CULTURA
Premio Nobel de Literatura 2023

Un premio para el lejano y frío Fiord

Apañado por la monarquía noruega, el flamante Nobel de Literatura habita de manera oficial una casa dentro del complejo arquitectónico del Palacio Real en Oslo, y es tan venerado como atracción turística-cultural que un hotel ofrece una suite dedicada a su obra. Traductor, docente, es autor de novelas, poesía, ensayo, libros infantiles y sobre todo piezas de teatro, traducidas a más de cuarenta idiomas y representadas en todo el mundo. En PERFIL, retrato en profundidad de un creador por descubrir.

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Jon Olav Fosse. | cedoc

El Premio Nobel de Literatura 2023 es Jon Olav Fosse, nacido el 29 de septiembre de 1959 en Haugesund, Noruega. Egresado de la Universidad de Bergen, estudió allí literatura comparada. Escribe en una variante “oficial” de la lengua del país, el nynorsk, uno de los dos estándares escritos de la lengua noruega que solo representa al 12% de la población. La variante utilizada por la mayoría se llama bokmå. Esto es llamativo, porque su escritura original es para una minoría. Para una sociedad equidistante en el globo, como la argentina, no solo se trata de diferencias lingüísticas.

Desde 1994 a 2021, durante veinte años, Noruega ha ocupado el número uno en el índice de desarrollo humano (IDH), elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Esta monarquía parlamentaria democrática es uno de los países más ricos del planeta, ocupa el tercer lugar en PBI per cápita y es el tercer exportador de petróleo crudo. Para más diferencias: es la antítesis de Argentina.

Lo que sería un mundo ideal para muchos de los escritores vernáculos: los escritores noruegos viven de becas otorgadas por el Estado. En un reportaje, Fosse mismo reconoce que su primera obra de teatro fue el resultado de un trabajo pago por una fundación. Hoy mismo, vive apañado por la monarquía, literalmente habita de manera oficial una casa dentro del complejo arquitectónico del Palacio Real en Oslo, y tan venerado es como atracción turístico-cultural que un hotel ofrece una suite dedicada a su obra.

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Esta fama se debe al trabajo como dramaturgo, sus obras de teatro fueron traducidas a más de cuarenta idiomas y representadas en todo el mundo. La “consagración” cultural de Fosse es muy particular, ocurre entre el 2 y el 18 de noviembre de 2010, en el Museo del Louvre. Allí, Théâtre de la Ville-Paris produjo la pieza Sueño de otoño, con la dirección de Patrice Chéreau, quien escribió al respecto: “La sala vacía de un museo donde los cuerpos se interponen y se desgarran, la muerte de todo un linaje por parte masculina: la abuela paterna, el padre, luego este hombre, este hombre sin cualidades y su hijo de diecinueve años que nunca conocerá a su hijo. (…) Un sueño en otoño, rostros que aman y sufren, un deseo sexual insatisfecho, erosionado por la muerte y el suicidio. Un hombre y una mujer que se conocieron se encuentran ante nosotros: ¿qué existe o existió entre este hombre y esta mujer? ¿Cómo será su futuro, del que ya estamos siendo testigos?”.

En la biobibliografía de Anders Olsson (ver columna), que publica la Academia Sueca, se menciona cierto “minimalismo Fosse” en la prosa del premiado. Y allí está la clave de su trascendencia en el teatro, sus obras tienen una estructura modular donde, por ejemplo, los personajes carecen de nombre, las escenas se encuentran despojadas de referencias espaciales y geográficas; en sí, son obras de situaciones humanas adaptables a cualquier contexto. Pero a la simpleza modular, al explorar la prosa en su obra narrativa (ver recuadro sobre la novela Trilogía), nos encontramos con que omite el uso de la puntuación, cuestión que ha dividido las aguas de la crítica más allá de la ortografía. ¿Es un escollo para el lector a la manera vanguardista o un acto de soberbia de puro holgazán?

Antes de seguir analizando los recursos literarios que utiliza, vale la pena señalar que este es el cuarto Premio Nobel de Literatura para Noruega, los anteriores fueron para Bjørnstjerne Bjørnson en 1903, Knut Hamsun en 1920 y Sigrid Undset en 1928. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los libros de Hamsun fueron quemados por la población, que lo consideraba colaboracionista de los nazis. Undset, en cambio, fue perseguida por el invasor y escapó del exterminio en una travesía heroica entre la nieve. Casi cien años después, Fosse rompe con la sequía –en todo el significado del término– de reconocimiento, y recibe el premio en una condición más que opulenta.

