Muchos lo conocen como El Doctor Loco. Otros, aunque a él le parezca una exageración y reniegue de la etiqueta, lo ubican como “el intelectual del tenis”. Ninguno de los dos apodos es azaroso. Janko Tipsarevic, el único top 20 que no cosecha títulos en el circuito ATP, el jugador serbio de Copa Davis por excelencia, ese que toma mate en el este de Europa, estuvo a punto de perder el rumbo por la filosofía alemana. Fue tanto lo que leyó y releyó a Schopenhauer, Goethe, Kant y Nietzsche que por un momento la incertidumbre invadió su vida. “Me di cuenta de que estaba leyendo demasiado, comenzando a dudar de mí, de la vida, la profesión y el tenis. Paré un poco”, confesó hace un par de años. Hoy, lejos de la obsesión, el muchacho que nunca sale a la cancha sin sus anteojos superó la angustia de las preguntas existenciales. Consecuencia: su tenis mejoró de forma considerable. El ranking lo avala.