Ovidio Lagos elige retratar la sociedad argentina de décadas pasadas a través de la vida de su madre, en una obra que puede adivinarse "catártica" a través de sus páginas.
Elvira Rueda (1916-2002) fue una mujer de avanzada, con varios matrimonios y a amantes, que jamás se rigió por las duras normas que imperaban en un ámbito cerrado y tradicionalista al que pertenecía.
Uno de los pasajes del libro, publicado por El Ateneo, habla de un Buenos Aires que sonaba muy pequeño dado que su ámbito se limitaba al Barrio Norte. Una generación que tenía como epicentro el Hotel Alvear con una juventud rica y despreocupada, que vivía holgadamente de lo que las herencias le habían dejado: millonarias rentas agrícolas que parecían inagotables.
"Joven, rica y bellísima, no le fue difícil relacionarse en Buenos Aires, donde vivían sus hermanas y sus primos elegantes. También le debe haber resultado fácil tener varios romances. Pero un día las hectáreas que poseía no fueron suficientes para mantener ese tren de vida, e inauguró entonces, su exclusivo sistema de estar siempre endeudada sin perder nunca su patrimonio, lo que no puede ser menos que considerarse una rara proeza", cuenta.
También relata cómo fue para ellos el advenimiento de Perón y las enardecidas charlas que tenían en los más selectos salones en contra del matrimonio presidencial. De hecho su propia madre protagonizó un episodio policial por silbarlo en el cine cuando pasaban Sucesos Argentinos que se consideraba por esos momentos como una proeza.
Personajes como Malena Nelson de Blaquier, Amalia Lacroze de Fortabat y la millonaria Justa Dose de Zemborain figuran en las páginas. Pero también hay nombres internacionales como Ali Kahn y Rita Hayworth con los que, por una circunstancia u otra, Elvira Rueda compartió espacio y tiempo.
La intimidad de una mujer bellísima, entregada a la moda y que se encaprichaba en no ir a una fiesta si no se encontraba a gusto y la faceta pública destacada, como alma mater de Cordic, del banco de sangre Luis Agote y como "primera dama" de Adepa por su matrimonio con uno de los dueños del diario La Capital de Rosario.