Ya en 2019, la pose de intelectual privilegiado la retrata, en una entrevista publicada por el diario El País, la periodista Andrea Aguilar: “Desde hace siete años reparte su tiempo entre una aldea próxima a la capital austríaca –‘el centro mismo de Europa’–, una casa en un fiordo y Oslo. Viste un jersey negro, blazer y un fular. La coleta canosa y la barba enfatizan su aire bohemio. Con sinceridad noruega confiesa que, aunque adora la música, la ópera en sí, como arte, puede resultarle un tanto kitsch”.

Pero este vikingo distendido tiene anclaje literario, por ejemplo, a su taller literario concurrió el best seller Karl Ove Knausgård, quien lo recuerda en el quinto tomo de Mi lucha. Fosse también escribió poesía, ensayos, novelas, literatura infantil. Incluso ha puesto un punto final a la incursión en dramaturgia, que le valió la comparación con Henrik Ibsen y hasta como su recreación al siglo XXI, y también con Samuel Beckett, siendo su primera obra un claro “homenaje” a Esperando a Godot.

Otro aspecto es la traducción. Fosse tradujo al noruego –para la puesta en escena– a Federico García Lorca (ayudado por un diccionario de nuestra lengua), al poeta austríaco Georg Trakl, la novela El proceso de Franz Kafka y Las llanuras, del australiano Gerald Murnane. Cabe suponer que en estos menesteres haya respetado la puntuación original de las obras y no las haya adaptado a su grafía usual. 

Para más coincidencias, en la nota sobre las apuestas respecto al ganador del Nobel de Literatura, publicada el sábado 30 del mes pasado en PERFIL, destacamos que tanto Fosse como Murnane eran candidatos preferidos. Y allí también, que la Editorial Colihue publicó obras de teatro de Fosse bajo el título La noche canta sus canciones y otras obras teatrales. Es decir, el mundo ludópata maneja cierta información privilegiada, como nuestros políticos.

Para configurar un semblante intelectual de Fosse, valen sus declaraciones publicadas por The New Yorker en noviembre de 2022: “Empecé a estudiar a Derrida en 1979. Al menos aquí en Noruega, la universidad, o el espíritu de la universidad, estaba muy influenciado por el marxismo. Teníamos un partido maoísta extremo que era muy fuerte entre académicos, escritores y gente así. Era el espíritu de la época, incluso para mí. Empecé a estudiar Sociología. Y sentí que era completamente estúpido. Esta manera de pensar, esta manera positivista de calcular las cosas, no era nada en absoluto. Entonces salté a la filosofía. Y hubo un gran cambio en esos años de Marx a los posestructuralistas franceses. Recuerdo haber leído a Derrida por primera vez en algún lugar del campo noruego. Era una traducción danesa de De la gramatología”.

“De la gramatología de alguna manera tuvo una influencia en mí. Estudié y leí mucho a Heidegger. Fue difícil, pero también muy inspirador. Sentí que lo que Derrida estaba haciendo estaba poniendo a Heidegger patas arriba. La pregunta principal para Heidegger era: ¿qué es común a todo lo que existe? La pregunta principal para Derrida era la contraria: ¿qué hace que todo lo que existe sea diferente?”.

En cuanto a su vida personal, Fosse vive un segundo matrimonio, luego de una larga internación por alcoholismo, de cuyos síntomas comprendió como terminales cuando en vez de beber por la noche lo hacía como desayuno. En paralelo, adviene su conversión al catolicismo, del que afirmó a Lamarea.com, en marzo de este año: “El papa actual, por supuesto, no puede decir de sí mismo que sea socialista, pero su forma de pensar y de hablar es muy cercana a lo que yo mismo, como una especie de socialista, puedo llegar a pensar y a decir. Yo dejé la Iglesia noruega a los 16 años, cuando pude dejarla. Tenía la impresión de que representaba la estupidez pura y de que era una especie de fuerza social controladora que no podía soportar. Supongo que si hubiera crecido en España habría dejado la Iglesia católica por razones similares. Por otro lado, no hay duda de que existe una estrecha conexión entre el pensamiento del Maestro Eckhart, mi principal influencia católica, y las formas de pensar budistas. Yo mismo soy un creyente cristiano, pero creo que todas las religiones son formas de acercarse a lo sagrado. Dios se ha dado a sí mismo muchos caminos, como afirma un viejo padre noruego amigo mío. O Dios no depende de los sacramentos, como dijo Tomás de Aquino”.

