tarde la invitó a volar, programa de lo más insólito en aquel tiempo. Ella aceptó. En pleno vuelo, Antoine soltó los controles del avión y le advirtió a su compañera que no los tomaría otra vez si es que ella no le daba un beso en la mejilla. De más está decir que no se estrellaron.

Antoine y Consuelo se casaron en Francia, cuando él terminó su actividad en la Argentina. Pero hay dos hechos que hoy parecen olvidar sus biógrafos: que ella se casó de negro (una insólita curiosidad) y que el autor de El Principito la maltrataba (una lamentable verdad). A veces lo mísero es invisible a los ojos.

* Autor de Espadas y corazones y Oro y espadas