Fundado en 1889, el Forest Green Rovers no sólo es el equipo más antiguo de la liga nacional de Inglaterra, sino el primero y único club de fútbol del mundo completamente vegano. Jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y los 2 mil hinchas que tienen adhieren a esta propuesta ecologista impulsada por el millonario empresario británico Dale Vince, quien en 2010 compró la institución, que actualmente marcha en la primera ubicación de la quinta categoría del fútbol inglés.
Al poco tiempo de asumir como presidente, el magnate comenzó a desandar su quijotesco sueño, que para muchos era una utopía. Así, su primera medida fue prohibir el consumo de carnes rojas entre los jugadores y la venta de las tradicionales hamburguesas y salchichas en el estadio, pasando a ofrecer un único menú basado en hamburguesas de quínoa y vegetales. También reemplazó la venta de bebidas alcohólicas por cervezas ecológicas en el restaurante del estadio. “Concientizar sobre este hecho y demostrar que una dieta basada en plantas puede lucir y saber bien es una parte importante de nuestro trabajo. Nos hemos propuesto el objetivo de introducir a todos los que conforman nuestro equipo y nuestro club en un nuevo mundo”, comenta Vince, dueño también de la empresa de energía sustentable Ecotricity, que fundó en 1996, tras percatarse del poder que tenía el viento para generar energía, luego de instalar una turbina eólica de construcción casera en el techo de un viejo camión en el que vivía y se trasladaba.
Pero ahí no termina todo. Su siguiente paso fue proveer al estadio del FGR de los paneles solares para generar más del 10% de la electricidad que consume y reciclar el agua con la que se riega el césped, mediante un sistema de drenaje que le permite mantener un campo de juego ciento por ciento orgánico. “No utilizamos ninguna clase de pesticidas, insecticidas, fungicidas ni herbicidas. Como reciclamos el agua, todo lo que sale drenado del campo va a un tanque y luego reutilizamos esa misma agua para regar el césped”, explica.
Ahora va por otra apuesta: construir un parque ecológico gigante que incluya un estadio con capacidad para 5 mil personas completamente realizado en madera. “El patrimonio, la ambición y la visión del club reflejan nuestro objetivo, combinando las últimas técnicas de investigación y de construcción con nuevos enfoques en el diseño para crear una arquitectura ecológicamente sostenible e inclusiva”, explica el arquitecto Jim Heverin, a cargo del desafío, que demandará una inversión cercana a los 126 millones de euros.
Pero este nuevo capricho del presidente del club, que por supuesto tiene su indumentaria totalmente verde, presenta un gran escollo: en Inglaterra, las tribunas de madera están prohibidas desde la tragedia de Bradford en 1985, en la que por un incendio murieron 56 personas. Aunque, teniendo en cuenta los avances tecnológicos actuales y su tozudez, el magnate espera que el ecoestadio sea realidad en el corto plazo.