El otro aspecto de este Premio Nobel es tan geopolítico como cultural, Suecia le dice al mundo: la península nórdica también es el centro de Europa, el centro de Occidente. Es que comparten una extensa e inhóspita frontera con el nuevo imperio ruso, el invasor, el de Putin. Y sus riquezas, y sociedades tan benefactoras como humanitarias, están en peligro. Hay pueblos aquí, con lenguas y tradiciones, parecen proclamar, y no nos pueden borrar de la historia con una invasión, como ocurre en Ucrania.

 

Biobibliografía de Jon Fosse

Por Anders Olsson*

El avance europeo de Fosse como dramaturgo se produjo con la producción parisina de Claude Régy, en 1999, de su obra Nokon kjem til å komme (1996; Alguien va a venir, 2002). Incluso en esta primera pieza, con sus temas de anticipación temerosa y celos paralizantes, la singularidad de Fosse es plenamente evidente. En su reducción radical del lenguaje y la acción dramática, expresa las emociones humanas más poderosas de ansiedad e impotencia en los términos más simples y cotidianos. (…)

En sus obras nos enfrentamos a palabras o actos que parecen incompletos, una falta de resolución que sigue preocupando nuestras mentes. El juego Natta syng sine songar (1998; Nightsongs, 2002) representa un dilema prolongado pero no resuelto en el que el impulso de la mujer de irse con un nuevo hombre se opone constantemente a un contraimpulso: un “sí” calificado con la palabra clave “pero”. El hombre al que ha abandonado acaba quitándose la vida, mientras su nuevo novio desaparece de la vista. (…)

Desde el principio de la obra Namnet, de 1995 (The Name, 2002), se nos presenta una situación cotidiana cargada de emociones. Una niña, joven y embarazada, espera al padre del feto, que se ha retrasado. La tensión se acumula aquí inmediatamente debido a esta sensación de incertidumbre y las frases fragmentarias resultantes. Además, estas perturbaciones crean un abismo entre el anhelo de la niña de una nueva vida con su hijo y su ansiedad por haber sido abandonada por el padre.

Algo similar ocurre en la desgarradora obra Dødsvariasjonar (2002; Death Variations, 2004), una obra en un acto sobre una niña que se suicida, contada al revés desde el momento de su muerte. Está escrito en locuciones breves e interrumpidas, pronunciadas por seis personajes anónimos de diferentes generaciones, tanto vivos como muertos. La pieza termina con el discurso profundamente conmovedor de la hija, pronunciado desde el otro lado de la tumba, en el que expresa una incertidumbre fundamental sobre si su decisión de quitarse la vida fue la correcta. (…)

Una obra en prosa central es Trilogien (Trilogía, 2016), compuesta por Andvake (2007), Olavs Draumar (2012) y Kveldsvævd (2014). Una cruel saga de amor y violencia con fuertes alusiones bíblicas, está ambientada en el árido paisaje costero donde se desarrolla casi toda la ficción de Fosse. Por esta historia sumamente dramática y tensa, Fosse recibió el Premio de Literatura del Consejo Nórdico 2015.

La obra maestra de Fosse en prosa, sin embargo, sigue siendo la Septología, creación tardía que completó en 2021: Det andre namnet (2019; El otro nombre, 2020), Eg er ein annan (2020; Yo soy otro, 2020) y Eit nytt namn (2021; Un nuevo nombre, 2021). La novela, de 1.250 páginas, está escrita en forma de monólogo en el que un artista anciano habla consigo mismo como si fuera otra persona. El trabajo avanza aparentemente sin fin y sin pausas en las frases, pero se mantiene formalmente unido mediante repeticiones, temas recurrentes y un lapso de tiempo fijo de siete días. Cada una de sus partes se abre con la misma frase y concluye con la misma oración a Dios.

*Presidente del Comité Nobel Academia Sueca.

 

Cómo escribe

Por Jon Fosse

Buscarnos una barca, dijo Alida

Sí, dijo Asle

Qué barca, dijo Alida

Hay una barca amarrada delante de la Caseta, dijo Asle Pero esa barca, dijo Alida y entonces vio a Asle levantarse y salir y ella se echó en la cama del sobrado y se estiró y cerró los ojos, y está muy, muy cansada y entonces ve a padre Sigvald sentado con su violín, lo ve sacar una botella y echar un buen trago y luego ve a Asle, ve sus ojos negros y su pelo negro, y se estremece porque ahí está, ahí está su muchacho, y luego ve a padre Sigvald llamarlo con la mano y Asle se acerca al padre y ella lo ve sentarse y colocarse el violín bajo la barbilla y empezar a tocar y, al instante, algo se le movió por dentro y Alida empezó a elevarse en el aire y en la música de Asle oyó el canto de su padre Aslak, y oye su propia vida y su propio futuro y sabe lo que sabe y entonces está presente en su propio futuro y todo está abierto y todo es difícil, pero ahí está la canción, una canción que debe de ser lo que llaman amor, de modo que se conforma con estar presente en la música y no quiere existir en ningún otro sitio y entonces llega madre Herdis y pregunta qué hace, no tendría que haber llevado ya agua a las vacas, no tendría que haber quitado la nieve, qué se había creído, acaso se había creído que la madre iba a hacerlo todo, que iba a cocinar, cuidar de la casa y atender a los animales, ya les costaba bastante hacer todo lo que había que hacer como para que Alida, como siempre, como siempre, intentara eludir el trabajo, no, eso no podía ser, tendría que esforzarse más, tendría que mirar a su hermana Oline, ver cómo ella procuraba ayudar todo lo posible, cómo podían dos hermanas ser tan distintas, tanto en el aspecto como en todo lo demás, cómo podía ser, aunque, claro, una se parecía al padre y la otra a la madre, una era rubia como la madre y la otra morena como el padre, así era la cosa, no se podía negar, y así sería siempre, dijo madre Herdis, y desde luego Alida no pensaba ayudar en nada, no mientras la madre siguiera regañándola y hablando mal de ella, ella era la mala y la hermana Oline la buena, ella era la negra y la hermana Oline la blanca, así que Alida se estira en la cama y se pregunta cómo acabará aquello, adónde van a ir con ella a punto de parir, en verdad la Caseta no era gran cosa, pero al menos era un lugar donde alojarse y ahora ni siquiera podían quedarse allí y no tenían adónde ir, por no mencionar los medios, no tenían prácticamente nada, ella tenía algún billete y alguno tendría Asle también, aunque pocos, casi ninguno, pero aun así saldrían adelante, de eso estaba segura, saldrían adelante, y ojalá Asle volviera pronto porque lo de la barca, no, no quería pensar en eso, eso tendrá que ser como Dios quiera y Alida oye a madre Herdis decir que es tan fea y tan negra como su padre, e igual de holgazana, siempre eludiendo el trabajo, dice madre Herdis, quién sabe cómo acabará, menos mal que es hermana Oline quien va a heredar la granja, Alida no habría servido para eso, habría sido un desastre, oye Alida decir a su madre y luego oye a la hermana decir que menos mal que es ella quien va a heredar la granja, esa granja tan buena que tienen aquí, en la Cuesta, dice hermana Oline y Alida oye a madre Herdis preguntarse qué será de Alida, quién sabe cómo acabará, y Alida dice que no se preocupe porque de todos modos no se preocupa y entonces Alida sale y enfila hacia el Peñasco donde ella y Asle han cogido por costumbre encontrarse y, al acercarse, ve a Asle ahí sentado y lo ve pálido y agotado y ve que tiene los ojos negros mojados y entiende que ha pasado algo y entonces Asle la mira y dice que madre Silja ha muerto y que ahora solo le queda Alida y Asle se tumba boca arriba y Alida se acerca y se tumba a su lado y él la abraza y luego dice que por la mañana se ha encontrado a madre Silja muerta en la cama y sus grandes ojos azules le llenaban el rostro entero, dice y abraza a Alida contra su cuerpo y desaparecen el uno dentro del otro y solo se oye un viento suave en los árboles y han desaparecido y se avergüenzan y matan y hablan y ya no piensan y después se quedan tumbados en el Peñasco y se avergüenzan y se incorporan y se quedan sentados en el Peñasco mirando el mar Mira que hacer algo así el día que ha muerto madre Silja, dice Aslen.

Fragmento del Capítulo I de Trilogía, novela publicada por la editorial De Conatus (España), traducción de Cristina Gómez Baggethun y Kirsti Baggethun.